Hoy, por fin, he conseguido liquidar una tercera parte del total de la factura del divorcio de mi hermana. Lo he conseguido cerrando un plan de pensiones que me venía haciendo con el Corte Inglés. No ha sido un tramite inmediato ni sencillo pero al final ha sido más rápido de lo que esperaba. “Lo necesita ella más que yo.” Le he dicho a la agente de seguros cuando me ha dado el talón de 550 euros. La mujer, conocedora de la causa ha asentido con la cabeza con una sonrisa llena de ternura. “ Ya volveré a hacerme otro más adelante”. Le he añadido. “No te preocupes”. Me ha contestado ella. “Aun eres joven”. Entonces yo le he devuelto la sonrisa a ella.
Hacía tiempo que quería escribir. Es decir, hacerlo siendo yo mismo, sin estar pendiente de una fecha de entrega o a cambio de un talón. Creo que ya va siendo hora de armarme de valor, de entrar en el caserón, de abrir ventanas y puertas y permitir que la luz invada su interior. Necesito dar forma a los fantasmas, atraparlos, enfrentarme a ellos y asumir que, en el fondo, también forman parte de mi vida.
viernes, febrero 29, 2008
1436 - 500 = 936
Querer no es poder.
jueves, febrero 28, 2008
Acidez
Son las 2:32 de la madrugada. Acabo de levantarme de la cama tras un ataque violento de acidez de estómago. Hace tiempo que los suelo padecer y se incrementan con estados de tensión elevada y nerviosismo. Suele subirme como una quemazón horrenda por todo el esófago e incluso se suele colar a través del las vías respiratorias causándome asfixia. A veces me pasa durmiendo lo que es tremendo porque de repente me encuentro en mitad de un sueño en el que me estoy ahogando. Una mierda, el día que fui a comprar estómagos me llevé el de todo a 60 céntimos de euro. Cuando me sucede me levanto corriendo, trato de recuperar la calma mientras no me muero y voy a por litros y litros de agua. También tomo antiácidos. El "Omeprazol" es mi fiel compañero, pero a veces falla. Supongo que debe haber muchos factores como haberme ido a acostar muy temprano, los nervios acumulados o muchas otras cosas más.
miércoles, febrero 27, 2008
Microcuentos Volumen 3
"-¡Por fin libres!- Gritaron los cinco dedos de la mano, todos al unísono, tras salir de la prisión del guante."
"-¿Por qué soy tan negativo? - Preguntó el color negro al resto de tonos cromáticos.
-Tú no eres negativo.- Le contestó el azul marino. - Sólo eres oscuro y profundo."
"-¡Tengo la cabeza en llamas! ¡Tengo la cabeza en llamas!- Exclamó la vela tras ser encendida."
"-¿Por qué no quieres crecer?- le preguntaron sus compañeras.
-Porque si lo hago, como lo estáis haciendo vosotras, me cortaran y luego me cocinaran."
"-¿Tu cómo ves el vaso, medio vacío o medio lleno?- Le preguntó un depresivo a otro.
-Lo veo roto en mil pedazos sobre tu estúpida cara."
"-¿Tu a quién quieres más a papa o a mama?- Le pregunta una abuelita a su nieto
- A ninguno. - Le contesta el niño.
-¿Y eso?
- Pues a Papá no porque se pasó siete de los nueve meses que estuve dentro de mi madre noche y día golpeándome la cara con su jodido pene. Y mamá tampoco porque se pasó todo el puñetero embarazo tratándome de sacar de su barriga con la punta de una percha oxidada."
"Erase un cuento tan pero tan bonito que nunca tenía fin."
©Richard Archer
Oasis
martes, febrero 26, 2008
Acosando que es gerundio.
¡Piticlinnnnnng! ¡Piticlinnnnng!
Acabo de llegar de la comisaría. No hay nada que hacer. Si no hay amenaza directa no hay denuncia. Por mucho que sospeche quién es la persona que me está llamando al teléfono. Si no dice ni "Mu" no hay tu tía. He hablado con "Orange" y tampoco pueden hacer nada. Hoy el acoso ha comenzado a las 9:50. Desde ese momento hasta ahora que son las 12:53 (esta última la ha contestado personalmente Paloma) ya llevan 9 llamadas todos en intervalos de 30 minutos aunque hay algunas que sólo llevan 15 ó 20 minutos o menos. Me han sugerido muchas cosas para poner fin al puñetero acoso. Una de ellas (lógica pero absurda es la de cambiarme de número) Para qué si lo va a conseguir igual por vía familiar. No puedo apagar el teléfono por temas familiares y de trabajo así que entre llamada de amigos y otras hierbas aparece la misteriosa llamada enmascarada en “numero oculto”. No suelo perder los nervios fácilmente pero os aseguro que comienzo a estar hasta los mismísimos. Paloma me ha dicho que iba a hablar con el abogado de mi (ex)cuñado. Yo, de momento, me lo estoy tratando de tomar como un ejercicio “Jedi” para controlar la ira.
lunes, febrero 25, 2008
Para qué abriría yo la boca...
Cosas que se devuelven
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La Amenaza de la Fantasma.
domingo, febrero 24, 2008
Microcuentos Volumen 2
"- Qué forma más original de ver el mundo. Murmuró el ciclista mientras permanecía estirado en el suelo esperando a que alguien lo socorriera."
"Vivieron siempre muy unidos y en perfecta armonía... hasta que el cuchillo los separó en finas lonchas."
"En un arrebato el final mató al principio por mera envidia. Entonces se dio cuenta que su vida no tenía sentido y dejó de existir."
"-¿Qué habrá al otro lado? Preguntó un moco a otro al descubrir la existencia de otro orificio en la nariz."
"No sabía porque la detenían hasta que se puso las gafas y vio sujetaba de la mano a un niño que no era su hijo."
"-Hola me llamo Sístole.
-Pues yo Diástole.
-Encantado de conocerte.
-Lo mismo digo.
-¿Y qué te cuentas?
-Pues estoy siempre que no paro.
-! Qué casualidad, yo también!
-¿Y si nos tomamos unas vacaciones?
-No sería mala idea. Creo que nos lo merecemos.
-¿Pues a qué esperamos?
PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII..."
©Richard A. Archer
Dani visto por Adam


Dislexia.
Extraído de una conversación rutinaria con mi sobrina:
-Tito estoy leyendo un libro que es un poco rollo.
-¿Cómo se titula?
- Manolito Pan y Vino.
-¿Manolito Pan y Vino?
- ¡Ay, no! Marcelino Gafotas.
Al final y después de reírme un buen rato aun no logré averiguar qué puñetas estaba leyendo la niña.
La familia y trastos viejos, pocos y lejos...
“Pobre Caroline…” Esta es la frase más recurrente escuchada en labios de muchos miembros de mi familia. Pero sólo se queda en eso, en dos palabras. A veces también aparece otra frase: “A ver si un día de estos vamos a verla…”, una sintaxis un poco más comprometida pero tan estéril en su resultado como tratar de sembrar un campo con kilos y kilos de cal viva. He hablado muchas veces de la familia del capullo pero poco de mi propia familia. Por lo menos la que tengo más cerca y que pertenecen a la rama de mi madre. En primer lugar no tienen ni punto de comparación con la pandilla de mamarrachos y de seres de circo de la (ex) familia política de mi hermana. Tienen sus defectos (y alguna virtud) como todo el mundo, pero nada que ver con el comportamiento animalesco de "El otro lado". De eso no tengo duda. Y no es que porque sean mi familia. Hay cosas que no tienen cajón. Sin embargo en cuestión de desidia no les gana nadie. Excusas todo el mundo sabe poner, desde el típico “No tengo tiempo”, “Estamos muy liados ”, hasta un largo etcétera. Cualquier dribleo es bueno con tal de no acercarse ni un solo momento a ver a mi hermana. No todos se han comportado así, hay excepciones, pero también ha habido quienes se merecen formar parte del museo de los horrores (crueles horrores) El numero uno se lo lleva una de las primas de mi madre, una tipa forrada de pasta hasta que se le salen de las orejas que basa su vida en el odio hacia todo ser viviente (en especial predilección por su hermana y sobrinos) y en coleccionar muebles antiguos. Dicho ser tiene la virtud (o el defecto) de emular al río Guadiana: aparece y desaparece por arte de magia. Cuando hace acto de presencia (cual bruja Maléfica de La Bella Durmiente del Bosque) no es sino para sembrar odio y malestar. Como una especie de “Angela Channing” engaña posee un arte para engañar haciéndote creer que en ese momento está de tu lado y que va a hacer todo lo posible por echarte una mano (una garra llena de pinchos podrida y hedionda diría yo). La última vez que apareció prometió ayudar a mi hermana, personalmente, le dio esperanzas, anhelos iba a hacer todo lo posible por buscarle los mejores médicos para que la sacasen del pozo donde se encuentra atrapada. Al final no hizo nada. Dejó a mi hermana esperando sin ningún atisbo de solución por su parte. Es más, arrepentida de su oferta me llama un día para recriminarme lo mal hermano que yo era ¡porque no hacía nada por mi hermana!… Oír para creer. Me lo estaba diciendo una tiparraca que odiaba a muerte a su propia hermana (enferma) y a la que deseaba la peor de las muertes. Una tipa que nunca tuvo hijos por el simple hecho de que estos no se comieran su fortuna. Que por cierto había amasado gracias al odio, el egoísmo y la codicia. Ni tiempo me dio para decirle que se metiera todo su dinero en el culo. Colgó. Así de fácil. Como una tarántula o escorpión me dejaba a mi todo su veneno y se quitaba el problema de encima. Eso sí, me dijo que todo su dinero y sus casas (la de Paris, Roma, Capri y Barcelona) iría a parar a un convento de Carmelitas y a Greenpeace antes que ir a parar en manos de un médico que pudiera ayudar a mi hermana. Prefería ayudar a las ballenas o a dar dinero a la iglesia (supongo que haciéndolo se pensaba asegurar un lugar de privilegio en el cielo) que ayudar (cuando ya se lo había prometido a la propia enferma). Cierto es que cada uno hace con su dinero lo que le dé la gana, ya sea si se lo ha ganado con el sudor de su frente o con el sudor de su espalda o bien ambicionando y conspirando cual rata de cloaca. Lo que no veo justo es que se juegue dando esperanzas a aquellos que realmente necesitan ayuda para luego dejarlos en la estacada. Eso es crueldad. En el amplio sentido de la palabra. Una actitud tan deleznable como cuando mi (ex)cuñado cuando se regocijaba golpeando e insultando a mi hermana. Pero, a todo esto ¿Qué es peor, prometer ayuda y negársela o no hacer absolutamente nada? Pienso que despreocuparse es tan infame como hacerlo y luego quitar la mano tendida a modo de ayuda. ¿Cómo es posible ser tan ciegos y negar un poco de aliento a una persona que lo necesita? Ni una simple llamada, ni una simple visita, ni una mísera ayuda. Nada. Vacio. Eso es lo que he recibido de mi familia. Luego, claro está, cuando todo termina y el atormentado acaba en un ataúd vienen los lloros “Ay, si lo llego a saber…” o “Podría haberla ayudado más…” Típico. Por lo menos siempre quedan los amigos. Al menos a estos los elijes…
sábado, febrero 23, 2008
Microcuentos Volumen 1
“Recorrió el mundo buscándose a sí mismo sin ningún resultado. Cuando por fin llegó a casa y se asomó al espejo del cuarto de baño descubrió que por fin se había encontrado. “
“Supo que había abandonado por fin la realidad cuando comenzó a soñar.”
“Por fin encontró al hombre de su vida. Justo cuando ambos coches se estrellaban mortalmente en un choque frontal.”
“¿Estará construido mi ataúd? Pensó el hipocondríaco. “
“Cuando vio las barbas de su vecino cortar lo detuvieron por mirón. “
“Un segundo antes de morir achicharrado en la silla eléctrica descubrió que él no era el culpable.”
“Cerró los ojos y sus zapatillas dejaron de hablar.”
“Prometió dejar de beber. Justo cuando ambos coches se estrellaban mortalmente en un choque frontal.”
©Richard Archer
viernes, febrero 22, 2008
¿Luz o tinieblas?

A lo largo de los años uno se ha cruzado con mucha gente, de todo tipo he de reconocerlo, algunos buenos, otros malos, otros más bien tirando a gris oscuro y muy pocos en tono blanco nuclear. La conclusión que he sacado (tampoco es que haya descubierto la sopa de ajo con ello) es que hay gente buena y gente mala sobre la faz de la tierra(¿debería ganar un Premio Nobel por tal descubrimiento? Jijijijiji Jejejeje jojojojo). Pues bien después de esta banal apreciación a modo de primera reflexión, como una tenue pincelada sobre un lienzo virgen, permitidme, por un momento, ahondar en el posible lado metafísico de la maldad según a mi modo de parecer. No voy a hacer como Sisterboy y hablar como hace en su blog (baste decir de forma inquietante pero interesante) acerca de asesinos en serie. Me gustaría afrontar la maldad desde otro punto de vista, bien como algo abstracto y menos imparable que la furia asesina de unos desquiciados con problemas de autoestima o vete a saber que otros trastornos de personalidad. En primer lugar soy de los que piensa que si existe bondad (os aseguro que la existe) ya sea de muchos tamaños y formas también existe maldad en la misma mesura que su antagonista. Para que haya bien hace falta que haya mal, pero ojo siempre en la misma mesura, si se desequilibra la balanza (cosa que me parece matemáticamente imposible) el caos se adueña de la situación y enturbia el horizonte como un espeso banco de niebla confundiendo a todo aquel que lo contemple. Existe una teorías reencarnacionistas que comparto en opinión que habla acerca de la necesidad del equilibro entre la armonía y el caos. Vamos, que de misma forma que hay seres que evolucionan (ya sabéis aprendiendo de las situaciones que se vean afectados, sean de la índole que sean) también hay gente que involuciona, sobre todos aquellos que acumulan ceguera debido al odio, envidia, egoísmo y toda suerte de cosas chungas que alguien en su día denominó pecados capitales (para más información repasaos el catecism
o o si no leéis veros la aburrida “s7ven” (David Fichtner,1996)) Una de las pocas cosas que aprendí durante mi periplo por el (farragoso) mundo esotérico fue a escuchar al silencio. Os aseguro que el silencio habla y dice más cosas que una docena de oradores cargados de los mejores pensamientos filosóficos de la humanidad. Os propongo un ejercicio básico (igual ya lo habéis practicado alguna vez) se trata de que cuando os encontréis en la calle os fijéis en la gente que os rodea. Escuchadla, ved como se mueven e interactúan. A veces, os puede llegar información acerca de ellos, información acerca de la edad y el estado evolutivo de su alma (da igual que no creáis en su existencia). Hay rostros que hablan. Gente primitiva, casi primigenia. Gente con una actitud básica hacia sí mismos y hacia los demás. Pero habría que diferenciar cuales de ellas son almas jóvenes y cuales almas en estado regresivo. Es posible que unos acaben literalmente de aterrizar en esta existencia y están aprendiendo desde lo más rudimentario. Son como rocas a las que hay que tallar para sacar un diamante en bruto o en su lado contrario un trozo de carbón más negro que la madriguera de un topo.
Los peores son aquellos que llevan mucho tiempo deambulando en este plano pero encontrarse en una situación de retroceso. Son seres que no quieren aprender de sus errores y prefieren caminar siempre en círculos enfurruñándose consigo mismos (y de paso con los demás). Son seres con una carga de energía (en este caso negativa) acumulada de la potencia de un misil termonuclear. Son peligrosos, autenticas bombas de relojería. Un peligro consigo mismos y para los demás. Son seres que se pasan su existencia produciendo un mal constante. Como un tumor de crecimiento lento, casi inocuo pero potencialmente maligno. Muchos de ellos saben que hacen daño. Incitan a otros a hacerlo y se regocijan de su maldad y del daño que producen. Para ellos el mal es una especie de superdroga que los mantiene como en estado de euforia constante. Algunos confunden (o pretenden asociar) ese mal con locura, ya sea transitoria o bien permanente. No tiene nada que ver. Los locos no son conscientes del mal que pueden producir. Son instintivos, básicos, pero en definitiva inconscientes. Curiosamente en estos días que deambulo con mi hermana por la sala de psiquiatría he podido darme cuenta de ello. No, los malos de verdad, aquellos que disfrutan con su maldad son cien por cien conscientes de sus actos y disfrutan como monos destruyendo todo a su paso. No todos son iguales, cada uno de ellos está versado en una especialidad. Los hay que gozan del poder de la avaricia, hay quienes disfrutan haciendo daño con su egoísmo, los hay que sufren verdaderos éxtasis de placer sembrando ira allí donde pasan. La maldad (como la bondad) existe en todos los grados y estatus sociales. Adoptan muchas formas y abarcan todo tipo de profesiones, ya bien en forma de políticos, gente versada o como personas anónimas de la calle. Sigo pensando que los peores malos son aquellos que son conscientes de ello. Los que realmente saben que hacen el mal pero se auto convencen de que ellos son buenos y portadores de la verdad absoluta. Son aquellos que culpan de sus desgracias a los demás y son los peores porque se marcan un objetivo primordial: “Joder la marrana”. Se vuelven incansables, porque nunca se encuentran satisfechos con los resultados conseguidos y porque ven como sus víctimas sobreviven día a día superando con éxito sus incansables ataques.
El mal como el bien está en la naturaleza de los seres. Esa es otra verdad como un templo. Las energía que nos rodea puede ser canalizada hacia una sola dirección si nos lo proponemos. Hay cura para el mal (por lo que también debe haber cura para el bien) pero depende mucho de la naturaleza que lleva cada ser educar o reconducir esa energía hacia un lado u otro de la balanza. Uno puede entrar de cabeza en el lado oscuro como salir por si mismo del caos. Depende de las ganas que le pongamos. No hay una persona cien por cien buena como una persona cien por cien mala (hasta Hitler o la Madre Teresa de Calcuta tendrías sus buenos y malos momentos) Herramientas para encaminarnos (o descarriarnos) tenemos todos. Tentaciones haberlas haylas pero también hay momentos de lucidez y de saber dominar la bestia. De ti depende: “O tú cabalgas sobre la bestia o la bestia cabalga sobre ti…”
miércoles, febrero 20, 2008
Bendita (e inocente)ignorancia.
La esencia del silencio.
Una de las cosas que predominó durante la jornada de ayer, durante el momento que permanecimos en el juzgado de familia de la Calle Valencia en Barcelona fue el silencio. Un silencio tan denso como una pared de plomo de un kilometro de espesor. Si, teóricamente allí no se iba a celebrar nada agradable, aunque no sea políticamente correcto expresar a lo largo de estas líneas una satisfacción rotunda y llena de plenitud, por lo menos por lo que a mí respecta. Se acabó. Fin de una etapa pero no de una historia. Todo quedó contrastado y firmado, a pesar de cierta incertidumbre por parte de la juez que llevaba el caso. Os cuento con más detalle. Mi hermana y yo llegamos al juzgado media hora antes. Durante el trayecto aproveché para invocar a los espíritus familiares poniéndole en el coche el casete donde se encontraban registradas las voces de mis padres, abuelos, amigos y nosotros mismos. Lo utilicé a modo de terapia. Mi hermana estaba tensa. Lógico. Iba a poner fin a 24 años de relación y 16 de matrimonio. Eso pesa y comprendo que pese al dolor que ha sufrido durante todos los años de su vida con el padre de sus hijos cosas buenas, aunque pocas, también ha habido. El rostro de mi hermana al salir del hospital era un rictus. Por un lado hacia casi un mes que no pisaba la calle, y ahora, cuando lo hacía no era precisamente para pasear ni para irse a comprar cantidades industriales de Donuts de chocolate (sus favoritos). Como ya he repetido iba a cerrar una parte de su vida. He de decir que ya tenía en mente darle la “sorpresa” de ponerle la cinta con las voces del pasado. He de reconocer que en algún momento pensé en no hacerlo. Sólo le faltaba que uno de los días más importantes (y porque no, dolorosos de su vida) le restregara por los oídos el sonido de las voces de aquellos seres queridos del pasado que ya en esos momentos no se encontraban con nosotros. Reconozco que me sentí un poco cruel aunque el resultado final fue muy distinto a lo especulado. Una de las cosas que conseguí tras poner en marcha la cinta fue que sus labios se relajasen considerablemente despegándose el uno del otro, dejando paso al tenue esbozo de una tierna sonrisa. Su cuerpo se relajó automáticamente, se sentía segura, arropada por la voz de mi madre, de mi padre e incluso escuchándose a ella misma con 35 años menos. De vez en cuando me miraba. Supongo porque se acordaba de situaciones que en la cinta no eran ni remotamente visibles. Recuerdos tal vez de gestos, de imágenes de miles de detalles que a uno mismo en estos momentos se le escapa de cualquier posible explicación. Una cosa si está bien clara. La invocación del pasado en forma de cinta magnética funcionó. Tener a sus padres allí, aunque sólo fuese en voz le dio fuerzas y algo de seguridad. Por lo menos eso es lo que yo pude percibir al respecto. Llegamos al juzgado y esperamos a Paloma en la puerta. Como no llegaba (tenía otro juicio en los juzgado de Santa Coloma de Gramenet) decidimos entrar, además comenzaba a chisporrotear. Ya dentro apareció un señor muy nervioso que se presento como el abogado de mi (ex) cuñado. El tipo estaba muy agitado pero se presentó muy amable y cortés con nosotros. Se interesó en el estado de salud de mi hermana y nos comentó que Paloma le había llamado y que estaba ya llegando al juzgado. También nos dijo que el capullo (él no lo llamó así) estaba arriba esperando. Esperando a los ascensores se me ocurrió preguntar por el EAIA. La respuesta del abogado fue una subida de ojos y una sinceridad fuera de toda duda acerca de lo que sentía hacia la tipa responsable y su afán por boicotear todo lo relacionado con el litigio y el asunto de los niños. Nos comunicó que no nos preocupásemos que allí no había nadie que no fuese más que los propios interesados, es más, nos dijo que había avisado al capullo de que no dijese nada a los responsables del EAIA para que no entorpecieran la causa. En eso llegó Paloma. Después de los saludos cordiales volvió a salir el tema EAIA a relucir dejando al final la cosa como lo que realmente era. Un berrinche de una inepta llena de prejuicios y sin pies ni cabeza. Ya habría tiempo más delante de encargarse judicialmente de ella. Tardamos un poco en subir debido a que solo funcionaba un ascensor y el que quedaba con vida no hacía más que subir y bajar plantas que no correspondían con la que a nosotros nos interesaba. Cuando llegamos, por fin pudimos ver, nada más abrirse las puertas a mi (ex)cuñado sentado en una butaca de plástico, haciendo ver que leía un periódico. Lo curioso es que no noté nada de nerviosismo en mi hermana, por lo menos en ese instante. Mientras Paloma y el abogado del capullo arreglaban papeles mi hermana y yo nos sentamos a esperar, a dos escasas butacas de donde se encontraba el capullo. No nos dijo nada, ni falta que hacía. Se dedicó a mirar como interesado el periódico y taparse la cara con él el mayor tiempo posible. Noté como mi hermana hacía un par de miradas fugaces (moviendo el cuello lenta y torpemente) hacia él. Solo recibió silencio. Qué más podía esperar. En esos momentos y pese a lo que ha sucedido en todos este tiempo me dio por pensar en lo complejo (y extraño) que resulta el comportamiento humano. Tres personas sentadas en una misma sala con muchas vivencias compartidas y ahora sólo había silencio entre ellos. Era como tres extraños que coincidían en un mismo día y hora con la única cosa en común que haber elegido un idéntico lugar concreto. A ver, tampoco esperaba más, ni lo estaba deseando. Pero uno no dejaba de pensar en cómo unas (duras) circunstancias determinadas podía convertir en personas con muchos vínculos en común en perfectos extraños. Era como tratar de darle sentido o lógica a un cuadro de Salvador Dalí o Mauris Cornelis Escher. No por ello dejé de sentir tristeza a pesar que en lo más fondo de mi corazón desease quitarme de encima a ese personaje de mi vida. Resulta irónico que en esos momentos pudiese hacer justicia sobre que ganada cada uno de todo ello y que se perdía. A grosso modo unos ganaban la libertad, a partir de entonces podrían hacer con sus vidas sentimentales lo que le dieran en gana y sin dar explicaciones a nadie (aunque aquí quien más salía ganando era el capullo ya que mi hermana de momento no cuenta con muchas posibilidades y ahora mucho menos después encontrase donde se encuentra ahora internada) por otro lado otros ganábamos la posibilidad de ejercer una paternidad que no estaba ni siquiera planificada, por lo menos desde antes de que este violento terremoto sacudiera los cimientos de la familia. Por último, otros ganaban la posibilidad de poder rehacer sus vidas en el seno de una nueva familia (atípica para algunos sectores conservadores de la sociedad) pero en definitivas cuenta un nuevo y peculiar núcleo familiar. Permitidme que me confiese sobre algo que estos días atrás me viene mucho a la cabeza y que no es más que el resultado de una conversación que mantuve con una de mis primas sobre el asunto de mi hermana. Es algo que también me sobrevino durante el tiempo que estuvimos sentados esperando a entrar para hablar con la juez y que vino propiciado por el profundo silencio que reinaba pese al bullicio de la gente que nos rodeaba en ese momento. Hace unos día mi prima, por teléfono me comentó algo que en un principio no le di toda la importancia que se merecía. Si me llamó la atención pero no lo suficiente como para darle vueltas al asunto. Supongo que son ese tipo de comentarios que se hacen a veces y que deben permanecer u n tiempo en las neuronas macerando como si fuese un tipo de licor extravagante y con mucho cuerpo. El comentario en resumidas cuentas hacía referencia a como tanto mi hermana como mi (ex) cuñado habían conseguido endosarme su vida (o lo que quedaba de ella) tras su (porque no decirlo ya preconocido) fracaso matrimonial. Yo lo resumo a “recoger los pedazos” aunque a simple vista (y dentro de su más que complejo significado genérico) suene como a muy liviano. Sus vidas están hechas trizas y yo me he quedado con una parte de ellas para tratar de reconstruirlas. Nunca habría sino más cierto. Pero elegir ese camino tiene también su precio. A la larga he de reconocer que he supeditado mi propia vida a reconstruir lo que queda de la de mi hermana. Ojo en ningún momento quiero dar a entender o provocar ciertos malentendidos ni que tras asumir ciertas responsabilidades me lamente o me retracte sobre el resultado final de toda esta compleja ecuación. Sólo apuntar que a veces veo como mi vida ya no es cien por cien mía, supongo que es un sentimiento muy común en personas que hayan vivido una situación semejante. Cuidado, tampoco quiero que nadie me relacione conla palabra egoísmo, simplemente dejar constancia de que muchas veces me siento como el Carpatia tras el hundimiento del Titanic.
martes, febrero 19, 2008
Día D hora H
jueves, febrero 14, 2008
Los mismos perros...

viernes, febrero 01, 2008
Frase de la semana
- ¿Qué?
-Sácame de aquí o me volveré loca.
Caroline Susan Archer a su hermano Richard.
Caminando en círculos.
Espero arreglar las cosas para la semana que viene. También espero arreglar el tema económico. Ayer fue a hablar con la aseguradora para que me dejasen disponer de mi dinero de mi plan de pensiones para pagar a Paloma por el tema divorcio. Me han de decir algo antes del jueves. Habrá que esperar. Suma y sigue…