miércoles, agosto 23, 2006

I want it all and I want It Now

Parece curioso, bajo pero éste himno de Queen se esconde una realidad que en determinados sectores está levantado dolorosas ampollas. Para muchos Internet es uno de los mejores inventos del siglo pasado. Es rápido, inmediato y anónimo. Nos permite comunicarnos, relacionarnos, expresarnos e incluso practicar cibersexo o jugar. También nos permite compartir, intercambiar y cooperar. Internet es solidario, en el amplio sentido de la palabra. Para otros la red de redes es la peste. Un estandarte del crimen audiovisual por antonomasia. Las distribuidoras musicales y cinematográficas están en constante lucha contra la piratería, pero por algún motivo siempre se les escapan de las manos. Ahora es el público quien parece tener la sartén por el mando y eso duele, no sólo en los bolsillos, sino también en la moral. Reconozcámoslo, Internet permite descargar música, películas y series de televisión (subtituladas por internautas anónimos, sin el más mínimo afán de lucro) simplemente por el hecho de poderlas ver y disfrutar sin tener que esperar a que cualquiera las ponga en circulación por los circuitos tradicionales. Rapidez, esa es la esencia. La red es rápida, el público es hábil e igualmente veloz, los distribuidores desgraciadamente no. Es más, parecen empeñados en no dar su brazo a torcer, con una tozudez digna de una mula mientras a cada segundo que pasa pierden toneladas de dinero. ¿Quién tiene la culpa de la actual crisis? ¿Quizás la codicia del público por poseerlo todo, sin pagar un duro y al instante? ¿O bien el orgullo de las distribuidoras por no querer dar su brazo a torcer y buscar soluciones mientras se emperran en caminan a paso de tortuga? Lo que está claro es que hay que cambiar, de alguna forma pero ya. Hay que bajar precios, ese sería un buen primer paso. También servir el producto lo más rápido posible y con una calidad que no ponga en tela de juicio la duda de aquel que lo va a comprar. Calidad ante todo. Quejarse es fácil, actuar en beneficio de todos es otro cantar. De momento quienes han dado un gran paso son los fabricantes de Home Cinema y demás tecnología para el ocio. Formatos malditos como el MP3 o el Divx forman parte de sus funcionalidades básicas. Ellos si han dado el paso. Han buscado soluciones por lo que ya no seguirán formando parte del problema.

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