Recuerdo con mucho cariño a mis “Madelman”, aquellos muñecos articulados que siempre se les caían las botas y dejaban a la vista un muñón en vez de un pie con sus cinco dedos.
No recuerdo bien cuantos tuve. Si recuerdo alguno especial para mí como el astronauta con el traje que aparecía en la película 2001 Una Odisea en el Espacio. También recuerdo el esquimal con su trineo y su perro, el espeologo y el mecánico. Los “Madelman” eran juguetes geniales pero siempre tenían un defecto: Sufrían del menisco. Según como los manipulabas a veces te quedabas con una pantorrilla entre las manos. En mi caso había lloros. Había dejado cojo a uno de mis amigos, uno que quizás aquella misma noche no llegaría a tiempo para evitar que el monstruo del armario me llevase al interior de su guarida. El pegamento no servia de nada. El "Booh" era inútil. Aun no existía el "Super Glue 3" y el "Imedio" era fuerte pero no para darle muchos trotes a la pierna herida de mi amigo articulado. Lo único que servía era el "celo". El único inconveniente era que dejaba la pierna rígida y el simple hecho de doblarla era prácticamente imposible. Es curioso como uno recuerda como jugaba con estos personajes y siempre se olvida cuando uno dejó de verlos en la estantería o el cajón de la habitación. Simplemente desaparecían o eran repuestos por otros juguetes, a veces nuevos modelos (con pies y cara menos bobalicona) o por nuevos muñecos articulados, como los "Big Jim" o los "Geyperman" mucho más grandes y resistentes. También ganaron terreno los cómics, al principio infantiles para luego pasar por el universo de los superhéroes y luego al cómic "Underground" con cierta carga de sexo y gore.Hace un par de años he podido rescatar objetos de mi pasado. No son los originales pero en esencia son ellos, tal y como los recordaba. He recuperado cuarenta “Madelman”, gracias a la colección que editó Altaya. También varios "Geyperman", el único que se me resiste es mi apreciado "Big Jim" y todos sus amigos (Big Joe, Big Jack, Dakota Joe,
Hacía tiempo que quería escribir. Es decir, hacerlo siendo yo mismo, sin estar pendiente de una fecha de entrega o a cambio de un talón. Creo que ya va siendo hora de armarme de valor, de entrar en el caserón, de abrir ventanas y puertas y permitir que la luz invada su interior. Necesito dar forma a los fantasmas, atraparlos, enfrentarme a ellos y asumir que, en el fondo, también forman parte de mi vida.
martes, agosto 29, 2006
Recuperando amigos del pasado.
Cuando nos vamos haciendo mayores a veces sucede que nos invade la nostalgia. Sobre todo con objetos que formaron parte de nuestra infancia. Yo de niño era muy cuidadoso con los juguetes. Me gustaba conservarlos, si era posible, en sus propias cajas. Los consideraba como seres vivos, especiales y dañarlos era casi cometer un crimen. Tenía una vecina que nos decía que los juguetes a las 12 de la noche cobraban vida y organizaban sus propias juergas mientras nosotros dormíamos. Algunos de ellos se escapaban, otros eran más prudentes y velaban por nosotros de ogros y brujas que querían llevarnos a sus cuevas para devorarnos. Mi fantasía infantil solía imaginar grandes aventuras donde mis juguetes luchaban a brazo partido contra bestias inmundas que habitaban en el interior del armario o bajo el somier de mi cama.
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2 comentarios:
Mi preferido era el Madelman Policia Montada del Canada con su casaca roja y sus botones dorados, era de lo más elegante. Y más todavia a medida que pasaba el tiempo y la casaca se iba deteriorando, le daba un aire como de mercenario o soldado desertor.
El helicoptero era una pasada
Yo tambien tenia el helicoptero. Era uno de mis juguetes preferidos junto al carro blindado de los geyperman y el camion de rescate de los big jim
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