Lo que sucede a continuación es lo siguiente (todo ello como en décimas de segundo):
1. Grito mientras me llega el pánico a todo galope.
3. La revista sale volando de mi vista, lo más lejos posible.
4. Angustiado me seco las manos contra la ropa como si hubiese tocado algo inmundo y tuviese los dedos manchados mientras mi cuerpo tiembla y se me seca la boca.
Como veis nada agradable. Resulta curioso que sienta más miedo con imágenes estáticas que con películas o documentales o incluso cuando visito el acuario. Eso sí no me siento cómodo tampoco y mucho menos me gusta acercarme a la pantalla del televisor o al cristal de la pecera cuando me encuentro ante ellas, pero sorprendentemente el miedo es menor y mucho más controlable. También sucede que cuando he visto una imagen submarina luego puedo enfrentarme más o menos a ella. Puedo abrir la pagina donde se encuentra y contemplarla a cierta distancia. Con imágenes subacuaticas de ríos no me sucede lo mismo. No me gustan pero no me producen tanta aprensión, eso sí, a no ser que vengan acompañadas de la silueta de un submarinista. No puedo tocar los trajes de neopreno, ni las bombonas de oxigeno, ni siquiera las aletas de buceo. Otras imágenes que me dan miedo son los cascos de los barcos vistos desde abajo, los naufragios, las algas y las rocas sumergidas.
Altratar de ilustrar este artículo con fotografías submarinas (elegidas desde Internet) lo he pasado francamente muy mal. Pero siempre dicen que si escribes sobre lo que te asusta (y lo ilustras) al compartirlo con mucha más gente el miedo se hace muy pequeñito. Y eso es lo que he intentado dejarlo en ridículo y verle la cara cada vez que entre en el blog.
Por cierto, una anécdota. Hace catorce años fui de viaje al Caribe. No se por que motivo me apunté a un "Seafary" es decir, pasar un día en un barco en alta mar con todo tipo de actividades acuáticas, entre las que incluía contemplar la fauna y flora de las profundidades. ¿Os pensáis que me libré de ello? ¡Ja!, tuve que hacerlo, casi obligado. Fue el capitán del barco quien me acompaño personalmente en tan “gratificante” experiencia. Nos alejamos del barco a nado y llegado a un punto me invitó a sumergir la cabeza para contemplar que estaba sucediendo bajo mis pies. Así como media docena de veces. En cada cabezazo pensaba que me moría, aun así he de reconocer esa mañana el mar estaba tan bello como pletórico de vida. Vi peces tropicales de todos los colores nadando en bancos, vi corales de formas espectaculares y grupos de peces resguardándose a su sombra. Vinieron como dos docenas de peces, de todos los tamaños, por que al capitán se le ocurrió que igual me gustaba verles comer de mi mano. Mientras tanto yo me decía: " Es media hora, nada más. Con que sólo lo hagas una vez en tu vida es más que suficiente. Piensa que si te entra el pánico te ahogas, y si te ahogas te mueres y mientras te rescatan te vas a quedar un buen rato allá abajo donde no te gusta estar, así que aguanta como un jabato y disfruta lo poco que puedas de lo que estas viendo". Y aguanté. Y disfruté. Pero nunca más.
5 comentarios:
Esto me recuerda a un telefilme en el que un grupo de personas esta dentro de un ascensor, uno de ellos empieza a mostrar un gran nerviosismo y se produce esta conversación entre el individuo y una señora:
Señora: ¿Que le pasa a usted?
Hombre: Es que tengo miedo a los sitios cerrados
Señora: Vaya mi marido también tenia claustrofobia pero lo resolvió.
Hombre: Vaya ¿y como lo hizo?
Señora: Evitando los lugares cerrados
juaujaujaujauja
Aun gracias que mi fobia es limitada. Pero cuando el miedo es a algo tan cotidiano es la hostia.
Tenia unja amiga que era agorofobica y se había pasdo cinco años sin salir de casa. Eso si tenia a to kiski en casa, a todas las horas del dia. Compraba por telefono o con catalogo hasta ligaba y todo.
Yo tenía la fobia de la oscuridad al revés, en la noche, si dormía en otra habitación, la recorría a oscuras, palpando todo por si ocurría algo en la noche y tenía que huir de ahí.
Aún ahora me encanta la oscuridad y no soporto la luz intensa.
Desde luego es mejor tener fobia a algo que puedes evitar tan fácilmente. Yo por ejemplo tengo fobia a ir de pasajero en un coche, eso sí que es jodido.
En cambio una amiga que tiene fobia a los payasos (literalmente si ve uno se larga corriendo) no ve demasiado limitada su vida, salvo en Carnavales, época en la que no sale de casa.
Pues otra colega tenia fobia a los gatos. Un dia vino adormir a casa me dijo que era capaz de tirarse por la ventana si veia que se acercaba.
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