Hacía tiempo que quería escribir. Es decir, hacerlo siendo yo mismo, sin estar pendiente de una fecha de entrega o a cambio de un talón. Creo que ya va siendo hora de armarme de valor, de entrar en el caserón, de abrir ventanas y puertas y permitir que la luz invada su interior. Necesito dar forma a los fantasmas, atraparlos, enfrentarme a ellos y asumir que, en el fondo, también forman parte de mi vida.
domingo, junio 10, 2007
Un acto de fe.
Me he propuesto no me enfadarme con mi sobrina. Desde este momento voy a tratar de enviarle mucho amor y os pido que hagáis lo mismo. El amor es el mejor antídoto para que su cuerpo expulse el veneno que tiene dentro. Propongo un juego. Si queréis jugar estáis invitados. Imaginárosla o buscar su foto en este blog (en el mes de Enero hay una de ella) visualizadla envuelta en el odio y la mala saña en la que está sometida, dadle la forma que más os sugiera, abstracta o verídica. Imaginaos que os acercáis a ella y la envolvéis con calma en un manto rosado o púrpura y la abrazáis con mucho amor. Ella lo necesita. Mucho. Igual en esta especie de ejercicio “New Age” sucede algo. Veis como incluso su cuerpo empieza a reaccionar, expulsando ese odio que no es suyo. Podéis hacer que ese odio se vaya a donde ha venido y que no vuelva nunca. No hace falta que se haga cada día. Sólo con una vez basta. Igul entre todos podemos curarla.
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