sábado, junio 30, 2007

Pensamiento de la semana:

"Hazles pensar que tú no sabes que ellos también te leen..."

Pep Bussoms

El Año de la Rata.

Crónicas de Londres 2: Y en caso de emergencia...

Me gusta volar. Ya se que no es una facultad innata del ser humano. En primer lugar, no tenemos alas, ni huesos huecos (aunque hay alguno que tiene la cabeza bien hueca) ni sacos aéreos, ni pico, ni alas, ni membranas… Tenemos aviones. De todas clases y colores. Con turbinas, hélices, alerones y timones… Y hacerlo sentado en una butaca angosta pero cómoda es todo un placer, sobre todo si te toca sentarte en ventanilla, que no fue mi caso. En el viaje de ida me tocó sentarme en enmedio, entre una ejecutiva inglesa tipo Lynette Scavo (Felicity Huffman en Mujeres Desesperadas) que se leyó de un tirón el “The Times” que apoyaba sobre su regazo y un americano jubilado requeté orondo con una barriga tan inmensa que casi le tocaba el asiento de delante. Su mujer viajaba en la fila de al lado, junto a él en el pasillo. Antes de despegar las azafatas hicieron la típica demostración de cómo ponerse el patito de goma sobre todo si el avión se cae al agua, de cómo ponerse la máscara de Darth Vader si sufrimos descompresión y en donde estaban todas las posibles salidas de emergencia… Yo las veces que me he subido a un avión (que son muchas) pienso… “ Si la gente tarda tanto en salir de aparato en cuanto aterriza imaginaos tener que hacerlo en estado de pánico y con el avión en llamas.” Eso me recuerdó una ocasión que acudí a un simulacro de accidente aéreo cuando me encontraba preparando un reportaje sobre la vida (animal) de los pequeños aeropuertos. Se nos invitó al cámara, al técnico de sonido, a la productora y a mí (que dirigía el reportaje) a un avión de pega, pero de escala real situado en junto a un hangar en el aeropuerto de Sabadell (Barcelona). Los cuatro éramos los únicos “pasajeros” civiles del sucedáneo de avión. El resto eran auxiliares de vuelo en fase de práctica. Nos sentaron a todos en cómodas butacas, igual que si se tratase de un avión de verdad. La azafata “Reina” hizo un simulacro de demostración pre despegue y cuando terminó sacó un cronómetro y dijo “Tenéis 50 segundos para desalojar el avión. Si nos pasamos de este tiempo los que se queden habrán muerto”. “Estupendo”, pensé yo. De nuevo volvió a aparecerme la típica imagen (imposible) de cientos de pasajeros tratando de salir de una avión de forma “ordena” y como nunca lo había presenciado así pues como que la imagen no me cuadraba. “A ver como lo consiguen”, pensé yo. Pues bien, la “reina” de las azafatas(os) sacó un silbato, se lo puso en la boca, esperó unos segundos y después le propinó un potente silbido que dejó a medio avión (y eso que era sólo la mitad de uno normal) medio sordos. Escuché un estruendo. No era el impacto sobre el mar, ni sobre el suelo, ni nada que tenía que ver con una catástrofe aérea. El citado estruendo lo produjeron los ocupantes de los asientos de alrededor al levantarse casi al unísono y dirigirse (flotadores amarillo chillón desinflados) hacia las puestas de escape. Detrás de ellos (en plan mogollón) mi equipo reporteros. Veo como saltan felices desde la puerta al tobogán hinchable que conduce a la salvación en tierra firme (o mar destemplado) Yo y el cámara somos los últimos. El cámara salta (con la cámara en mano) más feliz que una perdiz. Yo me asomo a la puerta. Veo el tobogán. La “azafata mayor del reino” me mira, invitándome a saltar. Yo la miro a ella. Ella mira el cronómetro. Puedo ver una gotita de sudor resbalando sobre su maquillada frente, viene de la comisura de su perfecto y rubio pelo recogido. Yo me miro de nuevo la rampa. Los “supervivientes” están todos abajo dando saltitos de alegría chupiguay del Paraguay. Se han salvado, se han salvado yupiiii. Entonces me miran. Mis reporteros también. Aun falta rescatar al tipo ese rubio, regordete y dubitativo que se encontraba mirando medio pasmado el tobogán hinchable de salvamento. “¿He de saltar? Le pregunté a la mega azafata que no dejaba de mirarme con cara ofuscada. “¿Si quieres salvarte?” me contestó ella. “Ya, pero esto es un simulacro, no nos hemos estrellado” le dije. Veo que los demás me animan desde abajo. Yo pienso, “Como no salte la tipa esta me empuja. Ya te veo desciendo rodando y dando volteretas el aire para acabar despanzurrándote en el suelo de forma muy poco ortodoxa. Seguro que luego todos los auxiliares (“azafata reina” y equipo de TV, formarían un corro alrededor mí para reírse de mí al más puro estilo escena de la ducha de Carrie (de Brian de Palma) salvo que en vez de compresas me lanzarían los salvavidas color horrendo que segundos antes colgaban como penes flácidos de sus cuellos…

No salté. Ni tampoco hubo empujón. No me
ponía en situación. No había fuego, ni heridos, ni gente huyendo despavorida ni isla desierta tipo LOST. Era un simulacro. Nada más. La “azafata Reina” apagó el cronometro y anunció desde la puerta. “ Han pasado 55 segundos. Este señor y yo hemos muerto”. “Que estupendo” pensé yo. La mujer me miró un poco amenazadora e hizo volver al resto de pasajeros para volver a intentarlo. Pero esta vez sin contar conmigo. Era el pasajero invisible. El gilipollas que no quería jugar a los rescates. Y digo yo… “¿Cuánta gente, como yo, en una situación de semejante envergadura se negaría a saltar por miedo, terror, pánico o simplemente porque la trágica situación les vuelve más pasivos que una piedra?” Sigo pensando que en ningún monento de una situación de tal calibre la gente se podría a correr todos al unísono (sin recoger, maletas, sin pisarse ni golpearse, ni siquiera sin insultarse) o saltando amigablemente por el tobogán como cuando vas al parque de atracciones o al Aqua Park más cercano a tu domicilio…

Pues bien allí estaba yo. En un avión de verdad. Con un señor orondo sentado a mi lado tapándome cualquier posible vía de escape (aunque me da que eso mismo pensaría la ejecutiva sentada a mi lado ante mi corpulenta presencia y la de nuestro compañero de asiento). Despegamos muy bien. Uno de los mejores despegues de mi vida. Vamos, ahora no voy a poner en evidencia los despegues de los pilotos españoles, pero, igual era el avión, o igual el piloto que el despegue fue suave y más grácil que el de una bailarina de Ballet clásico.

Repasé los planes de llegada. Una vez aterrizado (sobre todo no de forma violenta) cambiaría los euros por “Pounds”, pillaría el metro desde Heathrow hasta Green Park y una vez allí caminaría unos pocos metros hasta el Hotel Mayfair donde dejaría las cosas y me iría a dar una vuelta. Eso si, tomando contacto con Mónica de Sony y uniéndome al resto de reporteros Españoles (todos de medios de Madrid) de la expedición. Me había planteado la mañana para ir de compras y de paso visitar (por enésima vez) el British Museum. Como entraba todo en mi ruta (tiendas frikis incluidas) y como Londres me lo he pateado y me lo conozco bastante como para aventurarme a un largo paseo pues problema resuelto. Nos sirven la comida. Un bollo blandengue con un trozo de Bacón ahumado y un chorro de Ketchup en medio. ¡Yummy! También un zumo de mango con naranja y como postre más zumo. La mujer del señor orondo no hace más que ponerle los papelotes de plástico en la mesita de su marido. Muy pesada la pobre. El hombre aguanta el nerviosismo de su mujer con absoluto estoicismo. Además la tipa se empeña en rellenar mientras come el papel de aduanas para entrar en Inglaterra para ciudadanos no comunitarios. Mientras como me centro en los habitantes de los asientos delanteros. Una pareja de ejecutivos, uno maduro y otro más joven, ambos españoles. El joven es muy cool y presume de Ingles con su compañero. Habla con un acento exagerado, como si estuviese interpretando la Profesor Higgins en (My Fair Lady) En un momento dado el mayor le hace una caricia en la nuca al joven. Yo, malpensado, pienso “Vaya, vaya como aprovechan algunos los viajes de negocios…” (Más tarde me los encontraría en el lavabo del aeropuerto acicalándose y anudándose las corbatas al cuello)

Me gustan los aviones modernos. Sobre todo los que están equipados con GPS. Si, de esos que en lo alto, donde está el regulador del aire acondicionado o el botón de llamar a la azafata te aparece una pantalla LCD con información del vuelo. Muy útil si te encuentras sentado en el asiento de en medio y un periódico te tapa la ventanilla y para más INRI si hay algo de nubarrones bajo tus pies. Gracias al “aparatejo” puedes saber dónde te encuentras, cuanto falta para llegar, la velocidad a la que vuelas o si te vas a estrellar con otro vuelo si de repente aparece otro avión dibujado en la pantalla volando en dirección contraria pero en la misma posición…

Cuando viajo con Miguel no me hace falta GPS. Él es el GPS con patas más preciso del planeta. Es también la versión más actualizada del Google Earth. Lo sabe todo, como se llama ese pueblo que parece una mancha bajo las nubes, o la acequia esa que parece un escupitajo de un abuelo con carraspera, o la montaña pelada y mondada de la esquina superior izquierda de la ventana en cuyo pico hay aun manchas de nieve del invierno pasado. Así es mi niño. Un erudito en geografía. Por cierto, siempre que volamos juntos se pilla para él solo el asiento con ventanilla. A mí me deja ver algo de vez en cuando, sobre todo cuando quiere fardar de geógrafo (jis, jis, jis…)

En esta ocasión mientras le doy al Pickcross de la Nintendo DS voy mirando la pantallita pare ver si falta mucho (Papá pitufo) para llegar a Londres. Me acuerdo que allí es una hora menos. Me alegro porque es una hora más para disfrutar de la ciudad. Cuando aterrizamos a tontas y locas sólo he perdido media hora al respecto al tiempo sentado en el avión. No me preocupa en absoluto. Lo mismo que pierdo desde casa hasta el trabajo de las mañana viajando en metro. Sin embargo sigo dándome cuenta que el vuelo ha sido de hora y media. Lo que tiene eso de las franjas horarias…

Salimos desordenadamente del avión. Otra vez me viene a la cabeza la falsa teoría de lograr salir ordenadamente del mismo en caso de emergencia. Le doy al “Switch” del inglés y con un “Good Morning” me despido de la tripulación del avión. Voy al baño a echar una meada. Mientras ando a través de las rampas automáticas hacia la salida pongo en marcha el móvil. De repente suena el timbre de llamada, es Miguelito. Le comunico que he llegado. Me pregunta por el tiempo y le digo que está nublado. Llamo a mi hermana para decirle que estoy ya en Inglaterra. Ella se calma. Mi primer objetivo es cambiar euros en libras para pillar el metro hasta el hotel. Heathrow es caótico. Mucho. Pero no le tengo miedo alguno. Me esperan 48 horas en Londres y un aeropuerto no se va a interponer entre mí y la "Wonderful City of OZ".

(Continuará)

viernes, junio 29, 2007

Crónicas de Londres 1: (¿)Porque yo me lo merezco(?)...

Si un día me pierdo, me muero y me reencarno buscadme en Londres. No soy un fan más de la capital del reino de su graciosa majestad. Yo soy Londres y parte de Londres. Por lo menos en un veinticinco por ciento de mi ser. El que ocupan los genes de mi abuela paterna y la mayoría de su antepasados de su (mi) familia. Ignoro cuantos quedan con vida y en la ciudad de Londres. Las veces que he estado rondando por allí se me ha pasado por la cabeza si alguno de los transeúntes que me he cruzado por la calle, me ha atendido en una tienda, me ha servido el desayuno o me ha llevado en metro, bus o taxi llevan mis mismos genes y compartimos bisabuelos, tatarabuelos o tatarabisabuelos… Será de nuevo cosa de los genes pero Londres me resulta familiar. Allí me siento como en casa. Todas las células de mi cuerpo se revolucionan como locas cuando piso cada centímetro cuadrado de “La City”. He de decir que no suelo ir mucho (lamentándolo) debido a mi escaso (por decir nulo) contacto familiar, y porque la economía no me lo permite. Es más este año no tenía intenciones de viajar a Londres, aunque ganas si ganas de hacerlo. Para mí la idea de este año pisar los dominios de la mitad de mis ancestros sonaba más a un sueño muy lejano que a una explícita realidad. Pajas mentales aparte. Un buen día, hace una escasa semana recibo una llamada. Los señores de Sony Computers me invitan a un evento relacionado con el lanzamiento de uno de sus juegos estrella destinado para la PlayStation 3. El lugar elegido es Londres. Quieren que represente a Fotogramas entre los medios escogidos ya que el juego guarda muchos elementos relacionados con el cine. Imaginaos la situación: Me encuentro en Barcelona, sentado frente a mi mesa de trabajo, en el trabajo de las mañanas. El móvil casi cuelga de mi mano. De repente todo (y todos) se detiene pero yo sigo en movimiento. Al principio como que no me lo acabo de creer. Bueno, si se me lo creo porque dicho viaje tiene que ver con mi profesión (a la que cada día y gracias a estos tipos de eventos me apasiona más) Por otro lado pienso… “Que curioso, porque me da que este viaje suena más a una especie de premio como una especie de buen Karma por todos estos meses de calvario familiar. “ Por un momento pienso en mi padre. Él sabía muy bien que lo mucho que me gustaba Londres. Algo por lo que podía sentirse orgulloso de mí. Para un padre que su hijo ame su tierra es un regalo del cielo (valga la redundancia) Por un momento me sentí como Luke Skywalker al final del Retono del Jedi. Era como si por un momento el presente se detuviera y hasta me pareció ver a los antiguos, esos seres espectrales, con su tono blanquecino lechoso sonriéndome (con la cara de familiares que no he conocido nunca) agradecidos desde la distancia lejana del más allá. Bueno en este caso entre las escaleras de la planta 3 y la planta 2 ½. Como lo leéis, todo un majestuoso “tripi” con fenómenos paranormales "Made In Lucasfilm" incluidos. Llamo a FOTOGRAMAS para comunicarle la propuesta a Toni Ulled (director de la revista) . Me dice que si Madrid lo aprueban no hay problema alguno (como hay un tercer especial sobre videojuegos para finales de año el "leit motiv"del viaje/entrevista puede quedar más que justificado). Llamo a Madrid y, por razones que no vienen al cuento (cosas muy privadas que no interesan a según quienes bla, bla, bla) me dan pistoletazo de salida. Al principio no hay problema con los horarios del avión. La ida la he de hacer por la tarde. Así que puedo salir de trabajar e ir pitando leches al aeropuerto. En realidad sólo pierdo un día de curro. Al final resultaron dos ya que a última hora se me cambia el vuelo (no digo tampoco el motivo porque tampoco le interesa a nadie) Aviso por correo electrónico a mis superiores de que me marcho a solventar unos asuntillos y comienzo a mentalizarme con el viaje que me espera. En casa me envían el plan de trabajo. Hay varias entrevistas. Una de ellas con Andy Serkis (si ese señor que se hizo famoso por prestarle su cara y sus gestos a Gollum de El Señor de los Anillos y que también hizo el mono en King Kong) No sé, me hace gracia la idea de entrevistarlo. Bueno en realidad me gusta entrevistar. En general. Sobre todo desde que eché raíces en esta profesión. Desde la radio a la televisión no he parado de entrevistar gente y me gusta. Mucho. Resulta curioso a me did a que se suceden las horas cominezo a sentirme como “Rick Gervais” en la estupenda serie “EXTRAS” (si no la habéis visto os la recomiendo ya mismamente) Si, me siento como Rick en un hipotético episodio cuyo invitado es el alma y voz del engendro paliducho, huesudo y cabezón de la saga del Señor de los Anillos. Recapitulemos... Londres, entrevistas, qué más podía pedir… Por supuesto pasármelo en grande, cosa que así sucedió. No sé, pero no dejo de tener la sensación de que este viaje me lo merecía. Aunque solo fuese un poquito. Pasa el fin de semana, con verbena incluida, y llega el lunes por la mañana. Llevo a Miguel al trabajo y aparco el coche en el aeropuerto. Me gusta viajar. De todas formas. Si es acompañado más, pero viajar solo, aunque solo sea un tramo, tiene su diminuto grado de emoción. Llevo conmigo una mochila con todo tipo de cachivaches dentro. Que si el ordenador portátil, que si la PSP, que si el reproductor de MP3, los cables, la Nintendo DS y algo de ropa. Nada una muda, un pantalosn finolis (de los que llevo al trabajo de la mañana) y un polo de "Yves Saint Laurent" que heredé del marido de mi prima (suelo llevar ropa de segunda mano, comprarme ropa no está entre mis principales proridades). Desde la sala de embarque (por cierto me hicieron pasar tres veces por los sensores de marras por culpa de llevar tanto aparato eléctrico) llamo a mi hermana. Aun está cabreada con el capullo y su prohibición de que llame a sus hijos. Le comento que en cuanto llegue a Londres la llamo para que sepa que estoy bien bla bla y bla... también hablo un par de veces con Miguel y, tras superar la prueba de los sensores "ultrasónicos" de la policía me voy pitando leches hacia la sala de embarque. Curiosamente no tuve que esperar nada. Tal como llegé embarqué. Desde el primer momento que piso el avión el idioma castellano va desapareciendo. “No probelmo”, como diría Terminator. Logico, vuelo con British Airways en dirección Heathrow y tengo previsto llegar a Inglatrerra a las 8:30 de la mañana. Me he informado que allí hace un día gris, "Typical English Weather". Pero no me importa. Voy hacia Londres y pienso disfrutar todo los segundos posibles de mi breve (pero intensa) estancia.

(continuará)


jueves, junio 28, 2007

Ding, Dong The Witch is back!

Antes de hablar de Londres. Antes de deciros mil y una maravillas de la ciudad de mis ancestros, os quería comunicar que la vieja bruja del Oeste ha vuelto y otra vez se ha vuelto a armar. Mi hermana me pidió que le cargase el móvil y de paso el de su hija. La niña se ha gastado (o se han gastado por ella) los 18 euros en llamadas que yo le incorporé en su móvil nuevo. La cosa es que mi hermana llamó a la niña a ver si tenía el teléfono recargado y no hubo respuesta. Entonces llamó a casa del capullo. Se puso la niña. Tímidamente le dio las gracias a su madre por la recarga. Escuchó alguien cuchichear y mi hermana le preguntó a su hija que qué pasaba. La niña le dijo que nada, bueno que estaba su tía con ellos (doña Sargento de Hierro) de guardia y custodia. Por lo que sospechó que no le dejan usar el móvil (es más creo que ellos lo usan por ella). Basta decir que la Sargento es una experta en gastar teléfonos ajenos, os lo puedo asegurar por experiencia "Hola Richard... uy llámame que se me corta el móvil"... y luego una vez la llamabas charra que te charra porque paga el otro…. Es curioso que la llegada de la bruja del Oeste haya coincidido también con los cambios de ánimo del capullo. Con lo bien que íbamos con el tema reencuentro y una semana más tarde llama hecho un verraco amenazando a mi hermana prohibiéndole hablar con sus hijos y colgándole el teléfono de forma brusca. Qué se le va a hacer… Perros comiéndose otros perros.

Ya he vueltooooooo

Pues eso que hace ya dos días que he regresado de Londres. Esta tarde/noche me pongo a narraros mis aventuras en The Old England. Ha sido un breve pero buen y bonito viaje de trabajo. Y una especie de "premio" desde algún lado del más allá. No sé porque pero creo que mi padre ha contribuido algo en que se produzca semejante milagro. Bueno, y por supuesto también a los responsable de Sony. Luego continuo.

domingo, junio 24, 2007

Como el perro del hortelano...

Acaba de llamarme mi hermana. Me ha dicho que le ha llamado mi cuñado para pegarle una sonora bronca. El motivo: Ayer, por la mañana yo llevé al hospital un paquete de petardos para mis sobrinos y desde la habitación de mi hermana les llamamos para comunicárselo. Ellos sabían que yo iba a comprarlos porque se lo había comunicado a mi sobrina tanto por mensaje al teléfono móvil y también en voz ya que el día me consultó lo de Eurodisney /Normandía/Paris le pregunté si querían que les comprase petardos. Por supuesto me dijo que si ya que su padre no tenía dinero para ello. El sábado llamamos a mi sobrina al móvil y lo tenía apagado. Entonces mi hermana llamó a casa. Como no podía hablar mucho me pasó el teléfono y hablé con mi sobrino. Ya noté al niño un pelo raro, serio, sin saber si seguirme la conversación o colgarme el teléfono. Eso sí, me dijo que su padre no estaba en casa (sino ya no hubiera hablado conmigo). El niño me dijo que su padre también le iba a comprar petardos para la verbena. Al parecer el hecho que la madre y tío de los niños les compren fuegos artificiales y él no le quebró su vena más machista y de macho dominante. Esta tarde noche /el tipo (igual, influenciado por su hermana ya que posiblemente ayer la vieran, o por el alcohol, tanto da) ha llamado a mi hermana de muy malos modales prohibiéndole volver a llamar a los niños a casa cuando él no esté. La ha amenazado con denunciarla al EAIA para que le prohíban (una vez más) que se acerque a sus hijos. Por lo que se mi hermana se ha cabreado bastante (creo que ya le tocaba sacar carácter) y le ha dicho que llamará a sus hijos tantas veces como le de la gana. Él le ha colgado el teléfono. Eso sí antes de dar por terminada la conversación le ha dicho que cada día nos odia más. Supongo que hasta la muerte o cosas por el estilo. Mi conclusión es que el capullo está perdiendo credibilidad ante los niños (que no autoridad porque hostias como campanos seguro que algunas caen) por un lado está lo del episodio del móvil, cuando la niña salió de mi casa con su regalo en mano, desmintiendo sus pronósticos de que no íbamos a regalarle nada. Por otro lado sabe que los críos se lo pasaron muy bien en casa y que la niña vio que yo no era tan malo como él decía, aparte de ver los mensajes y fotos que le he enviado al teléfono. Su actitud autoritaria, fascista y digna de un dictador está perdiendo fuelle. Si hace una cosa con maldad lo niños se dan cuenta y la rechazan. Aquí, en casa encontraron armonía y felicidad, ahora en su casa solo hay odio y desprecio. Mi hermana me ha pedido el teléfono del EAIA y de Paloma. Me ha sorprendido. Con esta actitud ya no es un personaje pasivo. No ve justo muchas cosas y una de ellas su libertad por ver a sus hijos y más cuando hace una semana el gilipollas le llamó para decirle que aun le quería mucho y que no se preocupase para nada que él le llevaría los niños las veces que ella quisiera, cosa que aun no ha cumplido (con sus perpetuas y raquíticas visitas de cinco minutos una vez por semana) y que nunca le prohibiría que los viese (otra cosa que está empezando a incumplir) Yo para mí que este no ha entendido el mensaje del EAIA. Ellos continúan asegurándole que tiene la custodia de sus hijos él confunde custodia con posesión. Y las posesiones (sobre todo las humanas y las demoníacas) son siempre malas y muy peligrosas armas que atentan en todos sus sentidos contra la inocencia y la armonía (celestial). Que se le va a hacer. Mi cuñado es de género tonto, pero tonto de vicio que tiene mucho más delito que haber nacido con la tontería (ojo con confundirlo ahora con una enfermedad psíquica). Mi hermana va a llamar mañana a las fuerzas del orden. Veremos qué pasa. Yo me voy a dormir que mañana me esperan dos días en Londres por tema de trabajo (y una pizca de ocio). Yo os explicaré mis aventuras en tierras de mis ancestros.

Verbena (fiesta)

Según la Wikipedia, la enciclopedia libre de Internet

Verbena es una fiesta de carácter popular en que se celebra generalmente la onomástica de algún santo patrón de una localidad o del barrio de una ciudad. Suele celebrarse por la noche. Hay baile y tenderetes de golosinas, bebidas y chucherías. A veces la organización de la verbena prepara un concurso de bailes típicos de la zona o de bailes llamados de salón.

En Madrid se celebran verbenas desde muy antiguo en muchos de los barrios tradicionales. Se acostumbra a bailar el chotis al son del organillo y se bebe la típica limonada. Las más conocidas son La verbena de la Paloma y la de san Antonio (el 13 de junio)

Se nota que quien escribió esta definición es de Madrid o alrededores porque no hay verbena más tradicional que la Nit de Sant Joan. Chauvinismos a parte, la noche del 23 de Junio de cualquier año Barcelona y Catalunya en general se transforma en una especie de Beirut, Irak, Kosovo, Ruanda en versión light pero igualmente ruidosa. En esta “festejación” (me gusta cómo suena aunque esté mal escrita) no suele haber muertos, vamos a no ser que sean por comas etílicos, explosiones incontroladas de petardos y cohetes o por caer en mitad de la hoguera (como Juana de Arco) al tratar de saltarla después de pedir un deseo (que seguro no sería el de no arder como una tea y correr despavorido calle arriba callea abajo cual antorcha humana mientras tus amigos y familiares tratan de abrazarte con mantas ignifugas o tratándote de arrojar alcohol al cuerpo para que aun ardas mucho más...) Normalmente las verbenas son tranquilas, familiares y divertidas. Esos sí, solemos ponernos morados de coca y petardos (alcohol aparte of couse) Sobre el origen de la coca se ha escrito mucho. Una de ellas es que para celebrar la llegada del solsticio de verano los campesinos elaboraban una especie de pastel plano y muy azucarado con piñones y fruta para conmemorar la llegada del estío. Sobre los petardos. Hay quien asegura que al hacer estallar cohetes y petardos estos, con su estruendo espanta los demonios y malos espíritus. Con las hogueras sucede tanto de lo mismo. Se queman los trastos viejos para al destruir su energía ya caduca y de esta forma al renovarlos dejamos entrar todo lo nuevo.

Otros rituales estupendos de la noche de San Juan:

· Se dice que si se madruga el día 24 (cosa prácticamente imposible os lo puedo asegurar) ya no se pasara sueño el resto del año.

· Esta va recomendada para Amparo que ayer (en casa de Eva) se empeñó en saltarse las reglas de la brujería práctica y fracasó estrepitosamente en una especie ritual absurdo lleno de incongruencias y alcohol caducado. Toma nota niña: "Si quemas un papel con las cosas que quieres olvidar, conseguirás bienestar durante todo el año." (recuerda: Olvidar no desear) El fuego purifica, consume lo malo y lo desintegra, no te lo otorga, obsequia, o beneficia. Que lo sepas.

· Si eres soltero o soltera y el día 24 por la mañana te asomas por la ventana, verás pasar al amor de tu vida.

· Quien se bañe en el rocío de la noche de San Juan, quedará bendecido durante todo el año.

· Si la noche de San Juan te pones bajo una higuera con una guitarra, aprenderás a tocarla de inmediato.(Dani tu hazlo con el clarinete a ver qué sucede)

· Meterse en el mar de espaldas mirando la luna y totalmente desnudo, proporciona a quien lo haga la capacidad de obrar prodigios. (Este ritual lo hacen espontáneamente mucha gente en las playas de Barcelona y os aseguro que no funciona.)

· Multitud de plantas y árboles como la ruda, el helecho, el nogal o el roble, incrementan sus poderes y se pueden utilizar como amuletos (imaginaos lo que sucede con el cannabis...)

· En general, todas las aguas tienen algún poder, ya que esa noche las aguas están bendecidas por San Juan. (¿incluye eso el agua de valencia, o el agua de rocío de Victorio y Lucchino?)




viernes, junio 22, 2007

Una simple pregunta...

Esta tarde he hablado por teléfono con mi sobrina. En un momento de la conversación me ha preguntado: “Tito ¿para qué fecha es el viaje a Eurodisney?”

Yo, entre sorpendido y esperanzado le he dicho: "Del 9 al 19 de agosto" Ella me ha contestado: “Vale”. No sé porque pero me ha dado la impresión que quiere venir con nosotros. Es más me dá que el padre está conforme con ello.

Ahora sólo nos queda esperar…

El efecto mariposa.

Han pasado cosas después del encuentro. La más importante fue la reunión con el EAIA en casa. No hubo discusiones. Solo hablamos. Vino la responsable con el educador (por cierto muy mono el señor jejeje) hablamos de los niños, de cómo había ido la visita del sábado. Se propuso realizar otra pronto. Hablamos del viaje a Normandía (Miguel le enseño los planos de la casa y de el entorno donde se encuentra ubicada. Les gustó bastante. Aclaramos muchas cosas. Entendimos que su función era la de reeducar al padre para que se hiciese cargo de los niños, el problema, el de siempre. ¿Cómo se puede fiar uno de una persona maltratadora que reincide en sus actos y que no hace nada por autoayudarse? El EAIA confía en él. Supongo porque no tiene a nadie más en que confiar… A mí me ve como alguien vengativo y rencoroso. No lo negué. Tampoco negué que había una razón de peso. El educador pareció descubrir , o no estar informado, de los maltratos a los niños. Sólo le constaban las palizas e insultos a mi hermana. Hablamos del tema de ir al colegio para ver a los niños. Insistí mi incapacidad por poder ver los niños (cosa que si hace el resto de su familia paterna y cuando les place) Me dijo que lo mejor era concertar visitas como las delo otro día. No se lo discutí pero si les insistí que tendrían que ser ellos los que moviesen las teclas. Les comenté el pasado de mi cuñado y sus fechorías como la vez que fue al servicio militar y a los tres meses lo devolvieron tras agredir a un sargento (estuvo enchironado en el castillo de Samiñánigo gran parte de su corta estancia en la desaparecida “Mili”…) De la agresión que sufrí yo cuando ellos eran novios el día que se emborrachó en el restaurante y le llamé la atención… En la reunión coincidimos en muchas cosas, una de ellas la nefasta influencia de la Sargento de Hierro tanto con él como con los niños. Miguel le comentó los motivos de nuestra denuncia y lo necesaria que era. Sorprendentemente el EAIA comentó que mi cuñado sentía bastante respeto y agradecimiento a Miguel por lo que había hecho por los niños sin ser su tío. Supimos que Miguel también era del agrado del EAIA. El educador me felicitó al utilizar la frase “Me haría mucha ilusión” para invitar a la niña a Normandía. Dijo que era una forma de decirle que se la quería y que contábamos con ella. Lo del regalo del teléfono también fue un punto muy positivo. El hecho que su padre le comiera el coco a la niña insinuando (y dando por hecho) de que saldría con las manos vacías de casa y descubrirse que no era así era un punto a favor nuestro (confianza y cumplimiento de palabra) y uno negativo para el padre. Eso creo que ha hecho efecto.

lunes, junio 18, 2007

Reencuentro

Hubo reencuentro. Fue el sábado. Todo funcionó mejor de lo que esperábamos y eso que la niña vino sólo con la intención de buscar su “dichoso” regalo. No obstante se comportó de forma muy correcta. Me dio varios abrazos y su hermano le echó en cara no haberle creído cuando le comentó que le regalaríamos el móvil. Su padre también creía que no recibiría nada. Es más había convencido a la niña que regresaría con las manos vacías. Por lo menos le gustó el regalo. Llegaron a las dos en punto de la tarde. Miguel los vio llegar con su padre cinco minutos antes pero él hasta que no fueron las dos no los dejó subir. Miguel les abrió la puerta. Entraron en casa como si nada, como cuando lo hacían cuando vivían con nosotros. El niño venía muy emocionado. La niña en apariencia también. Le dieron un beso a su madre y a Mila (una amiga de toda la vida que hace como de mamá nuestra) La niña estuvo un pelo a la defensiva al principio, siempre hablando de su padre y de las cosas que le regalaban. Yo eché mano de mi arma secreta: La Wii. La puse en marcha y les invité a encontrar sus Miis, el de su madre, de Mila, de Miguel o el mío y de otra gente que ellos conocían. La consola fue magia pura. Rompió el hielo como una lupa gigante apuntando al sol en pleno polo norte. Jugaron al Wii Sports un ratito, luego toco comer. Nos sentamos en la mesa repleta de picoteo (aceitunas, berberechos, ensaladas, croquetas etc etc… Los niños comieron bastante. La niña se sentó a mi lado y como si no hubiese sucedido nada. Comentó que su padre le había regalado una Nintendo DS Lite y que le gustaban los juegos de perritos. Me preguntó si tenía alguno para ella. Le di el que tenía. Estaban tan llenos de comida que no probaron apenas el Pollo a Last. Llegó el momento del pastel de cumpleaños. Habíamos comprado uno estupendo en Hipercor con varias velas (43 para mi hermana, 13 para la niña y 40 para mí) Cantamos tres veces Cumpleaños feliz (cuando llegó el turno a mis velas la niña cantó una versión funesta del popular himno por lo bajini, pero lo suficientemente alta para que Miguel y yo la escuchásemos. No le di importancia. Cuando faltaba menos de 20 minutos para marcharse la niña comenzó a pedir su regalo, algo insistente. Jugué un poso con ella preguntándole donde estaba el regalo de su madre y el mío. “No hay” me dijo. Y después de consultarlo a los demás miembros de la sala le dimos el Movil. Se marcharon después de que el padre insistiera llamando al interfono del portero automático. Se fueron contentos. El niño con más ganas de Wii, y de Spiderman 3 para Xbox 360 y Motorstorm de Playstation 3… Se fue sudando de lo lindo después de jugar al beisbol virtual. Quedamos en vernos de nuevo y ninguno de ellos dijo que no. A mi sobrina le dije que me haría mucha ilusión de que viniese a Normandía. La niña me miró un segundo a los ojos y luego bajó la mirada. En ocasiones pude verle los ojos humedecidos. Me da que la imagen que tenía tan negativa de su tío no era la que ella se esperaba y noté esa lucha interna que una vez Luke Skywalker sintió en su padre en El episodio VI…

viernes, junio 15, 2007

Cuando mundo gira al revés andamos con la cabeza y pensamos con los pies.

Se que no he escrito nada desde el día de mi cumpleaños. También he de decir que han pasado muchas cosas, algunas de ellas relevantes sobre el tema que tanto tiempo llevo exponiendo en este Blog. En primer lugar os anticipo un evento, por lo menos importante. Podría haberlo hecho con suspense, como si fuese uno de esos episodios de” Lost” o “Prisión Break” con un final que te deja clavado en la butaca. Bueno, y porque no. Voy a hacerlo. De momento pocos, muy pocos de vosotros sabéis de que se trata, de momento solo VTR, Eva y si no me equivoco David. Ni siquiera Amparo lo sabe (je je je ) aunque si se lo imagina. Yo espero que todo funcione bien pero no lo sabremos hasta que mañana llegue el momento. Hasta entontes todo es especular. Como también sucede en las teleseries voy a hacer un flashback y centrarme lo que sucedió el miércoles, el día después de mi cumpleaños. Como todos sabéis mi hermana había sido testigo de una vejación y un ataque de estupidez preadolescente por parte de mi sobrina. Todo por un teléfono móvil. Bueno el caso es que uno, que tiene a veces un sentido del humor un poco cafre, y, motivado por el desplante de la niña conseguí un teléfono para ella, con solo gastarme un mísero céntimo de euro. Aun pienso que me gasté demasiado en ella pero que se le va a hacer, generoso que me siento en ciertas ocasiones. El martes después de salir de trabajar pillé el bus y una vez cerca de casa me dirigí al colegio, entre otras cosas para buscar el informe de la directora del colegio para el tema del divorcio de mi hermana, y por otro lado para darle una oportunidad a la niña, ya que dijo que cuando iba de visita “infraganti” al colegio sólo iba a ver a su hermano, por eso me odiaba tanto bla bla bla… Como aun estaba en plan New Age con eso del manto rosa (ojo aun lo mantengo, pero como hay una parte mía bastante terrenal que aun me domina pues decidí darle una especia de lección a la mocosa) Mi excusa ofrecerle en mano el puñetero teléfono móvil. Así pues, raudo pero no feliz (eso solo pasa en los cuentos) me dirigí al colegio. Al entrar en el Hall principal pregunté por la directora y de paso pedí ver a la niña. El hermano de la directora, que está en administración me miró con cara rara, igual el hombre pensaba que me había dado una insolación o algo peor pero del mismo estilo. Dijo algo así como “Bueno tu mismo” y llamó a su hermana para que la avisase a mi sobrina. Yo esperé un rato. Pensé, igual la niña es lista y asocia mi visita al tema teléfono y impulsada por el interés se acerca y la puedo ver. Pero parece ser que su odio (o lo que cojones sea lo que la niña tiene dentro hacia mi) pudo más que el hecho de tener un teléfono y no se presentó) No le dio la puñetera gana. No quería verme. Soy un ser despreciable para ella y punto pelota. La sorpresa llegó en pocos minutos. Estaba yo hablando con la tutora de mi sobrino. La mujer, muy preocupada con lo sucedido, cuando veo aparecer a este en lo alto de la escalera. Es curioso, eso que estaba haciendo él en eso momento (me refiero a bajar por esa escalera) lo había hecho yo miles de veces cuando mis padres venían a buscarme al cole (ese mismo colegio) El niño me miró un poco sorprendido, luego averigüé porque. Por primera vez en mucho tiempo de visitas clandestinas no venía a verlo a él y eso le extrañaba. Bajo raudo y al estar su tutora hablando conmigo se quedo un poco cortado con la situación. La mujer lo comprendió y después de una leve charla con él acerca de sus notas y su actitud en clase (me enteré que este año no ha de repetir curso, cosa que la niña si porque ha fracasado en el 90% de sus asignaturas)Nos dejó a solas. Al principio el niño estaba un poco serio. No le había sentado bien eso de haberme olvidado de él. Pero se lo expliqué. Lo entendió a la perfección. Entonces su semblante cambió. Volvió a ser el niño risueño de siempre. Me confirmó, eso sí, que su hermana no iba a venir a verme. Le dije que muy bien pero que debido a ello (me referí a su poco interés y esfuerzo) se había quedado sin móvil. Sé que esta noticia iba a llegar a oídos de la niña y seguro que el efecto en ella iba a ser devastador. Por idiota se quedaba sin su preciado tesoro. Y eso le debería joder pero muy mucho. A ver, no es que me alegrase por mi jugada. Nada de eso. Pero si era una pequeña lección a su arrogancia y su cabezonería. Llegó la directora y nos invitó a mi sobrino y a mí al despacho. Estuvimos hablando de muchas cosas en una escasa hora. Hablamos de los sucedido el sábado en la habitación del hospital. El niño me dijo que no le gustaba que su hermana dijese mentiras sobre mí. No era cierto lo que decía. Me dijo “Me duele mucho que se metan contigo porque te quiero mucho tito…” a lo que añadió “… y porque para mí mi madre es sagrada”. Casi lloro de la emoción. Aparte de eso de lo que más el viaje a Normandía (París y Eurodisney incluido) El niño se muere de ganas. Tanto es su ansia de viajar conmigo que hasta Silvia (la directora) se dio cuenta y se solidarizó conmigo tranquilizando al niño y prometiéndole que ella también iba a hacer todo lo posible para que viajase. Me insistió que su hermana no quería venir. Yo le dije que ella se lo perdía, que quizás un día se arrepentiría de ello. A mí, como al resto de compañeros de viaje nos alegraba que él viniese con nosotros. Es más Miguel iba a prepararle unas fichas de viaje de todos los sitios importantes que íbamos a visitar con datos curiosos y fotos. Le comenté también donde está ubicada la casa del siglo XVII que habíamos alquilado para 12 personas de las 17 que viajábamos (el resto habitan una casa péquela contigua a la grande) que había un bosque con animales tipo corzos, caballos, zorros y otros bichejos y, que muy cerca de nosotros, había unas simas donde reposaban grupos de aves migratorias y que Sonia, que nos acompaña al viaje iría con prismáticos ya que él sabe cómo le gustan a ella los pájaros. Resulta curioso que un niño sabiendo que hay una visita a Eurodisney de por medio no sienta tanto interés por el parque temático y pregunte más sobre París o los castillos que vayamos a visitar. Se le ve con muchas ganas, lo peor de todo es que en su ojos se vislumbra una frustración y tristeza porque sabe que su padre no quiere que él vaya. Por mucho que le pida el niño que lo desea. En un momento de la conversación me dijo “Mi padre ha dicho que iremos si a él le sale de los huevos. Y sólo cedería si va mi madre con nosotros.” Está claro que el capullo sabe utilizar a los niños como arma. Como siempre manipulando y causando el mayor daño posible. Sabe muy bien que mi hermana, en su estado, no puede viajar 1900 kilómetros en coche por lo que esa excusa le sirve para justificar sus malas intenciones. De esta forma si no viajan porque mi hermana no puede los niños ya saben a quién culpar y no es a él precisamente… (Vamos es tan cruel como el chiste del niño sin manos que se acerca a su madre y le dice “Por favor mami, ¿me das galletitas?” A lo que la madre contesta “Cógelas tú” entonces el niño le responde “ No puedo mamá. No tengo manitas” La madre lo mira con socarronería y con una sonrisa cruel le responde “¿No hay manitas? Entonces no hay galletitas”.) Silvia pilló la indirecta y reaccionó de forma mucho tajante y de forma muy educativa. Le comentó al niño que el colegio donde él se encontraba debía verlo como un refugio, un lugar seguro donde ni los monstruos ficticios ni los reales podían entrar. Ella era la policía, la custodia, ella no dejaría entrar a nadie que pudiera hacerle daño, ni a él ni a nadie de la escuela. Ella estaba allí para ayudarlo y escuchar todas aquellas cosas que a él le molestasen. Porque las cosas que molestan se han de hablar y sobre todo se han de solucionar y hablando es la mejor manera de espantar los fantasmas. Durante la explicación le habló como si se tratase de un niño más, se puso a su nivel para que el niño la entendiera y la viese como alguien en quien confiar. En ningún momento mentó los maltratos ni los insultos o lo que le podría estar haciendo su familia paterna. Todo era como un cuento inofensivo pero con un profundo trasfondo. Muy bonito y creo que muy efectivo. El niño se marchó (sobre todo porque en la clase de audiovisuales estaban poniendo una Los Chicos del Coro, una de sus películas favoritas , junto con la Piel Dura de Truffatut (película que su padre detesta porque es de mucho hablar y no hay tiros, sangre, ni sale Jackie Chan o Chuck Norris…). Aquella misma tarde, contento de haber visto a mi sobrino. Me fui a ver a mi hermana. No dejaba de sentirme molesto por el desplante de la niña. ¿Yo me acercaba a ella y ella se alejaba? Si dejaba que lo hiciese ella no lo hacía. ¿Qué más podía hacer? Silvia me había comentado que era difícil, que podría ser que un día la niña viniese a mí que era mucho más posible que , debido a la influencia paterna, jamás lo hiciese. Tiempo al tiempo y santa paciencia. En el hospital me encontré a María. Hablamos de todo lo que había sucedido (lo que me había explicado por teléfono mi hermana era nada comparado con los detalles que María y mi hermana me aportaron en persona. Fijaos como llegó a ser que mi hermana echó a los niños de la habitación de lo cabreada que estaba con la niña. María me contó que cuando la niña se fue (de la misma manera que entró sin darle un beso a mi hermana y exigiendo, en el caso de la salida insultando y despotricando) llamaron al niño y tanto mi hermana como María le dieron un beso y un abrazo. El niño comprendió lo sucedido y enseguida supo que el cabreo era con la niña y no con él. Pero… lo que son las cosas. La niña, como en la habitación estaba en minoría, aprovechó cuando llegó hasta su padre para atacar al hermano y zurrarle de lo lindo (sospecho que en casa el padre remató la faena) El capullo llamó a mi hermana cabreado porque María y ella habían hecho cabrear a la niña por lo que amenazó en denunciar a María por intromisión. Mi hermana me comentó que mientras hablaba con él escuchaba aun a la niña insultando y pegando a su hermano que gritaba y lloraba y se defendía como podía. Al cabo de un rato de colgar el capullo volvió a llamar. Entonces la cosa cambió. Le dijo que la quería mucho, que no se preocupase que si no podía regalarle un teléfono a la niña que no se lo regalase y le comento lo que ya dije varios post más debajo de que él era un santo y que la culpa de todo la teníamos yo y la Sargento de Hierro. María me dijo que mi hermana le dijo que también le quería (sic) y lo que le decía siempre sí a todo. Eso la dejó alucinada. Yo también. El puto Síndrome de Estocolmo hacia su aparición por todo lo grande. Me cabreé un poco con mi hermana. Le dije si me estaba tomando el pelo. Me dijo que no, pero no sé porque no le creí. Entonces le conté lo que había hecho la niña en el colegio. La lógica la hizo entrar en razón de nuevo. Por si tenía dudas al día siguiente mi cuñado se la clavó en la frente. Cosa que la hizo reaccionar y regresar de Fraguel Rock a la velocidad que un meteorito entra en la atmosfera. Mi cuñado la llamó. Le dijo que esta semana íbamos tanto ella como yo a recibir una carta. Él le dijo a ella que había decidido en rehacer su vida y que por supuesto ella no entraba en esta nueva etapa. Vamos que ayer aun la quería y al día siguiente le enviaba una misiva letal. Yo esa misma tarde recibí otra llamada. Era el EAIA. Me comentó que había consultado con mi cuñado con la posibilidad de que este sábado viésemos a los niños. Las condiciones del amo y señor del calabozo eran que no debería producirse en mi casa y que el encuentro sería con la madre incluida (cosa que no nos molesta) pero en un establecimiento de comida basura. Nosotros nos negamos. En primer lugar porque mi hermana no está para comer hamburguesas (ahora come todo triturado) y después de lo sucedido el sábado en la habitación y el miércoles cuando yo fui al colegio no podíamos correr el riesgo que la niña montase un pollo y se escapase corriendo o se lanzase del coche en marcha. Los del EAIA (siempre tan Happy Flower) me dijeron que eso no tendría que pasar, que no fuese tan contundente con la niña y que hiciese el esfuerzo para no seguirle la corriente y ser todos felices y comer perdices chimpun catapun chin chin… Me añadió que hablaría con el padre para que le dijera a la niña que no se portase mal (mala elección pensé yo)No si ahora era el capullo era la más viva reencarnación de Charles Ingalls de la “Casa de la Pradera” sobre la faz de la tierra. Les comenté ellos conocían a mi cuñado sólo tres meses y yo 22 años. La tipa del EAIA a la defensiva me dijo “Él también te conoce muy bien a ti por lo que he visto”. A saber lo que le habría contado este ser de alcantarilla. Le dije que poco pude quejarse de mí, en este caso nada. Le puse en antecedentes de todas las veces que mi madre había tenido que pararle los pies, como cuando en una cena se subió en una silla borracho perdido para hacer el idiota imitando a una gallina y apuntando a los invitados con el culo, embadurnarse la cara de salsa y ponerse restos de comida en la cabeza y ponerse a besar a todo dios entre risas idiotas o como cuando, una vez más borracho perdido se levantaba de la silla y soltaba discursos inoportunos, estúpidos, humillantes y malsonantes ante visitas o sobre todo en comidas familiares con risas borreguiles y mofas al resto de invitados y así un sin fin de gilipolladas sin fin. Ellos me dijeron que como él era el padre y tenía la custodia de los niños, nos gustase o no él decidiría si vendrían a casa o no. Y de momento era que no. En todo caso intentaría convencerle de que bajase un poco del burro (o mejor el burro bajarse del él)para haber si habría alguna posibilidad de que se organizase una comida (sólo tres horas) en mi casa, con la madre. Por cierto la niña había manifestado(exigido) junto al padre que la comida fuese sin mi presencia. No si aprende pronto las malas artes. Como comprenderéis yo de mi casa no me muevo y hago en ella lo que me sale de las pelotas.

Esta mañana he recibido la llamada del EAIA. El capullo ha accedido a la visita. Al parecer ha pedido que yo no trate de malmeter a los niños contra él y su familia, ha pedido que me vigilen (¿Acaso alguien los han vigilado a él y a su familia para que no malmetiesen contra nosotros?) ha pedido que sea mi hermana quien quede con él (no quiere hablar conmigo porque soy malo y le he jodido la vida y bla bla bla bla… Pobrecito… Encima va de víctima) El EAIA también me ha dicho que él ha pedido que yo ni mi hermana vayamos más al colegio a visitar a los niños. El EAIA me ha dicho que en apoya su decisión (¡manifiesta que mi presencia es perjudicial para los pequeños¡) ¡Manda huevos¡ ¡Ahora soy yo el maltratador! Sólo nos van dejan ver a los niños dos horas para comer. MI hermana ha de llamarlo. Está haciéndolo desde hace rato y nadie le contesta. Mi cuñado tiene el teléfono móvil apagado. Algo me dice que mañana no va a haber encuentro alguno…

Esta tarde he entregado los papeles para el divorcio de mi hermana. Paloma nos ha dicho que no hagamos mucho caso al EAIA y sus estúpidas recomendaciones. El juez dijo que podemos ver los niños cuando se nos plazca y así seguiremos haciéndolo. Como lo hace la familia de él, a quienes no ponen trabas ni controlan si están lavando o no el cerebro de los dos niños.

martes, junio 12, 2007

Mis Miis

Miguelín y yo mismo creados virtualmente mediante la consola de Nintendo Wii.
¿A qué somos una monada?

40

Hoy mismo a las 3,30 de la madrugada he abandonado la treintena. Tengo ya 40 años. No sé, por un lado me siento mayor, que no viejo (sobre todo en lo que respecta a mi estado físico) y por otro porque ya estoy haciendo cuentas y me he acabo de dar cuenta que sólo me faltan diez años para llegar a los 50. Que guay chupipiruli divina de la muerte. Desconozco si es cierto o no eso que dicen de la famosa crisis de los 40. Os puedo asegurar que algo de paranoia si me ha entrado durante estos últimos tres meses. Poca, pero reconozco que me ha entrado. Aquellos que han atravesado la barrera de los treinta y nueve me han dicho que los 40 es la mejor edad del mundo. Que es cuando uno mejor se encuentra (no se pero eso también lo escuché al cumplir los 20 y los 30 y seguro que lo escucharé si llego a los 50 60 y un largo etcétera. ) Lo que si me he dado cuenta es que mis 40 no son los cuarenta de mis padres. Yo no soy tan “pureta” y eso que mis padres eran personas bastante modernas a mi edad. Pero no sé, miro fotos y yo a ellos siempre los veo mayores, aunque tengan 28 años y sonrían felices como dos cascabeles el día de su boda. Supongo que es un fenómeno extraño, inevitable. De esos que aun sorprenderían al mismísimo Marty McFly de “Regreso al Futuro”. Sea la edad que sea siempre los veos mayores, por muy cinéfilos y musicólogos que hubiesen sido. Mi madre siempre me decía que si a llegabas a los 40 y no te posicionabas o no te encontrabas en el punto más álgido de tu carrera ya no eras nada. Si no lo conseguías estabas condenado a ser un cero a la izquierda. Menos mal que yo nunca le tomé la palabra al pie de la letra porque ni fui estudioso ni me he posicionado. Ahora trabajo, es cierto. En una de las empresas más importantes y grandes de este país, también es cierto. Pero yo todo esto lo veo como algo circunstancial. Estoy acostumbrado a no hacerme muchas ilusiones con mis trabajos. Si hay contrato por medio nunca me duran ¿Y qué sucede con mis aspiraciones? Ojo eso es otra cosa. No se pero siempre he tenido fe en que un día de estos voy a triunfar, no se aun en qué pero siempre lo he pensado. Aun así de la selva amazónica de fracasos que cosecho (que no me quitan el sueño no os vayáis a pensar ahora)siempre he sabido que iba un día a sentirme satisfecho conmigo mismo. Sería un aburrimiento haber venido a nacer en esta existencia y quedarme a medias con algo o no contribuir con algo en este mundo (contaminar y destruir la capa de ozono no vale que eso es chungo y no se debe hacer) A ver tampoco me veo participando en Gran Hermano y mucho menos en la Isla de los famosos (entre otras cosas porque no lo soy) ni peor aun en Operación Triunfo (y eso que he tocado casi todas las artes… bueno, menos el teatro, la poesía, ni la música) Dudo mucho que a estas alturas me ponga yo a cantar o a tocar el piano aunque me hubiera gustado mucho. Resulta curioso pero acabo de cumplir 40 años y no se aun que quiero ser de mayor. Pero por lo menos me contento de no ser el único. Por otro lado no me puedo quejar de mi vida. Tengo gente que me quiere y que me odia con la misma pasión (pocos tienen “admiradores” de ambos bandos, os aseguro que no es fácil), He viajado desde que tenía 2 años de edad. Conozco varios países y por lo menos he pisado tres continentes. Me gusta el cine, la música, la pintura. Cuando viajo procuro culturizarme, en todos los aspectos. Me gusta mucho comer, los bombones (y aunque no beba me gustan los que tienen licor dentro y si es posible una guinda) soy fanático de la cocina japonesa, del sake caliente y de los pastelitos de todos los países ya sean dulces o salados. Me encantan todos los gatos en especial mi gato Chusquete y los perros, sobre todo los Cocker Spaniel. Algún día volveré a tener uno (aunque creo que nunca como mi añorada Nana un ángel disfrazado de perro que un día llegó a casa como de sopetón y nos robó el corazón a todos incluido a Mince nuestro primer gato un personaje que nunca le confesó una clara amistad). He tenido unos padres que me han querido mucho, tanto a mí como a mi hermana. La tengo a ella, lo único cercano que me queda de mi sangre. Tengo a mis sobrinos que aunque distantes hacen que mi vida tenga mucho más sentido y cada día luche por ellos, por su libertad y su felicidad. Tengo a Miguel que me soporta mis imprevisibilidades, mis manías, mis compras compulsivas y mi carácter impulsivo e impredecible. Tengo muchas cosas que he aprendido poco a poco a valorarlas….

¡Alto! ¿No os está dando la impresión que mi discurso es un coñazo y suena a muy peliculero? Joer que grima me está entrado de mi mismo… mes estoy como “garrapiñando” de tanto puto azúcar. Ala, me voy a dormir que mañana he de ir a trabajar a ese lugar llamado oficina. Aunque ya haya cumplido los 40.

domingo, junio 10, 2007

Quitarse las pulgas.

Mi hermana está nerviosa. Rosario, la madre de María se ha puesto mala esta tarde. Se ha asustado mucho. Me ha dicho que me volvía a llamar porque no podía dormir. Me ha contado un poco más sobre lo sucedido el pasado sábado por la tarde. Esta vez, aunque también hemos hablado de mi sobrina, ha hecho bastante referencia al capullo y a su forma de quitarse las pulgas respecto a la situación. Esa misma tarde le había llamado. Medio enfadado y medio traspuesto. Al parecer le ha tratado de convencer que la culpa de todo lo sucedido no la tiene él, ni siquiera la tiene mi hermana, según piensa la culpa la tenemos la Sargento de Hierro y yo. Según mi cuñado ambos somos unos mal metedores. Los causantes de sus desgracias. Para colmo de los colmos y sumun de los cinismos va y le dice ¡que aun la quiere y que todavía podrían ser felices! ¿Cómo se puede ser tan déspota? No lo entiendo. Parece ser que la Sargento de Hierro, a quien yo coincido en culpar de la situación en la que se encuentra mi hermana, ha dejado (momentáneamente) de lado a mi cuñado. Ojo, eso no es sinónimo de que se hayan peleado (por enésima vez) o que no se vayan a hablar nunca más. Simplemente es que ahora tiene otras prioridades. La principal se llama Camping, algo intocable e imperturbable en su ciclo vital veraniego (en invierno tocan las obligadas cenas de navidad en casa de la familia del marido, pese al disgusto y mosqueo de tener que aguatar su presencia por parte de la familia de éste). Pues bien, mi cuñado está solo. Pero sólo de momento. Por lo ahora anda alejado de la peor influencia que ha podido tener en su vida (muy por encima de su cerebro de ameba prehistórica) y que le ha llevado gracias a sus consejos y sus artimañas a donde está. Dejadme que hable de mi culpabilidad... Podéis juzgarme de prepotente si lo deseáis, pero no me siento culpable de absolutamente de nada. Él tiene que buscarse una excusa para odiarme mucho más. Simplemente no sabe bajar la cabeza y reconocer que conmigo metió la pata. Pero su odio hacia mi persona puede mucho más. Hasta incluso desearme la muerte. Aquellos que ya le conocéis en persona (¿verdad Amparo?) sabéis el "cariño" el cual él siempre me ha profesado. Por mi parte admito que ese "cariño" siempre ha sido mutuo, pero nunca he malmetido contra su matrimonio. Nunca. Pienso que con su actual actitud de quitarse las pulgas demuestra lo cobarde y rastrero que es (y será siempre). Bien cuando "se le iba la mano" (como me decía mi hermana en los primeros momentos que supe de los maltratos) era un valiente y muy macho. Ahora que tiene la ley pegada al culo y carece de la inefable ayuda de la Sargento de Hierro está tratando de esconder la cabeza bajo el ala y busca compasión en mi hermana o ante el EAIA (que por cierto él le ha dicho que con ellos ha "firmado" una especie de pacto). Por cierto también le ha dicho que quiere denunciar a María por atacar verbalmente a mi sobrina cuando la mujer sólo trató de defenderme y defender a mi hermana después de que la niña espetase "Me paso la opinión de mi madre por el culo" cuando mi hermana se ofendió por las barbaridades que decía sobre mi persona. Yo invito a mi cuñado a que la denuncie. Creo que María tiene mucho que decir... sobre todo sobre lo que respecta a él y a su comportamiento con mi hermana.

Un acto de fe.

Me he propuesto no me enfadarme con mi sobrina. Desde este momento voy a tratar de enviarle mucho amor y os pido que hagáis lo mismo. El amor es el mejor antídoto para que su cuerpo expulse el veneno que tiene dentro. Propongo un juego. Si queréis jugar estáis invitados. Imaginárosla o buscar su foto en este blog (en el mes de Enero hay una de ella) visualizadla envuelta en el odio y la mala saña en la que está sometida, dadle la forma que más os sugiera, abstracta o verídica. Imaginaos que os acercáis a ella y la envolvéis con calma en un manto rosado o púrpura y la abrazáis con mucho amor. Ella lo necesita. Mucho. Igual en esta especie de ejercicio “New Age” sucede algo. Veis como incluso su cuerpo empieza a reaccionar, expulsando ese odio que no es suyo. Podéis hacer que ese odio se vaya a donde ha venido y que no vuelva nunca. No hace falta que se haga cada día. Sólo con una vez basta. Igul entre todos podemos curarla.

Las semillas de la ira.

Acabo de hablar con mi hermana. Me ha dicho que mis sobrinos fueron el sábado a verla. La niña nada más entrar le exigió a su madre el teléfono móvil que le pidió para regalo. Mi hermana le ha dicho que no se los había comprado (aun). La niña ha entrado en cólera y se ha puesto hecha una fiera con su madre. Me ha dicho que mañana me contará más. Es la primera vez en mi vida que oigo a mi hermana despotricar sobre su hija. Por lo que deduzco la niña se ha despachado a gusto con ella. Lo único que me ha dicho es que también ha habido para mí. Entre otras cosas le ha comentado a María que yo era un ladrón, que le había robado a su padre el dinero del colegio (siempre la misma cantinela) lo ha dicho con rabia y con ira. Parece ser que su padre y sus tías le han llenado de mierda en demasía el depósito del alma. Mi hermana me ha dicho que María se ha molestado bastante con la niña. Le ha replicado que eso no es cierto y que yo era buena persona y que estaba luchando con ellos. La niña le ha espetado que eso no es verdad. Soy un demonio. Dice mi hermana que mi sobrino ha salido en mi defensa. Le ha tratado de parar los pies a la niña. Está harto, cansado de las estupideces de la niña. Mi hermana también. Sigue siendo su hija, pero lleva una dura piel donde se refleja el odio y la maldad de su marido y sus cuñadas. Mi hermana me ha comentado otra cosa. Algo que me cuesta creer. Me ha dicho que el padre le ha dado al niño para venirse a Normandía. Yo, insisto no sé si creérmelo. Lo dejo en suspenso. La niña no quiere. No me importa. Con que sólo venga el niño me es más que suficiente. Sé que nos los vamos a pasar todos muy bien. A ella no voy a forzarla. Si no quiere no quiere.

sábado, junio 09, 2007

Catarsis

Estoy enfermo. Tengo una gripe de órdago. No es de las peores que he padecido en mi vida pero está me ha venido con un mensaje de advertencia: No puedo forzar la máquina. Es curioso pero esta gripe no produce mucha tos, ni moquera constante, sólo alguna vez y muy levemente. Yo la definiría como una gripe de cansancio, de congestión y abotargamiento. Estoy algo espeso. Bueno muy espeso. Los síntomas me aparecieron el mismo miércoles, día que hable con Paloma desde el coche. El mismo día que dejé a mi hermana, aun esperanzada pero preocupada por su hijo, sentada en una silla de ruedas en la salita del televisor, junto a un abuelo embelesado por los encantos de Patricia Gaztañaga. Fue después de darle un beso de despedida cuando me fui al coche y cuando me llamó Paloma para contarme las gilipolleces que le habían contado el EAIA cuando comencé a notar los síntomas. Al parecer la ira, la rabia y la impotencia hicieron mella en mi sistema inmunológico y dejaron entrar con alfombra roja a la puñetera gripe. Pero hete aquí y como ya he dicho al principio no ha llegado sola. Ésta ha venido con mensaje. Y yo he tardado bastante en darme cuenta de lo que me estaba diciendo. Por una vez voy a darles la razón al EAIA . Os anticipo, conseguí hablar con ellos y después de mucho insistir, En dicha conversación (que tuve el jueves por la tarde) me acusaron entre otras cosas de no saber escuchar y de no dejar hablar, vamos que me trataron como si fuese un histérico o un lerdo al que se le tienen que hablar en monosílabos, como cuando ellos hablan con mi cuñado. Pues bien la gripe estaba allí, hablándome también, pero yo, obcecado en mi indignación, no la escuchaba. Estoy seguro que si hubiese sido un discípulo del maestro Yoda éste me habría echado una bronca del copón bendito, hablando al revés como nos tiene acostumbrados. Pero no, el maestro Yoda no estaba allí y yo, con mi torpeza lo único que he hacía era abrir más las puertas al virus para que se adueñase de mi interior, vamos como cuando abren las veda en los grandes almacenes tipo Harrods en época de rebajas. Sobre el EAIA. Os comento. La responsable del estamento se sorprendió cuando le comenté que mi sobrino me había llamado para comunicarme (y desde el despacho de la directora del colegio) que lo había contado todo y le añadí que ahora el niño esperaba impaciente a que ellos le ayudasen, ya que mantenía en secreto su confidencia para evitar así que ni su padre, ni hermana, ni tías actuasen en su contra. Ella me preguntó que suponía que me había contado el niño. Yo le dije que el tema de los maltratos. Ella me dijo que no, que el niño después de una larga charla con el educador no les había contado nada. Es más me comentó que no habían hablado ni siquiera del tema maltratos porque de momento ¡no lo veían conveniente! (¿Será por el bien del padre?) Entonces le comenté que quizás mi sobrino me había engañado y me había mentido como un bellaco. Ella dio a entender que podía haber sido posible. El niño está en mitad de una batalla campal y quiere quedar bien con los dos lados. ¿Así que mejor que engañar a ambos lados?…No me lo creí. La asistenta del EAIA se molestó mucho porque Paloma me había comentado cosas, ella me dijo que se pensaba que ambas hablaban el mismo idioma y por lo visto no era así al comentarme alguna que otra confidencia, entre ellas las de nuestra incapacidad para ser padres. Esa misma tarde, en su despacho, Paloma me añadió otro detalle de esos estúpidos por parte del EAIA ya que al parecer había especulado con la idea de que como los niños no son mis hijos, tan solo mis sobrinos y se supone yo no podría tener el aguante que puede tener un padre para soportar los momentos más críticos de la infancia y pre adolescencia. Vamos, como si el cariño y la tolerancia se repartiesen en dosis decrecientes dependiendo el grado de proximidad consanguínea con el niño. O como si una persona que no tiene lazos sanguíneos no tiene capacidad de aguate para ser unos verdaderos padres. No sé qué opinión tendrán entonces todos los padres adoptivos del planeta… Absurdo. El EAIA interpreta que yo lo único que tengo es algo personal con mi cuñado (no se equivoca del todo) pero que utilizo a los niños como arma para hacer daño (cosa nada acertada por su parte) Yo le hice saber que velaba por el bien de los niños y sobre todo por los intereses de mi hermana, el EAIA me dijo que mi hermana no les importaba tanto insistiendo de nuevo que ellos lo único que les interesaban eran los niños. Yo les recordé que mi hermana era una enferma degenerativa y que necesitaba mucho de sus hijos y, que sin ser retrasada, ni loca, ni autista ella seguía teniendo la cabeza muy bien amueblada y que temía por la vida de sus hijos porque ella ya había sufrido las de Caín en manos de esa basura con patas que son mi cuñado y las hienas de su familia. El argumento del EAIA era que yo soy hostil y que no hago más que ponerle trabas a mi cuñado. Que el tipo se está esforzando mucho y que está muy dolido conmigo porque le he denunciado, que no le he ayudado y que le negué asilo en mi casa cuando me lo pidió bla, bla, bla y bla… Eso me dio a entender que a ellos les importa él, aunque aparentemente (pero que muy aparentemente) tienen en cuenta a la familia de mi hermana. Le pregunté si le parecía correcto que yo tuviese que ver a mis sobrinos de incognito en vez de poder verles en cualquier momento en la calle como hacen el resto de su parentela. Entonces me inquirió que yo había dejado de lado a mi sobrina. Vamos que la estaba marginando y que por eso la niña estaba dolida conmigo. Yo le volví a explicar que mi sobrina desde que se fueron de mi casa no quería ni verme, me despreciaba, me rehuía y rompía o arrojaba a la basura algún regalo (los lápices y la goma que yo le traje de Sevilla) por consejo de su padre o tías. Le comenté las veces que había ido con mi hermana al colegio y ésta se había molestado con la niña porque me hacía continuos feos o incluso las veces que yo no estaba cuando la niña se mofaba de mí y me humillaba en la habitación del hospital (María es testigo de ello). No sé porque pero en todo momento tuve la sensación de que el EAIA me veían como el malo de la película. Era una sensación muy clara, intensa. Soy yo quien ha metido a la justicia de por medio, quien aparentemente trata de meterle cizaña a los niños en contra de su padre y familia (ese tema fue un constante en la conversación aparte de ser un insolente e interrumpir y no hablar en todo momento) Me dio la sensación que después de tanto comerles la oreja por parte de los Munster estuviesen concienciados de que no me escuchasen que yo era el mal personificado o un loco peligroso al que había que mantener alejado. Ellos insisten en que velan por el bien de los niños, aunque a mí me da siempre la sensación de que velan más por los deseos del capullo. Que no hay maltratos, por lo menos ahora, aunque lo que suceda una vez ellos estén fuera del entorno de los niños sólo lo saben el capullo y su familia. Su decisión es firme, dejando al lado el pasado. La custodia es del padre. Él decide si los niños los podemos ver o no, así de claro. Puede negarse con todas las de ganar. Su familia, para más INRI, cuenta con todos los privilegios. Ellos si pueden disfrutar de los niños cuando quieran, incluso llevárselos de viaje, paseo o quedarse a dormir en su casa las veces que les dé la gana. Yo no. Para mi nada. Porque el padre no quiere, por mucho que los niños se lo pidan, o incluso el EAIA. Él determina, él es el amo y señor y él (con toda la rabia y prepotencia del mundo) no consiente que yo los vea porque ese es mi castigo y así lo será hasta que él lo decida. Y eso lo hace porque sabe que eso me hace mucho daño y lo utiliza con toda la saña del mundo. Eso sí, luego le llora al EAIA y le gusta ir de víctima. Como también lo hacen el resto de hermanas. Cinismo y despotismo en estado puro. El EAIA me sugirió (como para que me contentase y dejase de darles la vara por teléfono) que interesemos recuperar el contacto con los niños de forma habitual. Me sugirió marcar unas fechas en el calendario para organizar eventos en conjunto con los niños. El EAIA me dijo que tenían medio convencido al capullo (cosa que dudé) para que me dejasen los niños tres horas una vez a la semana pero acompañados de una asistente social (vamos como si el maltratador fuese yo y no su padre) para que el asistente controlase que yo no agobiara a los niños con preguntas impertinentes sobre si su padre los maltrata etc, etc, etc… Las visitas serian factible siempre que le apeteciese al padre (pasándose por el forro los deseos de los niños) y que en ellas estuviese la madre. Podríamos ir al cine (¿pagándole también la entrada a la asistente?) a merendar (ídem) a la playa (¿el bocata y la crema solar la tendría que poner yo?) pero puso en duda que pudiesen venir a mi casa simplemente de visita, como si yo los fuese a amarrar con cadenas y torturarlos con hierros candentes. Le comenté (sin estar convencido de sus buenas intenciones) que aquello estaba muy bien pero que si el padre se negaba ellos que iban a hacer. Me dijo que nada. Que no vendrían. Entonces le comenté que pensaba que el EAIA trataba de velar más por el bienestar de padre y no de los niños. No me dijo nada. Di a entender que o bien lo tomaba o lo dejaba. Yo le dije que esa idea de las visitas ya se la propuse hace tiempo pero que ellos se la pasaron por el forro de los pantalones (les comenté que les había pedido llevar a los niños al hospital a celebrar el cumpleaños de mi hermana y que no hicieron nada, al final fue mi hermana la que fue, de forma clandestina, al colegio a verlos y sin poder llevárselos de merienda ya que su tía venia a buscarlos) La asistente del EAIA me comentó que miraría proponerle a mi cuñado el tema vistas la semana que viene. No se, pero yo no me lo creí. Le dije que como el día 12 era mi cumpleaños (40 tacos) quería celebrar algo el sábado 16 y que estaría bien que los niños viniesen a casa y celebrábamos conjuntamente el cumpleaños de mi hermana, el de mi sobrina y el mío a la vez. El EAIA me dijo que se lo preguntaría a mi cuñado a ver qué tal le parecía la idea. Yo ya me conozco la respuesta… Le dije que si la interrumpía al hablar o le parecía que no la escuchaba era porque estaba encendido y porque no veía justo lo que estaba pasando. Ni yo, ni mi hermana con su miserable visita semanal de cinco minutos podíamos disfrutar de los niños y en cambio la familia Munster podía ir a buscarlos al cole, insultarlos, machacarlos, acojonarlos y comerles el coco en contra nuestra. Ellos me ponían vigilancia para que yo no inculcase a los niños nada en contra de su familia paterna pero ellos no hacían lo mismo para que su padre y sus tías nos pusieran a caldo malmetiéndoles contra nosotros.

Esa misma tarde mientras mi gripe me hablaba sin escucharla y me recordaba que estaba ahí con un fuerte dolor de garganta y malestar (y un poco de goteo nasal) fui a ver a Paloma. Me comentó que el EAIA era inútil para nosotros. Que mi cuñado si no metíamos el tema del divorcio de por medio podría hacer lo que quisiera con los críos. Sobre mi papel en todo esto la cosa estaba chunga. No tengo privilegios. Puedo incluso no poder ver más a los niños a no ser que el juez me otorgase la posibilidad de visitarlos, cosa que no está muy clara. Sin embargo y reincido otra vez la familia de él puede verlos y disfrutarlos cuanto les plazca. Injusto pero es así. En eso momento cuando moqueaba con más intensidad me di cuenta de la presencia de la gripe y que esta me decía que tenía que descansar, que debía de parar la máquina un momento y dedicarme un tiempo a mí, a recapacitar, a dejar el cuerpo en reposo y que expulsase toda la mierda que tenía acumulada. Paloma y yo hablamos de muchas más cosas, mucho eran planes sobre custodias (porque el divorcio es el camino para detener este caballo desbocado) y poner las cosas en su sitio. Eso si me advirtió que ya no habría libertad alguna para poder disfrutar de los niños (tampoco ahora la había) así que poco más se podía perder. Me acosté con escalofríos, me dolían los ojos, los huesos, los riñones. Tenía el cuerpo ardiendo. Esta mañana me encontraba mal. No he ido a trabajar. Me he pasado la mañana durmiendo (estaba agotado) y sudando. Mi cuerpo estaba haciendo catarsis. El resultado final habrá de esperar. Como la decisión del capullo o la toma de conciencia del EAIA sobre la injusticia que se está cometiendo dejándole esos niños en manos de un maltratador.

He hablado con mi hermana. Me ha preguntado si estaba todo perdido. No he sabido que contestarle. Me cuesta mucho decírselo, ir al hospital y mirarle a los ojos. Creo que mi sobrino piensa que soy un traidor. Ha hablado. Yo se que sí. Pero la ayuda y todo lo que yo le prometí no se ha cumplido. Lo mismo sucede con mi hermana. Me siento mal con ellos por dejarme llevar por el ímpetu y creer ver más allá de mi nariz depositando demasiada fe en los “Finales Felices”. Y eso me sucede por creerme muchas veces que soy un héroe cuando en realidad no soy nada más que un simple ser humano.