domingo, diciembre 31, 2006

Amanece... que no es poco.

Después del día ajetreado de ayer (por cierto con cierta manía persecutoria por mi parte tras acudir a nuestra cita) hemos amanecido con más noticias. En primer lugar el capullo ha venido a buscar la ropa y demás enseres de los niños. Me ha llamado esta mañana y me ha dicho, parco en palabras, que le preparase todo y lo dejase en la puerta de casa. Ha aparecido. Serio y sin apenas abrir la boca. Se lo ha llevado todo, incluido los regalos de Navidad que nos hizo a Miguel y a mí. Lo ha tenido que hacer en varios viajes. La otra cosa que ha sucedido es que mi hermana me ha llamado. Me ha preguntado (como ha podido) qué había pasado con los niños. Se lo he dicho. Le he pedido que espabilase, que esos niños no estaban en buenas manos y que podríamos perderlos. Que si ella quería podrían volver con nosotros. Me ha dicho que hablaría con el capullo. No se si conseguiremos arrancarle los niños de cuajo. Eva, a través de una buena amiga nos ha ofrecido una muy buena oportunidad para conseguirlo y de forma legal.

Veremos que sucede…

sábado, diciembre 30, 2006

Noticias desde el frente

Acaba de llamar otra de las hermanas del capullo de mi cuñado. Precisamente la que se dejó a los niños en la calle porque estaba agarrada a una farola viendo como el mundo giraba vertiginosamente a su alrededor. Me ha preguntado qué es lo que pasaba. Que le habian dicho que habia echado a los niños de casa y que era muy feo hacer eso en estas fechas tan señaladas. Eso si me ha dicho que lo ha puesto en duda y despues de explicarselo parece que lo ha entendido. En un momento dado de la conversación ha salido el tema de los maltratos. Se ha puesto un poco farruca y me ha dicho que la que maltrataba en esa casa era mi hermana, con ataques psicologicos que son peores que una brazo roto o un moraton ("También se que mi hermano se ha ido de la mano con tu hermana pero al fin y al cabo un moratón y las roturas se curan y con el tiempo ya no se notan pero los psicologicos son los peores... y eso no se van, se quedan." Me dice...) Me ha comentado que no saben que hacer con los crios. Que mi cuñado esta cabreado, deseperado y acojonado (al parecer la Sargento de Hierro no sabe tampoco que hacer con ellos) y que si se puede arreglar la situación. Le he dicho que los niños no son problema pero que ahora estamos hasta los huevos de su familia y que se coman la situación con patatas. Luego ha añadido que los niños han dicho que yo despotrico de su familia. No es mentira, solo en parte. Lo que dice que ellos dicen no lo he soltado de mi boca. Hay cosecha de otra fuente y todos sabemos de donde viene...

Apilando recuerdos.

Miguel y yo estamos recogiendo la ropa y enseres de los niños. No me imaginé que su marcha fuera asi. Hay centenares de ropa y juguetes y libros y material escolar en la puerta. Cada cosa que encuentro me da un vuelco el corazón. Porque me traen miles de recuerdos. A veces, cuando en las peliculas ves una situación semejante, te produce hasta risa y piensas lo exagerado que es todo. Ahora se que no es verdad. Hace daño. Pienso en los crios mucho. Su tía nos ha asegurado por teléfono que los niños dicen que su tío los ha echado de casa. Que Miguel y yo no les queremos. No me lo creo. Otra vez la mala puta está manipulando. Ahora pretende hacerles ver que somos los malos de la película. Que le den, a ella, a su padre y al resto de sus hermanas. Le he comentado a Amparo que si tubiese una lámpara mágica estoy cien por cien seguro de cual sería el primer deseo que pediría. No hace falta explicarlo ¿Verdad?

Hecatombe.

No si no puedo estar callado. Es cierto eso que después de la calma viene la tormenta y que uno no puede bajar la guardia y menos aun con escoria de la más baja calaña como la familia de mi hermana. La Sargento de Hierro acaba de hacer de las suyas, y aunque el tiro ha salido directo ella ha recibido la mayor parte. El capullo de mi cuñado acaba de llevarse a los niños, con maleta y todo y lo ha hecho con ruido, mucho ruido aunque pocas nueces. Resulta que hoy teníamos una cita por la noche, así que ya llevábamos avisando a mi cuñado de la situación, pero él como que no se enteraba o lo postergaba hasta el infinito y más allá. Hoy mientras hablaba con mi sobrina por el teléfono le he dicho que no colgase, que tenia que especificar con él que hacer esta noche 8si se los llevaba con riesgo a quedarse en la calle mientras su tía se olvidaba de ellos debido a los alcoholes etílicos o bien se quedaban en casa, solos, con canguro o con la vecina de la que son amigos sus hijos. Pues nada, me pongo al teléfono y lo que oigo de fondo es una conversación, yo le llamo y no me contesta así que pongo la oreja por que una de las voces (la más chillonas es la de la Sargento de Hierro) la tipa está como una furia, despotricando de mi y de mi difunta madre ordenando a su hermano que los niños deberían quedarse en mi casa solos y que de quedarse él con ellos nada de nada. Yo no flipo, “pa que”… Ya me lo espero todo. A todo esto mi cuñado si enterase que yo estoy al otro lado del teléfono. Cuelgo. Voy a ver a Miguel y le digo que ya estaba la otra dando órdenes y manipulando. Pasan diez minutos… Yo y miguel haciendo la comida. Suena el teléfono y me avisa mi sobrina que es su padre. Me pongo. El tono de voz es de chulo “¿¿Oye que pasa??” Me pregunta. Yo le digo correctamente que 1. Se había dejado el teléfono descolgado y que había escuchado lo que le decía su hermana y 2. Nosotros nos ibamos a las nueve y media. Él me dice 1. Que eso es mentira que no se habçia dejado el teléfono descolgado y 2. “¿Qué se supone que él debía hacer con los niños?” Yo flipo, esta vez sí. “Pues hay varias opciones” le digo. “Una te los llevas tu, otra se quedan aquí solos, con riesgo a desmonte de muebles o rotura de objetos varios (lo digo por que ya estando conmigo casi había sucedido) A lo que me contesta “Pues que se rompan…”, otra se los queda la vecina que se ha ofrecido muy amablemente (él me corta de nuevo bruscamente y me dice “¡¡¡De vecina nada!!!”) No sé por qué le capto un tono de voz muy a lo sargento de Hierro, como si alguien invisible al otro lado le esté dictando o lo haya entrenado a decir lo que tenía que decir. Como lo veo muy chulo le digo. “Mira si no quieres problemas mejor que se queden aquí solos, por mejor eso que quedarse en la calle como la última vez que una de tus hermanas se olvidó de ellos porque estaba borracha.” Entonces, cabreado como un mono me grita “Oye tu eres un borde y un chulo…“ Y aquí ya me ha dado de pleno. Creo que mis gritos se han oído por toda la zona norte de Barcelona. Me dice que viene a casa a cantarme las cuarenta y yo le digo que haga lo que le salga de los huevos. Cuando cuelgo, aun afectado y rebotado, cojo a los niños y les pongo al día de la situación. Les digo que se pueden quedar aquí si quieren pero que si su padre se pone burro los empaqueto y se van con él. Que yo no puedo retenerlos. Que si se van con él se les acaba todo lo que han disfrutado estos días. Amiguitos incluidos. Eso sí, les he dicho que les quiero mucho y que no estaba enfadado con ellos, todo lo contrario. Que estaba hasta los huevos de su familia y de su padre y su tía (aunque en el lote también incluía a sus otras siete tías, es guarro de su abuelo y a todos los primos y primas de su estirpe). Los pobres me han mirado con pena. Adam estaba callado. Laura me ha dicho que su padre vendría a discutir, que su tía lo estaba manipulando (vamos que casi me suelta todo lo que sabía de lo que suelta su tía de mi y que yo no me he enterado) Los dos tenían lagrimas en los ojos. Se han ido a su habitación. Un par de minutos mas tarde he entrado y le he dado un beso a mi sobrina. Estaba asustada. Mi cuñado no ha tardado en llamar por el interfono. Quería que bajase a discutir a la calle. No es mi estilo. Le he dicho que subiera y me insistía en bajar (Supongo que la Sargento de Hierro estaría abajo afilando se las uñas) Miguel le ha dicho que subiera. Y así lo ha hecho. Antes de entrar mi sobrino me ha preguntado si tenía que esperar en la habitación. Le he dicho que si y que cerrase la puerta. Mi cuñado ha entrado en casa como un toro recién salido del corral. Gritando como un energúmeno y alegando que yo era un mentiroso de mierda porque era imposible que le hubiese escuchado hablar con su hermana. Hasta me lo ha jurado por lo más sagrado de su vida que es su madre (¿Por qué esa idea garrula que tiene esta familia de jurar siempre por su familia?) Y me ha insistido que soy un embustero. Claro algo tenía que decir si se había dado cuenta que le había pillado con las manos en la masa. A la decima vez de llamarme embustero ya he saltado. Me estaba llamando mentiroso el tipo borracho o no que le pegaba unas soberanas palizas a mi hermana (enferma de Parkinson) día sí y día también, que había amenazado a los niños y a ella con un hacha, que había insultado a mi madre (hija de puta era lo más bonito que había salido de su boca) y le había dicho a mi hermana que tanto ella como mi madre habían tenido que haber muerto en el parto (cuando mi madre había luchado por tener hijos después de varios dramáticos abortos) Ahora ese ser inmundo estaba insultándome y poniéndome en entredicho… Me estaba llamado mentiroso como cuando llamó (él y la Sargento de Hierro) mentirosa (malcriada, mimada y caprichosa) a mi hermana y mi sobrina cuando me comentaron los episodios de violencia de casa (incluso algunos verificados por él mismo en mis narices y delante de otras personas). Yo le he gritado también. Y con ganas. Le he dicho que estaba hasta los huevos de la situación de él y de toda su familia. Le he recordado que quienes se habían preocupado por esos críos y nos habíamos deslomado éramos Miguel y yo. Les habíamos buscado colegio, les alimentábamos, hablábamos con los profesores y así un largo etcétera… Al final le he dado un ultimátum. Un mes para encontrar el puto piso o si no les empaqueto los niños y que la Sargento se los coma con patatas. Entonces él me ha amenazado. Me ha dicho que me van a denunciar (se supone que al pluralizar incluye también a la Sargento) que hemos roto un acuerdo de mantenimiento (cuando no hay nada firmado) que nos veríamos en el juzgado. Ha ordenado a los niños que hagan las maletas. Y entre tontería y tontería ha soltado una de sus frases absurdas, en plan coletilla al estilo “los últimos son los primeros y los primeros son los últimos”. Al final se han ido. Los niños convencidos de que su “Tito” les ha echado de casa, ni me han mirado apenas. Han quedado ropa y objetos personales. Dicen que los van a venir a buscar. Al cerrar la puerta me he derrumbado y he roto a llorar. Miguel y yo nos hemos abrazado. He llamado a mi prima y le he contado la situación. Me ha dicho que no me preocupase de nada que éste volvería a traerme los niños. Que lo ha hecho muy mal porque al final le ha salido el tiro por la culata. Que ahora se coma el marrón. He hablado con la mejor amiga de mi madre, vecina de bloque. Me ha dicho lo mismo.

ULTIMA HORA:

Acaba de llamar la Sargento de Hierro. Gritando. Miguel la ha mandado a cagar. Le ha dicho que porque le metíamos a ella en el asunto. Que los niños están diciendo que yo los he echado de casa, que su hermano se los ha llevado y como se ha puesto a gritar Miguel le ha pegado dos gritos y le ha colgado.

viernes, diciembre 29, 2006

Felices Fiestas y porompompero año nuevo + frase de la semana

Pues eso felis navidá . En cuanto acaben las fiestas os cuento todo todito todo...
Bueeeeno dos adelantos:
1. Los niños han hecho nuevos amigos (los vecinos de abajo) y se pasan casi todo el día con ellos jugando hasta el agotamiento. Adam acaba de pasar su primera noche durmiendo en casa de un amigo y Laura parece haber encontrado alguien que se interesa por ella.
2. Al final, la sargento de Hierro no se salió con la suya jisjisjisjisjis... Es más no la hemos visto en lo que llevanos de fiestas, tampoco nos ha felicitado las navidades (ni falta que hace) eso si sigue manipulando a diestro y siniestro.

Frase de la semana:
Somos lo que comemos.

miércoles, diciembre 13, 2006

Increible pero ¿cierto?


Esta es la cara que se me ha quedado después de ver el video que viene a continuación y que me ha recomendado Sisterboy.


domingo, diciembre 10, 2006

Welcome to the PIPG (Pachanga Indi Powa Generation)

The Polyphonic Spree - Hold Me Now
Para abrir boca dentro de este nuevo fenómeno musical os presentamos a los creadores de NeoHippysmo. Son dios y su madre y visten túnicas blancas para cantar, pero en este video no se ven. Eso si los Muppets que lo protagonizan son monisimos.

He started the day with a mood and a shake.
He was finally arranged.
And someone said with a cold, hard chest, "You're a mess!"
He woke up at nights.
He thought he was twice.
He was moving away
cause everyone thinks that it goes away with age.

Hold me now.
Don’t start shaking.
You keep me safe.
Don't ever think you're the only one
when times are tough in your new age.

Hold me now.
Don’t start shaking.
You keep me safe.
Don't ever think you're the only one
when times are tough in your new age.
You better be cool at the time.

He’s walking along with his soul in his lungs.
Ya stare at him long you can find a new song.
Everyone thinks they've got a new phrase.
But you're still miles away.
You're still miles away.
I said, "You're still miles away."

(Repeat 2x)
Hold me now. Don't start shaking.
You keep me safe.
Don't ever think you're the only one
when times are tough in your new age.

Instrumental Bridge

(Repeat 4x)
Hold me now. Don't start shaking.
You keep me safe.
Don't ever think you're the only one
when times are tough in your new age.


I´m from Barcelona - We're From Barcelona

Son mis preferidos. Estos suecos afincados en Barcelona están a medio camino entre Viva La Gente, los Humphrey´s Singers o los ya citados The Polyphonic Spree. Su cantante es mas feo que pegarle a un padre con una escobilla del WC usada pero se le perdona porque canta de p****** m*********.


I'm gonna sing this song with all of my friends
and we're I'm from Barcelona
Love is a feeling that we don't understand
but we're gonna give it to ya

We'll aim for the stars
We'll aim for your heart when the night comes
And we'll bring you love
You'll be one of us when the night comes

The Chalets - Feel The Machine
El petardeo British en todo su explendor. Si hubiesen aparecido en los 80 habrían rivalizado con horteras de la talla y calibre de Buzz Fizz, B52 o Tight Fight. Eso si el tema es la hostia montada en bicicleta y sin sillín.

It's silent its deadly
its so strong its so wrong
its shiny its grimy
its so cold its so low

Everybody wants to feel the machine
everybody yeah you know what i mean

Its nowhere its everywhere
do you trust it? you just lust it
its glowing its growing
its so weird just disappeared

interfering interfacing disappearing

its nothing its everything
its so twisted can you resist it
its coming you're coming
its in you it is you


Camera Obscura - Lloyd I'm Ready To Be Heartbroken
Otro grupo que rezuma kitch por los cuatro costados. No tiene desperdicio la cara de anodina y de mala leche de su cantante. No hay videoclip en el que la tipa que esboce una sonrisa. Vamos parece la prima hermana de Miercoles de la familia Adams. Pero hay que reconcoer que la canción es pegadiza y digna de bailarla en cualquier fiesta que se precie.

He said “I’ll protect you like you are the crown jewels” yet
Said he’s feeling sorrier for me the more I behave badly
I can bet

Hey Lloyd I’m ready to be heartbroken
I can’t see further than my own nose at the moment

Jealousy is more than a word now I understand
I know you can stay a girl by holding a boy’s hand

Hey Lloyd I’m ready to be heartbroken
I can’t see further than my own nose at the moment
Hey Lloyd I’m ready to be heartbroken
I can’t see further than my own nose at the moment

I’ve got my life of complication here to sort out
I’ll take myself to an east coast city and walk about

Hey Lloyd I’m ready to be heartbroken
I can’t see further than my own nose at the moment
Hey Lloyd I’m ready to be heartbroken
I can’t see further than my own nose at the moment
Hey Lloyd I’m ready to be heartbroken
I can’t see further than my own nose at the moment

jueves, diciembre 07, 2006

Filosofía "Marxista"

Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.

Una cita a ciegas puede convertirse en un cerdo con sombrero y un bolso de mujer.

¿A quien va usted a creer?, ¿a mi, o a sus propios ojos?

Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.

Nunca olvido una cara. Pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.

¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mi?

Una mañana me desperté y maté a un elefante en pijama. Me pregunto como pudo ponerse mi pijama.

Partiendo de la nada alcance las mas altas cimas de la miseria.

Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

Solo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde "sí", sabes que es un corrupto.

¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho, me recuerda a ti más que tú.

¿Servicio de habitaciones? Mándenme una habitación mas grande.

El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está hecho.

Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente esta demasiado oscuro para leer.

Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, esta su esposa.

El matrimonio es la principal causa de divorcio.

Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.

Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien.

Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida... lo cual no dice mucho en mi favor.

Oh! Nunca podré olvidar el día que me casé con aquella mujer... Me tiraron píldoras vitamínicas en vez de arroz.

- ¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio? - Amo a mi marido. - A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.

Cásate conmigo y nunca más miraré a otro caballo.

No permitiré injusticias ni juego sucio, pero, si se pilla a alguien practicando la corrupción sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared... ¡Y daremos la orden de disparar!

Oiga mozo, ¿y no sería más fácil que en lugar de intentar meter mi baúl en el camarote, metiera mi camarote dentro del baúl?

Supongo que había que inventar las camas de agua. Ofrecen la única posibilidad de beber algo a media noche sin pisar al gato.

Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero.

Es una tontería mirar debajo de la cama. Si tu mujer tiene una visita, lo más probable es que la esconda en el armario. Conozco a un hombre que se encontró con tanta gente en el armario que tuvo que divorciarse únicamente para conseguir donde colgar la ropa.

Dices que conociste a John en un ascensor, y mi pregun ta es: ¿subía o bajaba? Esto es muy importante porque, cuando bajamos en un ascensor, siempre tenemos una sensación de vacío en el estómago que a veces puede confundirse con amor. En cambio, si subía, se trata de un caso claro de flechazo a primera vista, y también demuestra que John es un joven en periodo de ascenso. (De una carta a su hija Miriam)

Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…

Y por ultimo:
Citadme diciendo que me han citado mal.

miércoles, diciembre 06, 2006

Necesitamos ayuda, sentenció el poeta...

Estrofa primera: Momentáneo lapsus de razón.


Hace un par de días sonó el teléfono en casa. Lo descuelgo.
"¿Si?. " Richard estoy cansada". Me dicen desde el otro lado. Durante un segundo no reconocí la voz. Era mi hermana. Me extrañó y me emocioné mucho oírla hablar de aquella forma tan coherente y fluida. Normalmente suele expresarse con monosílabos, en forma de gimoteos completamente incomprensibles. "Quiero que me operen, tengo que salir de aquí. No puedo más." Añadió. Por un momento pensé que estaba soñando. Durante esos instantes en los que se te permite recuperar a un ser querido desde el limbo suelen suceder muchas cosas. Es como reencontrarte con alguien a quien no ves en mucho tiempo y tienes unos minutos para contarle toda tu vida. Había que aprovechar el tiempo. Esa era la clave. Me dijo que el viernes tenía que ir al médico y si yo podía acompañarla. Le dije que sí, que no había ningún problema. Le expliqué que si se quería operarse del Parkinson tendría que dejar la adicción a las putas pastillas que supuestamente le estaban haciendo llevar una vida mucho menos dura. Aquello era primordial para regresar de nuevo y poder rehacer su vida. No al cien por cien pero si con algunas mejoras notables. Aproveché los escasos segundos que quedaban para hablar con ella poniendo a su hijo al teléfono. El crio, emocionado, pudo intercambiar unas palabras con normalidad con su madre.

Estrofa segunda: El Muro.

El jueves por la noche, antes de sumirme en el sueño, después de haber hecho la cena a los niños, después de que se fueran a duchar y a la cama, después de ver un par de episodios de la tercera temporada de Perdidos. Me encontraba tumbado en la cama, con la mirada perdida en la oscuridad y fija en alguna parte del armario. Escuchaba música. Pensaba en el Parkinson. Pensaba en mi hermana. Pensaba como después de encontrarle casa a mi cuñado (90m2 por 590 €, una casa réplica de la mía con 4 habitaciones y justo enfrente de donde vivimos), la rechaza y decide preferir buscar un estudio de una habitación cque deberá compartir él y los dos niños. Pensaba en como el médico (supuestamente uno de los mejores de Barcelona) sólo se preocupaba si ella se tomaba las pastillas obedientemente y en el orden que a ella le diese la gana. Sin control. Pensaba como la llegada de los niños nos había cambiando la vida a Miguel (que dormía a mí lado) y a mí. Pensaba en como mi cuñado apenas se quedaba unos minutos con sus hijos y se largaba tan rápido como una bandeja de canapés en una fiesta de diseño. Pensaba en cómo nos toreaba y se escaqueaba sin pasarnos la manutención de los niños alegando siempre que no tiene un duro. Pensaba en como solucionar todo eso. Pensaba, pensaba y pensaba. Mientras los temas musicales sonaba en mis oídos y Morféo me abrazaba para acunarme. Antes de perderme entre las brumas decidí que lo mejor era comenzar enfrentándome directamente a la ciencia (al fin y al cabo el problema era la adicción a la pastillas de mi hermana) utilizando la mejor arma disponible, el periodismo, mi profesión.

Estrofa tercera: Pena.

El viernes por la mañana me levanté como cualquier otro día. Pusimos en pié a los niños, les dimos el desayuno y después se fueron al colegio. Lleve a Miguel al trabajo y a continuación me fui a ver a mi hermana al hospital de la Vall d´Hebron donde tenía visita. La encontré sola, esperando que la visitaran. Hable con ella. Ella no pudo conmigo. Otra vez se le había cortado el habla. Le comenté la situación de los niños. De la posibilidad de que consiguiéramos la custodia legal. De cómo evolucionaban en el colegio y lo felices que son (por una vez en su vida) en casa. Ahora le tocaba el turno a ella, en todo caso poner los puntos sobre las “ies” al médico que lleva su caso. Después de una pequeña espera nos atendió. En primer lugar ni se acordaba como se llamaba su paciente. Buen comienzo… Mi hermana le entregó una nota. Era un informe sobre su comportamiento en el hospital. Donde le comentaban sus escapadas a robar pastillas de los carros de los pasillos (remarco que se trataba de cualquier pastilla no las que ella toma habitualmente) De sus ataques histéricos (el último con convulsiones y la necesidad de seis enfermeras para sujetarla). De la falta de psiquiatras que la atiendan (cuyo interés es nulo o inexistente) y un largo etcétera. El medico se leyó la nota en silencio. Acto seguido se la guarda sin decir nada. Le pregunta si se sigue tomando las pastillas. Yo añado que a puñados y que ya viene siendo hora de que se le cambie el tratamiento. Me mira impasible y me dice que no. Le comento que la situación es infrahumana. Me dice que no hay solución. Le pregunto por la operación y me dice que no la van a operar, porque es adicta a las pastillas. Le digo que por lo menos la visite alguien, que le den algo de esperanzas. El me dice que no va a servir de nada. Yo me mosqueo y le digo que si hay otra solución y me dice que no. Le pregunto si la solución se consigue pagando. Se lo piensa un poco y luego me dice que no cree. Le digo que las pastillas son una mierda (en serio no curan ni alivian) Solo poseen un efecto curioso y aterrador. Cuando te tomas una dosis te pasas 6 horas más tieso que una estatua. A la siguiente dosis todo el cuerpo se desboca y el break dance mas extremo no es nada comparado con lo que llega a moverse el cuerpo entero de la persona afectada. Con aceleración de los movimientos, saltos y brincos y “retuerzos” varios. No hay término medio. Por lo menos en una persona de 42 años. Ignoro lo que le pasa a un paciente más anciano. Le digo que por qué no pedimos ayuda a un psicólogo, ya que en el hospital donde se encuentra no le hacen ni caso al respecto pesar de la petición de enfermeras y celadores. Me dice que no es necesario. Le insisto en que si ve normal como una persona tan joven no tenga ayuda psicológica, y no sólo por su enfermedad, sino por la adicción a unas supuestas pastillas “aliviadoras” de los temblores que por cierto valen una pasta gansa y que curiosamente, frente a mí, en la mesa de su eminencia hay un curioso pisapapeles de metra quilato con varias muestras flotando en su interior. Se lo piensa. Me dice otra vez que no es necesario. Entonces yo le ataco. Le amenazo con poner la situación ante la prensa, sobre todo ante la televisión y ante una productora especializada en programas de investigación de errores garrafales del entorno social. Me mira. Se levanta y sale fuera. Me dice que me puede hacer un papel para el médico aunque si yo comento algo en prensa tampoco va a servir de nada. Me lo dice con una sonrisita maliciosa. No parece que le he intimidado demasiado. Cosas peores habrá visto y se habrá salido con la suya. Me da la nota para solicitar psiquiatra. Luego me habla de un tratamiento en el Hospital del Mar pero me dice que no va a servir de nada. En todo caso más adelante. Le digo que llevamos ya como ocho años con el tema de más adelante. Le pregunto si ve normal que una persona tan joven se pase el resto de su vida en un geriátrico simplemente esperando la muerte ya que al parecer no hay solución. Me dice que no hay otra cosa pero que si quiero ir a ver otro médico estoy en mi derecho aunque (insiste) no va a servir de nada. Salimos de la consulta. Pedimos la ambulancia. Miro la nota y entonces flipo. Cito lo que me pone textualmente:

Enferma de Parkinson evolucionado presenta tendencia al consumo exagerado “según un familiar”.

¡Flipo, pepinillos como dirigibles multicolor fashion de la muerte! ¿Ahora resulta que yo estoy sugiriendo que mi hermana es una Yonky? ¿Después de que se le avisa desde los tres hospitales donde se ha encontrado ingresada?

Estrofa cuarta: Perros de la Guerra.

Es misma noche llega a casa mi cuñado y su hermana (una de las 7 que tiene), un personaje capaz de sacar de quicio hasta Job y con un complejo de sargento que ríete tu del personaje de Lou Gosset Jr en Oficial y Caballero. En primer lugar me comenta que no han podido vender el piso de su madre (del que todo el mundo en su familia espera ganar una pasta gansa aunque sea arrancándose los ojos y lo que no son los ojos) como si a mí me importase. Me dice que por culpa de una escritura no firmada que no van a poder hasta por lo menos tres meses... Y que no hay dinero. Vaya casualidad justo el día en que mi cuñado me debe pasar la manutención de los niños (vamos 100 euros por los dos y para todo el mes…) que incluye, desayunos, comidas, meriendas, cenas, agua, luz o material escolar. La sargenta de hierro, entre manotazos en el aire y gritos jilgueriles se caga en su madre y en todos los santos del cielo por todas las desgracias que están pasando y yo me empiezo a preguntar si se piensa que yo soy tonto o algo por el estilo. Me dice que su pobre hermano no ha ido a trabajar en tres días (curiosamente él lleva el petate de trabajar puesto), que está muy deprimido y bla bla bla y un millón de blas más todos seguidos y ininterrumpidos. A todo esto se marchan sin la espléndida aportación alimenticia. Pero aquí no acaba todo. Antes de irse me dice: “¿Tu qué vas a hacer en Navidad?” una pregunta que aun ni me la planteo ni me preocupa. Le digo que no lo sé aun pero que igual me voy a casa de la suegra (con o sin niños dependiendo que planes tenían ellos) Entonces me dice: “Tu le das la llave de tu casa a mi hermano y que celebren ellos la Nochebuena y así se quedan todos a dormir… Es que yo me voy a casa de mis cuñados como cada año y la criatura y los niños no se van a quedar solos”. Yo alucino más que con el médico. O sea, me está organizando las Navidades quiero o no, teniendo que acarrear (así con todo el morro) con su hermano (una persona que ha machacado como a unos perros a mi hermana y a mis sobrinos como si nada… ) Lo curioso es que él no puede quedarse ese día en su casa ¡¡¡ y eso que él duerme allí!!! Yo estoy aun que no me lo acabo de creer. ¿Se supone que ella me dice lo que tengo que hacer yo en mi casa? ¿Qué será lo próximo? ¿Qué ya que mi cuñado se queda se traslade a vivir conmigo definitivamente? No se… pero viniendo de una persona que envió a un internado a su sobrino huérfano de 7 años porque su hijo le había cogido celos y, al parecer y según ella, aquella criatura era peor que Damien y la niña del exorcista en sus peores momentos y con tripis hasta las cejas… Antes de que pudiese reaccionar ya se habían ido.

Estrofa quinta: Pulso.

El domingo por la mañana la Sargento de Hierro y el capullo de mi cuñado aparecen en casa a buscar a los niños. Mi cuñado me da 300 euros. Cien con para la manutención de todo el mes y el resto para pagar el colegio. ¡Toca cojones! Su hermana va y me suelta que el pobre solo le quedan 100 euros para pasar el mes, lo que aprovecha de nuevo para organizarnos las Navidades en mi casa y sin mi permiso. Me refriega una docena de veces que mis sobrinos no pueden quedarse solos (por cierto cosa que ahora preferimos mil veces después de dejarles el pasado fin de semana los niños a su cargo y descubrir que una de sus tías, debido al alcohol, se había olvidado de ellos y los había dejado en la calle hasta las 11 de la noche sin aparecer y, para más INRI la Sargento de Hierro había puesto pegas para que los niños durmiesen en su casa, cosa que había obligado a mi cuñado a tomar la determinación de llevar a los niños a un hotel y que al final no fue aunque a regañadientes), que su padre ha de celebrar las Navidades con ellos (en mi casa durmiendo la mona se entiende) etc, etc… Entonces me niego. Y me insisten. Para pararles los pies les cambio de tercio y les digo si se han planteado en darnos la custodia (las asistentas sociales y tutores escolares de los niños me los han sugerido). Para que decirlo. Los dos se lanzan hacia mí como dos lobos. Me tratan de comer la olla con temas que ya se de antemano y que no tienen razón (uno ya es lo suficientemente avispado como para enterarse por otros medios de los pasos a llevar y acerca de los derechos y los no derechos que tiene cuando se mete de cabeza en un tema de esa índole). Veo que ella ésta, sobre todo, muy al tanto de las ayudas que da el gobierno (La asistenta social ya me advirtió sobre todo que me diese prisa si no quería que un ejército de hermanas con alma caritativa reclamasen, como por arte de “Birlí Birloque”, su interés por la custodia de sus sobrinos.) Me vuelven a comer la olla con temas familiares, sobre el cabronazo de su padre (el abuelo de los niños) y como el puto viejo se muere por los huesos y lo que no son huesos de su hijastra, que por cierto vive y duerme con él en la misma m cama, eso a aparte de ser una requetegolfa y una binguera de narices y miles de cosas más dignas de la familia Munster y os Adams juntas. Al final se van y yo y Miguel tomamos decisiones drásticas al respecto. Aquí no celebra nadie la Nochebuena sin nuestro permiso. Punto y pelota.

Estrofa sexta: Otro ladrillo en el muro.

Antes de ayer mi cuñado me citó en la calle. Al parecer estaba hasta los huevos de las facturas del colegio de sus hijos. No si en quejas no hay quien lo gane. Pero dar la cara en el centro cívico (reuniones de tutores, festivales, notas y material escolar) nothing de nothnig… Le comento que si no está de acuerdo con lo que pone en os recibos, que lo reclame. Me dice que está pensando en algo al respecto (nada bueno al parecer) y lo va a poner en marcha. Los niños juegan en los columpios ajenos a las tonterías que suelta su padre. Como siempre con un par o tres cervezas de más. Me dice que no tiene pasta y que todo le sale mal. Yo me acuerdo de la justicia divina y de cómo el que cosecha tormentas acaba recogiendo tempestades. Le hablo de su hermana y de lo mandona que es y de que se meta sus sugerencias y sus órdenes por donde amargan los pepinos. Por otro lado pienso que la calle no es el mejor sitio para discutir temas personales y más cuando estamos rodeados de vecinos con la antena puesta en nuestra conversación.

Estrofa septima: ¡Alto!

Hoy me ha llamado la Sargenta de Hierro. Primero me ha pedido que le llame al móvil (de esta forma pago yo) siempre me lo hace. Como si a mí no me costase un duro llamar por teléfono. Entonces, después del primer pase me ha preguntado (entre sorprendida y mosqueada) qué había pasado ayer con su hermano… Entonces he visto la oportunidad y le he soltado todo lo que pensaba de la situación familiar, su actitud y sobre lo que pensaba de toda su familia y parientes vivos y muertos. La conversación se ha ido acalorando por momentos y, como en el mejor de los “pressing catch” nos hemos turnado Miguel y yo al teléfono. Ella me ha jurado por todo bicho viviente que no tenía intención de mangonearnos y menos de faltarnos al respeto. Al final y entre los dos y sin cansarnos lo más mínimo, la hemos puesto en su sitio. Por cierto, durante la conversación descubrimos cosas, detalles tales como que su familia no quiere ver a mi hermana ni en pintura porque, por culpa de su enfermedad había jodido la vida de su hermano (cosa que en joder vidas él es un auténtico experto), o también (hay que joderse) porqué rechazamos la presencia (dormir incluido) de su hermano en nuestra casa (sabiendo ella perfectamente que él ha maltratado a mi hermana y a los niños) No, si al parecer ya íbamos bastante bien encaminados pensando que dentro de nada mi cuñado tenía intenciones de ocupar el sofá de casa de forma indefinida… Miguel le ha puesto al día sobre temas económicos y sobre sus no responsabilidades. Yo me he cagado en toda su familia por triplicado. Al final del día he llamado a la asistenta social para solicitar un encuentro colectivo. La cita: El próximo martes. Curiosamente viene la Sargento de Hierro dentro del lote. Hasta ese momento todo está parado, como en el ojo de un huracán.

viernes, diciembre 01, 2006

Frase de la semana.

No importa lo rápido que viaje la luz;
siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando.
Terry Pratchett