viernes, junio 18, 2010

Papiroflexia

La vida es como un papel. Cuando nacemos está en blanco. Pulida, brillante, es posible que esté pautada ya que nunca sabemos si lo que nos rodea, aquellos que nos inculcan valores (buenos, malos, regulares dependiendo el ojo en el que los mira) han perfilados una líneas, bien a modo de cuadricula o simples trazos paralelos.
En nuestra cuartilla podremos escribir cosas, a lápiz (para luego borrarlas) o bien a bolígrafo, con tinta de diferentes colores, los hay que los prefieren rojo, azules o incluso verdes o tal vez en un tono neutro como el negro... Lo que se escribe en tinta ya no se borra y se queda ahí impertérrito, para toda la vida.
Hay quienes usas su hoja en blanco de otra forma. Ni lápices ni papel, ni tinta. Prefieren mantener la hoja inmaculada y hacer uso de ella do otra forma, digamos mucho más artística.
La papiroflexia, como tal, es todo un arte. En oriente lo saben muy bien. Dicen que relaja el alma (es como hacer calceta o trabajar con barro) y mantiene en equilibrio la mente. Muchas veces me sorprendo lo que se puede llegar a hacer con un simple pedazo de papel; verdaderas maravillas y todo sin restarle un ápice de su superficie.
Así pues tenemos:
El Origami de acción
Que representa objetos móviles donde las creaciones, ya sean reales o abstractas pueden moverse de mil maneras ingeniosas. Pueden ser formas que vuelan, que necesiten ser inflados para su conclusión o que utilizan la energía cinética del viento o una persona para que pueda moverse.
El Origami modular
Consiste en poner una cantidad de piezas idénticas semejantes para formar un modelo absoluto. Todas las piezas normalmente son sencillas, ensambladas creran una estructura compleja y bella. El Origami 3D

Es otra modalidad, semejante a la anterior lo que sucede es que muchas veces se utilizan billetes para crear módulos.
Plegado en húmedo
Técnica para producir modelos con curvas finas en vez de pliegues geométricos rectos y superficies planas. Consiste en humedecer el papel para luego poder ser moldeado. El figura final mantiene su forma cuando se seca. Se utiliza para producir modelos (animales y personas) de apariencia muy natural.
Origami puro
Un estilo estricto en el que no se permiten pliegues complejos como los invertidos. Todos esos pliegues deben tener localizaciones directas. Están pensados para diseñadores que aman los desafíos. Poder crear modelos interesantes dentro de unos límites tan estrictos.
Teselado
Un teselado es una regularidad o patrón de figuras que cubre o pavimenta por completo una superficie plana sin dejar huecos ni superponer figuras. Se confeccionan con papel, pero se pueden llegar a utilizarse otros materiales (tela, hojas, madera) que retengan el pliegue.
Ahora imagináos que un papel representa vuestra vida. Si pudierais doblarla, girarla, retorcerla y crear de una curatilla (el tamaño depende del vuestra existencia en este plano) una figura, símbolo o cualquier cosa posible. ¿Qué os gustaría ver ante vuestros ojos? ¿Cuál sería el resultado final? ¿Lo combinaríais con escritos, con numeros, con dibujos? Y, por otro lado... ¿De qué color sería vuestro papel? ¿Qué textura? ¿Cual sería vuestra tecnica de las arribas citadas para manipular vuestra vida?

La Mar

Lo confieso, siento verdadero terror al mar pero, por otro lado, también me relaja y me fascina; dudo de que pudiera pasar un tiempo sin poder verlo, tal y como sucede cada día desde la ventana de mi casa. ¿Por qué me aterra el mar es algo que aun trato de averiguar? Supongo que será porque en su interior hay vida en movimiento, por su inmensidad, porque llega a un punto en el que no haces pie y puede hundirte si te entra el pánico. Bueno en las piscinas sucede lo mismo, por lo menos en mi caso.
No es que no sepa nadar, nado y me gusta flotar en el agua, pero siempre tengo que tener el pie en seguro por si acaso (ya hable en su tiempo de mi fobia hacia el mundo submarino). Os resultará aberrante que en un lugar donde hay playas uno no aproveche todo momento para ir a bañarse en ellas. En mi caso prefiero la piscina, la encuentro más limpia. Ir a la playa sugiere pelearse con desconocidos, guardar los enseres de cacos, sortear vendedores ambulantes de todo tipo, buscar sitio para las sombrillas así protegerse del achicharrante sol (ya, en la piscina tambien hay sol, pero cuando es dicha piscina es particular uno puede cobijarse mucho mejor y evitar estar expuesto a él a todas horas) no es por nada pero no soy propenso a ponerme moreno porque mi piel es de un blanco inmaculado, y eso que lo he intentado pero siempre cabao rojo como un tomate, con dolor y muy mala hostia. Llamadme maniático pero detesto el salitre en la piel y la arena que se pega y no te la sacas del cuerpo ni a golpes de toalla. Tampoco me gusta la crema aunque me la he de poner en grados que alcanzan limites dignos del mejor de los cementos. Supongo que es un trauma de la infancia. Me da grima la crema en el cuerpo. El olor, la sensacion de parecer estar cubierto de mantequilla...Otra grima particular es la de pisar cosas extrañas bajo el agua. Eso de ir caminando y que algo te roce el pie o notes una roca llena de algas... Insisto es más por el terror al mar que por otras cosas. Ahora las playas de Barcelona son perfectas no sólo para los turistas y los cacos sino para las Medusas. Las hay en forma de bolsa de plástico porque son eso, bolsas arrojadas al mar, y las hay de las de verdad con sus tentaculitos venenosos y sus andares gelatinosos. Confieso que de la inmensa mayoría de animales del mar son lo que más me fascinan. En serio. Las encuentro hasta hermosas, pero no para tenerlas al lado mientras nadas apciblemente...El mar...
No todo lo que diga de él va a ser negativo. Os lo prometo. Vuelvo a decir que me gusta y lo necesito. Cuando lo veo me sorprende como una masa de agua puede estar ahi, en su inmensidad sin salirse de la orbita, poblandolo todo creando una nada de color azul, en muchos casos intenso. Me gustan las tormentas marinas. Muchas veces las contemplo desde casa, son fascinantes, esos momentos de luz entre la oscuridad que muestran en ocasiones la linea del horizónte entre el cielo y la superficie del agua. Esas crestas de espuma que se ven cuando la tormenta sucede durante la mañana o al atardecer. O tambien, las diminutas luces de los barquitos de pesca que se esparcen a lo largo de la costa por la noche... Me gusta ir a la playa a pasear. Si me he de bañar, porque me apetece, prefiero ir por la tarde, con mucha menos gente y cuando el sol no pica tanto. Sí, siguen habiendo misterios en su interior pero reconozco que es un riesgo que uno debe tomar, sobre todo si aun desea disfrutarlo. Aunque sea un poco.

miércoles, junio 16, 2010

CRISIS: La esencia de la codicia

Siempre he querido o procurado darle un tono temporal a este blog. No pretendo que sea una especie de capsula del tiempo donde desde mi punto de vista se narre los acontecimientos más marcados de la época que me ha tocado vivir. Para eso existen los historiadores que son mucho más sabios (y manipuladores) que yo...
Si es cierto que puedo permitirme opinar sobre ciertos acontecimientos que en cierta medida me (nos) rodean y me (nos) perjudican o no mi (nuestro) ritmo de vida. Hasta aquí todos aclarado. Vayamos al asunto...
El tema que anda en el boca a boca de muchos durante estos días, meses y supongo años es la dichosa crisis debida a muchos factores y que toca a cada nación ahí donde más duele. Si bien a causa de numerosas irregularidades en el plano de lo económico. Es bien sabido que no se trata de una crisis pequeña, ésta es grande, tan grande como una gigantesca bola de nieve que baja a toda velocidad de una montaña helada (y aun le queda trecho). Cada día que pasa la cosa va de mal en peor, no para todos claro está, ya que siempre los más listos escurren el bulto y acaban pagando los platos rotos los más vulnerables (no voy a llamarles tontos porque quedaría grosero y un poco mal) Y qué os voy a contar que no sepáis... Creo que hace tiempo que ya comenté, en este mismo lugar, algo relacionado con el dinero, ese ente medio metálico, medio papel que ronda por todas partes, invadiendo bolsillos, monederos y cuentas corrientes de todo el planeta; bueno en algunos lugares la palabra dinero es desconocida o simplemente una utopía, pero, aunque quieran o no, también les perjudica de la misma forma.
Todo el mundo (o al menos la mayoría) estaréis de acuerdo que el dinero, como palabra, es un algo inofensivo y dicha palabra es equitativa a cualquier otro vocablo que podamos encontrar en el diccionario. En serio, lo es. En su forma definida habla sobre una manera de hacer un trueque; algo mucho más sencillo, limpio y cómodo que tener que llevar una vaca, una gallina o una manada de cerdos a un lugar donde comerciar con ellos y que nos lo cambien por algo que necesitamos o nos gusta. Quienes lo inventaron (se supone que las primeras monedas que se conocen fueron acuñadas en Lidia la actual Turquía en el siglo VII a.c.) sabían bastante bien lo que se hacían. Por lo menos en el sentido de lo práctico. Ellos no tenían la culpa de la mala interpretación acerca de su valor. Tendría que haber tenido en cuenta, mientras lo creaban, con la sed de codicia innata en el ser humano. Supongo que el hecho de darle valor a esas piezas, disponer de ella en cantidad y hacerlas servir (gracias de nuevo a la sed de codicia) para hacerse poderosos lo que acabo por convertirlas en el peor mal de la humanidad. No voy a negar que el dinero ha traído cosas buenas, viniendo de la mano de quien venga, pero también cosas malas. No se si colocando ambas en los platos una balanza hacia que lugar se inclinaría uno de ellos.
No se quien fue el gracioso que le dio por darle otro valor ya que no hay que negar que dicho valor de las monedas y billetes hace enloquecer a casi cualquier mente. Y resulta hasta estúpido ya que a simple vista no dejan de ser un papelote rectangular o un trozo de metal redondo de tono dorado o plateado. Pero lo que importa no es eso, sino lo que está escrito en ellos. Cuanto más ceros tengan (curiosamente un numero que no posee valor alguno) mayor es la locura que se desata. Entonces es cuando el ser humano se corrompe, aparecen odios, celos, envidias... Naciones enteras entran en guerras, de todo tipo; se compran armas poderosas; se pagan a personas para matar a otras, para dejarse vejar a cambio de sexo, de participar en programas zafios de televisión donde destruyen su dignidad y de las que les rodean; se compra petroleo contaminante y toda clase de tecnología (algunas beneficiosas basta decirlo, otras no); incluso se juega con la salud a cambio de grandes cantidades de los dichosos y coloridos papelitos o piezas de metal...
No niego que ya estamos demasiado acostumbrados al dinero. Está tan arraigado como las raíces de una gran secuoya milenaria. Acostumbrar al hombre a cambiar hábitos, el mal uso es difícil. No se si imposible. Muchos dicen que hay de todo para todos. Eso no lo niego. Basta con echar un vistazo alrededor. Se podrían hacer las cosas mejor de las que se hacen ahora, sobre todo si la codicia acabase enterrada o metida en el interior de un inodoro al que se le tira como cien veces de la cadena.
Pero ¿cómo podemos empezar a cambiar? ¿Estaría todo el mundo de acuerdo en realizar ese cambio de actitud ? Es posible. Por lo menos eso pienso. Las crisis como las que estamos viviendo son mensajes de que hay que hacer algo. Las guerras son primas hermanas de las crisis y no merece la pena perder tantas vidas por no saber utilizar de forma correcta el dinero.

martes, junio 15, 2010

...y comieron perdices.


No es que no tenga nada que decir, todo lo contrario, vuelvo a insistir que me he vuelto muy vago para según que cosas y siento mucha lastima por el blog y asco de mí mismo por tenerlo tan abandonado.

Un año. Un año ha pasado desde que Miguel y yo pasamos por la vicaría (es un decir) que culminó en un divertida y espectacular fiesta mucho más de lo que realmente esperábamos.

En un año suceden muchas cosas. De todos los colores. Por suerte las que antes eran tan desagradables se han ido difuminando, como una acuarela con exceso de agua. No obstante han pasado cosas. Somos un año más viejos, los niños han crecido considerablemente, ha habido cambios hormonales por parte de los dos y eso se nota cuando uno ve vídeos o fotos de hace apenas un tiempo.

Respecto a los niños... ellos estan tranquilos, viven las cosas cotidianas como lo que son y no como si fuese un episodio de Alfred Hichtcock Presenta o peor aun La Dimensión Desconocida...

Laura ha solucionado en gran parte sus problemas de autoestima, le gusta vestirse de forma coqueta, maquillarse y compartir sus sentimientos con sus amigas y amigos del colegio (no todos) mientras que Adam, un poco más rezagado, aun tiene cosillas que pulir, como es el caso del orden y sobre todo la responsabilidad. Siguen viendo a su padre, aun hay temor, Adam me lo confesó así como otros acontecimientos de su pasado que ayudan a que ese puzzle tan macabro e infame se vaya completando. Pero es necesario. Por su bien y por el de los demás.

La vida en casa es muy parecida a la de una familia tradicional, seguimos saliendo a cenar con nuestros amigos, nos tumbamos en el sofá a ver la tele, escuchar música o cualquier cosa que nos apetezca mientras los gatos hacen de las suyas alrededor.

Mi hermana sigue igual. No voy a esperar nada nuevo. No lo hay. Su enfermedad es así de cabrona. Aun esperamos ayudas. Están ahí en el éter, como las estrellas, las ves pero son inalcanzables, esperamos que cualquier día les den por bajar a la tierra y darnos una alegría.

Yo ahora estoy yendo al psicólogo (psicóloga para ser más concreto), voy porque note que estaba empezando a caer en una depresión y ante todo hay que hacer caso a las señales, no sea que fuese demasiado tarde. Mi psicóloga aguanta mis charlas como una jabata. Me dice que cómo he tardado tanto en ir a pedir visita, yo le dije que en otros momentos no lo necesitaba. Claro me miró con mala cara y yo, sentado frente a ella (lástima que ya no existan los divanes a lo clásico) agachando la cabeza. Mi problema principal era acumulación de estrés. No es difícil averiguar las causas, es más, me dijo que tenia una especie de síndrome post divorcio (bueno, en realidad yo asumí el rol de mi hermana en todo el proceso) También me dijo que ya bastaba de ayudar a los demás, que me ayudase más a mi mismo. He de reconocer que he dejado a mucha gente colgada por ello. Si me leéis alguno os pido disculpas pero ahora entiendo que antes estoy yo que los demás. Así de claro. Tomo pastillas para dormir (me recetaron unas para tomarlas por la mañana pero acabe más zombi que uno de los engendros de las películas de George A. Romero) y hago demasiada vida vegetativa, aunque sigo escribiendo pero en otros lugares que no son éste.

Me he prometido obligarme a escribir de nuevo, aquí, aunque no me apetezca (no porque no me guste) sino concretamente por esa holgazanería que me invade cual nubarrón tormentoso.

Vuelvo a entrar en el caserón... Todavía hay mucho que arreglar.