miércoles, febrero 28, 2007

Catálogo de alfombras bizarras: Modelo Führer (Berlín 1945) de la colección "Mein Kampf"

Yo no me imagino dandome un revolcón sobre la misma. ¿Para cuándo pondrán a la venta el modelo Castro, Aznar, Bush, Franco o Stalin?

martes, febrero 27, 2007

Sex in The Blog: El día que Charles Bronson me regaló su culo.

Hay gente que regala relojes, pulseras, cenas románticas, viajes a lugares paradisíacos o un Porche último modelo color verde fosforito. A mí me regalan culos. Sí, lo habéis oído bien, C U L OS tal y como suena con sus dos nalgas, pelos y su ojete en el centro. A ver, reconozco que es un regalo original, no muy práctico a la hora de llevarlo puesto porque, entre otras cosas aun no han inventado los pantalones para llevar dos traseros a la vez, pero es un regalo, y los regalos (según me dijo mi madre) no se desprecian ni se devuelven. El culo que me regalaron lo hicieron hace mucho tiempo, antes de llevar una vida conyugal. Me lo regaló un señor maduro y casado, de esos que se disfraza de marido y padre ejemplar de cara a su vecindario y que en privado ejerce una doble vida. Al señor en cuestión lo conocí en un chat, cuando este invento era divertido y uno solía acudir cuando era soltero y con las hormonas recargadas listas para disparar. Hay que decir que el tipo no era sobresaliente en temas de conversación, era de los que abrían un privado y te decía “Hola ¿Qué te gusta? Estoy caliente. Mido esto, peso lo otro soy así o me gustaría probar…” Yo por regla general cuando me entraban de esta forma pasaba olímpicamente. No quiero decir que a esas alturas de la función fuese de mojigato y buscase un príncipe azul montado a caballo y bla bla bla. Pero si iba a intimar con alguien por lo menos conocerlo un poco. Los polvos rápidos y anónimos no siempre han sido lo mío. Me gusta conocer a gente y más aun si va a haber algo de acercamiento intimo, que se le va a hacer, manías que tiene uno. Bueno, el sujeto en cuestión se me presentó curioso porque lo vi muy despistado. Hacía preguntas muy típicas de personas que no habían estado con otra persona de su propio sexo como “¿Me dolerá? Y que me harás? ¿Crees que puedo ser Gay?” y otras lindezas que ahora, a estas alturas no me acuerdo. En definitiva, lo vi muy perdido y ahí estaba yo para llevarlo hasta la luz. Como me aburría en casa y las hormonas estaban como bailando Hip Hop decidí quedar con él, entre otras cosas por las características que me proporcionó sobre su persona, una versión mejorada y más joven de ¡Charles Bronson! (El justiciero de la Ciudad mira por donde). El tío, constructor, tenía el despacho en Mataró, cerca de Barcelona pero en vez de quedar en el curro (aunque me lo propuso) quedamos en Granollers donde un amigo suyo le cedía (cual Jack Lemon en la película el Apartamento de Billy Wilder) su picadero privado. Nos citamos y apareció con su coche. Yo dejé el mío aparcado y me condujo hacia el nidito de amor. Hay cosas curiosas en esto de las citas a ciegas. En un porcentaje alto sabes que vas a mojar. Si te subes al coche con la otra persona las probabilidades suben un tanto por ciento más y si entras en la casa donde se va a consumar el acto aun mucho más. Entonces, ¿Por qué cojones y por mucho que lo intentes tu compañero no dice apenas ni pío en el momento que te presentas? Puede que sea tímido, se entiende, pero también puede que sea un psicokiller y no seas más que una de sus nuevas víctimas… en mi caso no fue así, menos mal. El tío en cuestión era novato pero supino, luego descubrí que se trataba de la versión autóctona del inspector Closseau y no lo digo porque fuese un policía camuflado, que no es el caso, sino porque era torpe hasta la risa. Cuesta creer que un tipo de cincuenta años casado y con hijos sea patoso en el tema del sexo, pero claro, no era lo mismos ligar con una mujer, donde el rol masculino es, (y en la mayoría de los casos) él que lleva la batuta y rompe el hielo que con otro hombre donde (y según como) los roles no están del todo definidos y la cosa puede terminar en una especia de lucha libre torpe y digna del circo de los payasos Tonetti. El lugar donde me llevó era algo así como el ático del moroso 13 Rue del Percebe. Una cama, un baño, una cocina office y un salón todo integrado. El típico picadero. El tío estaba nervioso. No sabía cómo empezar. Así que yo le sugerí que pasáramos por la ducha primero, nos relajásemos y luego lo que fuera surgiendo. Normalmente y en estos casos las duchas son compartidas, ya os podéis imaginar, yo te froto la espalda tu me la frotas a mí y lo que viene a continuacuión es coser y cantar. Pero no, el tío le daba corte ducharse con otro tío, manda huevos. Uno piensa “¿Te da corte, si dentro de unos minutos vamos a estar refregándonos y toqueteándonos como lombrices en celo?” pero bueno, hay gente tiquis miquis y yo no lo iba a juzgar mal por eso. Me duché yo primero (y pensé varias veces en la escena cumbre de psicosis) y cuando salí del baño no me encontré a Norman Bates, (menos mal), sino en la versión romántica de Charles Bronson. El tipo había ambientado la habitación atenuando la iluminación y encendiendo velas, un buen comienzo. Eso sí aun seguía nervioso. Después de tranquilizarlo un poco lo mandé a la ducha (mirando de reojo para ver más detalles de él a ver si mi cita a ciegas merecía la pena) cosa que de la que me alegré tras una rápida comprobación. Se duchó y cuando iba a salir se quedó encerrado en el baño. El picaporte se había desprendido y estaba en la palma de su mano. Tras varias intentonas conseguimos abrir la puerta. Bueno al apartamento le hacía falta un poco de mantenimiento, que se le iba a hacer. ¿Pero qué sucede cuando el CD de música, de repente, parece empecinado en repetir un tono musical hasta la saciedad? Pues que o bien la casa tiene Poltergeist o bien compraron el reproductor en un mercadillo del todo a un Euro. Le quité importancia al asunto pese que él se empecinó en buscar música romántica para su “iniciación” a la cultura gay. Al final consiguió música, pero de romántica nada, qué más daba. ¿Qué sucede cuando te encuentras a un señor casado que nunca ha tenido relaciones sexuales con otro hombre y se muere de ganas y de miedo? Pues lo que me pasó a mí. En un principio el tipo fue reacio a besar, no fue el primero que me encontré con esa manía, es como si la boca fuese sagrada y al no besarlo no fuese a cometer infidelidad, pero si uno se mete un pene en la boca o deja que otro meta el suyo en su orificio bucal ahí no hay remordimientos. A ver, un polvo sin morreo no es un polvo, aunque no es fundamental pero corta un poco el rollo. Si el tipo es manejable hasta puedes forzar un poco la situación pero si el señor es recio y algo más alto que tu mejor no intentarlo. Ya habría otros momentos para ello (durante el coito por ejemplo que es cuando se ponen muy tontorrones y se dejan hacer de todo). Nos fuimos a al cuadrilátero. El tío me preguntaba todo el rato que es lo que tenía que hacer, yo flipaba, ¿me estaría tomando el pelo? Nooooorrrrl el tío era novatooooo. Se tumbó boca arriba sobre el colchón y ahí estaba yo preparado para echarme un revolcón con la versión mejorada de Charles Bronson (ya sé que a muchos de vosotros/as el arquetipo “Justiciero” hasta os producirá urticaria pero os aseguro que a mí no) Charles Bronson molaba y ahí lo tenía yo despelotado y todo para mí. Me coloqué encima suyo en plan “vamos a cabalgar por la pradera Silver” pensaba hacer unos masajes de iniciación y eso que siempre funciona. El tío estaba animadillo, vamos, se le veía con ganas de marcha, así que la etapa nervios se había esfumado por completo. Se había cumplido su sueño. Estaba en la cama con otro tío y se iba a estrenar... ¡Hasta que se rompió la cama! Uno que es muy bruto (y pesado) apoyé su rodilla sobre uno de los listones del somier y con el peso y la presión acabó saliéndose de su base. Charles Bronson y yo quedamos medio descalabrados. En un principio pensé (y le dije) que pasáramos del somier pero él me insistió que mejor lo arregláramos o trasladásemos el colchón al suelo (en ningún momento me habló de dejar lo otro, cosa que agradecí, al parecer todo aquello le estaba gustando) Así que trasladamos el colchón al centro de la sala (en un momento estuve casi de pedirle que apagase todas las velas no fuese que en un accidente sobrenatural se prendiesen las cortinas y no pudiéramos llegar a consumar el accidentado romance) pero no. Pasé de todo y comencé a meterle caña (ya que si no tomaba la iniciativa aquello no terminaba nunca y lo único que conseguiría era un dolor de cataplines). Os aseguro que me costó un pelo y todo debido a temas generacionales. Psicológicamente cuando en una pareja uno es el más joven siempre deja que el mayor tome la iniciativa pero, insisto, volví a olvidarme del factor experiencia y aquel señor no tenía ni zorra idea de qué hacer con el cuerpo de otro hombre. Otra de las cosas que me di cuenta (y que suele suceder con la mayoría de casados con tendencias bisexuales) es que en el momento del coito los “casados“ se vuelven más pasivos que una momia Etrusca de la Tercera Generación. Y si lo piensas bien es lógico. La cultura del macho hispánico pesa mucho y parece ser que cansa ser la parte dominante de la pareja. Éste, por ejemplo se moría de ganas por practicar el coito anal. Pero también sucedía otra cosa. Cuando más se excitaba más se desinhibía y su lengua soltaba manadas de improperios obscenos (que no es lo mismo que humillantes) llenos de lascivia y lujuria canina. Era curioso ver que el tío torpe y tímido que tenía unos minutos antes ante mis ojos se había vuelto un verraco salido de una peli porno “hardcore”. He de decir que en un principio me extrañó que Charles Bronson había pasado a Mr Haid del sexo, un registro jamás visto en su tocayo de la pantalla. Pero mira por donde hasta me hizo gracia. La radio poniendo música ratonera y aquel tipo corpulento diciéndome cosas como: “Quiero tu trozo de carne dentro (os juro que cuando me dijo eso por un momento me imaginé que mi pene era una barra de Jamón York curado) o ¿Te gusta follarme? ¿Te gustaría estar en mi culo? A mí me encantaría follarte” y unas cuantas lindezas más que ahora tampoco recuerdo. No si cuando se rompe el hielo ríete tu del calentamiento global… Entonces llegó el momento más esperado por él. Su primera penetración. Ya sé que el tema es un poco delicado (en todo el sentido de la palabra) sobre todo para aquellos que no hayan explorado la experiencia. Como yo estaba ya muy pasado de vueltas y con las feromonas revolucionadas como hinchas del Barça en una final con el Madrid (y ganando) no me di cuenta que Charles Bronson no estaba puesto al día con el tema (y eso que se moría de ganas) así que entré en él como un toro cuando sale a ser toreado a la plaza. Creo que su grito se escuchó a varios kilómetros a la redonda, (para mí que hasta lo escuchó la santa de su señora esposa y sus retoños) y yo entonces voy y pienso (¡Joderrrr! ¿Qué has hechooo? y ¡Alaaa que brutoo eresss!) Bueno, por lo menos el tío ya se había estrenado y por todo lo alto. Después de esta le podía entrar hasta el ferry Palma/Barcelona, de Trasmediterranea con coches y pasajeros incluidos. Pensé, “Este ahora se levanta y te manda al carajo y de paso te mete un puñetazo en toda la boca como en las pelis de su “hermano” gemelo.” Pero no. Al tipo le había impresionado (a quien no con semejante embestida de su contrincante y con cero experiencia por su parte) o eso o le había roto la columna y no podía moverse de donde estaba. Me disculpé. Le dije que lo sentía en todos los idiomas que conocía (incluido el Élfico, El esperanto, el Klingon y varias lenguas muertas) Y le sugerí volver a intentarlo pero siendo él quien controlase la penetración. Yo más quieto que una estatua de Las Ramblas y él reculando, reculando hasta llegar acostumbrarse a mi presencia. Aunque a esas alturas creo que el dolor ya no significaba nada para él, como si lo enviabas de misión secreta a la jungla y, una vez capturado y ni con mil torturas malayas, llegaría a inmutarse, vamos ni la típica gotita de sudor resbalando por su sien. He de decir que de esta forma la cosa fue mejor y que nos lo pasamos bien (pese a que se negaba a besar o ser besado y eso que lo intenté en un par de ocasiones y casi lo llego a conseguir) Probamos diferentes juegos y posiciones (con y sin penetración) y llegado un tiempo me preguntó “¿Me he de correr?” A lo que yo contesto ¿Pues tú sabrás?, pero te lo recomiendo. Cosa que hizo muy efusivamente, por supuesto con mi ayuda. Cuando el polvo se acabó nos duchamos (separados de nuevo) Hablamos un poco, tampoco para echar cohetes y nos fuimos cada uno a su casa. Eso sí el verraco había desaparecido otra vez tenía ante mí al constructor trajeado y de buena vida que había conocido un par de horas antes. El "Family Man"… Una semana más tarde volvimos a coincidir por el chat, el me recordaba todo lo que habíamos hecho (Hyde volvía a veces) , sobre todo la embestida. Me dijo que le había gustado mucho pero que le había costado sentarse durante unos días. (Uno que sabe dejar huella jijiji) En agradecimiento me dijo que su culo era mío y solo mío que cuando yo quisiera podríamos volver a quedar y hacer más cosas juntos, pero no volvimos a vernos más. Ahora y desde entonces tengo dos culos, uno lo llevo puesto el otro no sé exactamente donde lo he metido, igual un día haciendo limpieza aparece lleno de polvo en algún rincón de casa. Entonces me plantearé si tirarlo al "Container" o colgarlo como trofeo sobre la chimenea. Pero ahora que pienso, no tengo chimenea...

lunes, febrero 26, 2007

Últimamente me siento un poco como el personaje Carrie Bradshaw…

…de la estupenda serie Sex in the City (Sexo en Nueva York)

¿Alguien ha tenido la suficiente franqueza de hablar de sexo en su blog contando experiencias personales divertidas (o no) sin tener por ello que llegar a contar detalles que puedan herir la sensibilidad del público? ¿Cuánto de miedo hay de hablar de una cosa tan intima como el sexo en un medio como internet de cara a un público que te lee casi todos los días? ¿Las experiencias sexuales, contadas de una forma más anecdótica debe ser algo que guardemos en lo más intimo (se entiende con ello que no hace falta dar nombres y detalles reveladores sobre la otra persona) de nuestro ser? ¿Se puede hablar de sexo de forma franca, amena y con cierto aire de voyeaurismo? Yo ya me lo estoy planteando, os lo aseguro, sin miedo ni vergüenza (ya que de lo segundo no tengo).

domingo, febrero 25, 2007

Donde hay pelo hay un oso... aunque sea cochambroso.

Anoche a última hora Miguel, Mae (amigo de años) y yo salimos de fiesta. Decidimos que, ya que los tres somos gays ex juerguistas salir a ver que nuevo se cocía en el "ambiente". Pero claro, las cosas cuando tienes ocho o nueve años menos no son lo mismo que ahora, que uno, a estas alturas ya va un poco más asentado y pasa de ver los tics, filias y fobias del mundillo del ambiente como algo divertido o caricaturesco por no decir bizarro. Como no nos va ver niñatas (me refiero a pubertos encoloniados hasta las cejas y repeinados como si acabasen de salir de un pase superfhashionguays de Llongueras) nos fuimos a ver osos, que es más lo nuestro. Para quien no lo sepa los osos son aquellos gays que no parecen gays (aunque luego son los más arquetipos llevan a cuestas) suelen ser señores grandotes (aunque los hay tipo Hobbit), peludotes y machotes (eso sí, habría que decir que más de uno cuando abre la boca suelta más plumón que una funda nórdica del IKEA). Pero bueno, por lo menos no vimos engendros indefinidos y más tontos que Picio que solo saben menear el culo y estar todo el día pegados al móvil porque al estar tan buenos buenísimos tienen la agenda llena a rebosar de pollas con patas que desean conocer su lado más oscuro). A ver, no quiero decir con ello que los Osos sean aquí eminencias dignas de la Real Academia de la Lengua Española o foránea. Hay tontos y creídos en todas partes pero por lo menos estos (no todos) son agradables para la vista (la mía y la de quienes me acompañan) se entiende. Eso sí, no os vayáis a pensar que todo es juerga y alegría. Decadencia y mohosidad hay en todas partes y los osos tampoco se libran de ello, es más creo que en este sector se nota aun mucho más. En primer lugar fuimos a un sitio llamado Bacón, en el que no se come platos derivados del cerdo aunque el que quiera comerse algo para eso ya tiene el cuarto oscuro. Es un bar de esos tipo “Punto de Encuentro” donde peludos y ballenatos se dan cita para tomar algo, charlar y luego hacer la ruta osuna que en unos líneas más abajo os voy a contar. Allí nos encontramos con gente conocida. Vestigios del pasado que, como estatuas etruscas de tercera generación, aún permanecen adheridos a las paredes en espera a que cualquier día un arqueólogo despechugado y con barba de tres días los descubra y se los lleva a su museo particular . Basta decir que por lo menos uno de los encuentros fue agradable, se trata de Ramón un colgado muy divertido que, de esmirriado y barbilampiño, ha terminado ganando algo de peso, barriga y aspecto un poco más osuno. El tipo es divertido y con una risa contagiosa. Hablamos con él un ratillo y luego lo dejamos pulular por el local porque al ser muy popular entre la clientela tenía a muchísima más gente a la que saludar. Es curioso pero por regla general en estos de lugares de encuentro, cuando no eres habitual sueles sentirte muy observado. Aunque sea de reojo. Son esas miradas dubitativas, que se preguntan cosas como: “¿Quién es este tipo?, ¿Le conozco? ¿Me lo habré follado ya?” y otro tipo de lindezas. Si hay algo bueno que tienen los locales de osos es que no hay mucho prejuicios. Puedes tener una barriga o lorzas que te las pisas que nadie te mirará con asco, no escucharas cuchicheos o incluso amagos de arcadas descomunales. Pero tampoco es la panacea, que de creídas y diosas el mundo (y los cementerios) están llenos. El otro personaje que nos encontramos (aunque sólo fue de refilón) fue a una oso tonta que tiempo atrás iba de supermegaguaysdelmundomundial y que ahora se había encontrado que era uno más del montón. No sé si os pasa a vosotros, pero yo tengo como un sexto sentido para pillar mezquinos con el disfraz de encantos con patas. Este, en cuestión, había venido al mundo a por lo menos a ser el Jesucristo de los osos. Todo el mundo tenía que adorarlo, todos los culos y pollas peludos del mundo tenían que pasar por su beneplácito, él era lo más. Por suerte la cosa se quedó en nada, aunque al principio reconozco que el muchacho pisaba con fuerza aunque a menudo con zancadas más torpes que las de Frankestein. Ahora (como me comentó Ramón) era uno más, como él habían aparecido ciento y su madre y el muchacho ya estaba bastante Gagá. Su espejito de Blancanieves ya no le consideraba el más chupiguays del momento. Estaba más sobado que la flauta de Bartolo y la nueva carne tiraba mucho más. Ya no era el oso más bello del mundo, aunque él aun lo pensase. Bueno, después de darle a la sin hueso durante un rato, los tres (Miguel , Mae y un servidor) nos fuimos al Bear Factory, una discoteca de osos donde tras mear, tomar algo sentirse observados y sobre todo (accidentalmente) refregados por algún que otro “miembro” del respetable nos fuimos al antro más decadente de la ciudad conocido como Martins, ahora catedral de los osos que no pillan mosca y que van más pasados de vueltas que el engranaje de una noria. Fuimos allí en cierta forma recomendados por el omnipresente Ramón (al final nos lo encontrábamos en todos lados)que fue quienes nos sugirió la ruta osuna por excelencia. Porque uno ya conoce el ambiente que si es la primera vez me creo que estoy en las entrañas del pasaje del terror del Tibidabo. Ya por sí el sitio es como caduco y guarro, estrecho y lleno de escaleras donde se amontonaba botellas y vasos de tubo a medio vaciar. La parte de arriba del local creo que sirvió a Doré para recrear uno de los infiernos de La Divina Comedia de Dante. La parte de debajo, donde se encontraba la pista de baile, estaba a hasta los topes de gente meneándose al unísono, aunque perfectamente podrían haber sido almas en pena esperando que los demonios les arrojasen calderas de aceite hirviendo. El sitio olía a mustio y sudor, con muchos rostros con la mirada como perdidos más allá de las paredes. Vamos a ver, Martins nunca había sido el súmmum de la alegría y la higiene pero ahora aquello se parecía más a la madriguera de una manada de Trolls de las Cavernas. Después de dar una vuelta con refregones (involuntarios e innecesarios) Mae nos llevó a Miguel y a mí a casa. Fue en el coche cuando nos divertimos mucho más cantando y gritando los temas que escupía el CD insertado en el Radio/CD de la guantera. La gran moraleja que sacamos esta noche es que ya todo no es lo que era, o que tal vez ya vemos las cosas con otros ojos.

A escasos metros de mi corazón

Ayer por la noche me llamó una vecina, amiga de toda la vida tanto de mi madre como mía y me dijo: “¿Richard sabes que tus sobrinos están abajo jugando en la calle?” Yo le contesté como si nada. “Si, es que ahora viven aquí cerca.” Pues sí agraciado publico el capullo ya se ha instalado a vivir a escasos metros de mi casa. Ahora tendremos que encontrárnoslo hasta en la sopa. El problema está con los niños. No es que yo no quiera verlos, en absoluto, es que no puedo. Por un lado, y creo que este debe de ser un sentimiento muy común y muy humano, uno desearía que los niños tuviesen más contacto conmigo, pero mientras vivan con el imbécil de su padre mejor me abstengo de relacionarme con ellos. Por otro lado también parece que ellos no quieren saber nada de mí, ya sé, o entiendo, que debe ser algo inculcado como una larva por su padre y la zorra asquerosa y repugnante de la Sargento de Hierro pero hay cosas que a veces se me escapan al entendimiento. Será porque no puedo ser ecuánime en estos momentos y más cuando estoy involucrado en ellos. Ahora, si por un casual les da por llamar a mi puerta yo no puedo (aunque quiera) dejarles entrar e incluso diría hablar con ellos. Cualquier tontería emotiva que pueda hacer yo su puto padre puede aprovecharlo para joderme la vida, aunque como es mas burro que cagar de rodillas dudo mucho que hiciese algo. Pero por si acaso así mejor que me abstengo de recibirles por si solos y, si mi hermana decide visitarme con ellos (y sin el capullo se entiende) no tendré ningún inconveniente en abrirles las puertas de mi casa. Eso sí, me gustaría poder tener una charla con ellos y aclarar las cosas de una vez, aunque luego corran a su padre y a su tía le cuenten todo lo que hemos conversado ya bien sea de forma voluntaria o bien a base de improperios, pellizcos y amenazas.

sábado, febrero 24, 2007

Bailandooooo recorro el mundo bailanndoooo...

Quitando los paisajes submarinos, me apunto a todos los sitios que visita este tipo.

Shaken

Ya no se le puede votar pero merece la pena verlo. Es de Mercedes y se lo ha currado con ganas. Que tengas muchisima clase de buena suerte. Cómprate en todo caso una Rosa de Jericó y échale de comer el guión que seguro te ayuda a ganar.

Cuando el río suena...

Gracias Juanjo por este apunte tan chulo.

viernes, febrero 23, 2007

Aliens entre nosotros: La Rosa de Jericó

Hay plantas extrañas pero he de decir que esta se lleva la palma. Hace ya la tira de años que tengo una Rosa de Jericó en casa. Para quienes no lo sepan dicha planta tiene la particularidad de revivir tras tropecientos años sin recibir riego. Es decir, si no se moja, se seca, se amarrona, se cierra en sí misma y se contrae cual mojama y así, en ese terrible estado puede aguantar más que el sabio Job sentado en lo alto de un palo. Una vez te acuerdas de ella (vamos que te das cuenta de su existencia en casa un día que haces limpieza) la sumerges en agua (yo la tengo en una ensaladera redonda) y !Tachannnnn! revive como por arte de magia abriéndose a la vida como si se acabara de levantar de la cama estirando todas sus ramas mientras recobra su color, por general en tonos verdes. Leyendas sobre la planta hay muchas. Hay una rama de piraos de lo esotérico que le atribuyen propiedades místicas (vamos, que abarcan desde temas mesiánicos con Jesucristo de por medio y a cosas más mundanas como que si haces esto o lo otro te atrae mucho dinero, mucha suerte, novios o novias a patadas, una salud de hierro y un largo etcétera de cosas estupendas) Rituales sobre como activarla o cuidarla hay también a millones. Yo la mía la riego y cuando se absorbe el agua del bol la vuelvo a llenar. Reconozco que dentro del cuenco donde la tengo le deposité un ojo de la suerte que me trajo Eva de Turquía y acabo de echarle tres monedas porque dicen que, en primer lugar el cobre limpia los microorganismos, algas y hongos que se generan cuando se estanca agua durante mucho tiempo y, segundo, porque he leído que dicen que da todo tipo de buena suerte (sobre todo económica) y por pedir que no sea… Como sé que no va a matar a la planta(para mi que es indestructible) y que encima puede ser beneficioso para la energía positiva pues mejor que mejor. Ahora, mandaría huevos que después de tantos años descubriese que la Rosa me consiguiera ganacias con tanta falicilidad tras arrojarle tres simples monedas de cinco céntimos de euro… Como me aburría un poco y tenía Internet a mano he decidido buscar información y he encontrado un foro llamado INFOJARDIN donde hay un apartado especial dedicado a los poderes mundanos y celestiales de la Rosa de Jericó. También he encontrado una web superfashiondelamuertelenta donde un supuesto Chamán mega guay te vende una Rosa ya ritualizada con no se qué carajo de rito que solo sabe él ya que al parecer Dios lo ha elegido para ello (laWeb dice que lleva ya 16 mil Rosas bendecidas), para que te conviertas en el sucesor de Bill Gates y seas lo más chupiguays del mundo mundial y, si se precisa, del universo conocido. Aun y así yo la sigo viendo como la especie perfecta para aquellos inútiles en botánica que intentan, una y otra vez (pese a que se les advierte de ello) en adoptar cualquier tipo de ser verdoso, frondoso, oloroso, ramificoso, fotosinteticoso y estático que caiga en sus manos.

sábado, febrero 17, 2007

¿Por qué nos gustan tanto las series?

1. Porque duran más que una película.

2. Porque en ellas no actúan estrellas endiosadas sino actores y actrices de pedigrí.

3. Porque consiguen hacerte sentir uno más de la familia.

4. Porque gracias la DVD o al Divx es un placer verlas casi de un tirón.

5. Porque se desarrollan mucho más los personajes.

6. Por el qué pasará en el capitulo siguiente.

7. Porque no suelen envejecer tan mal como las películas.

8. Porque están repletas de personajes entrañables como Laura Ingalls, La familia Bradford (con ocho basta) Starsky & Hutch, Tony Soprano, Mulder & Scully, Buffy, Carrie Bradshaw o Jack Bauer entre otros.

9. Porque ahora están en su mejor momento con joyas como Perdidos, Héroes, Jericho, 24, Eureka o Big Love.

10. Porque la tele es gratis y el cine no.

Héroes Catódicos: Mi nombre es Earl.

Esta serie es le leche. El personaje de Erl (Jason Lee) es brutal, genial y encima es más simple que el mecanismo de un botijo. Aunque su hermano Randy (Ethan Suplee) le gana con creces. Hay series que ganan puntos cuando su duración se limita a unos simples 30 minutos y Mi nombre es Earl es una de ellas. Cada episodio es un batiburrillo de situaciones, algunas más desternillantes que otras, pero que dan mucho juego a la trama, la purgación de los pecados haciendo buenas obras (o Karma). Lo bueno que tiene esta serie es que no tiene límite y la constante y el factor sorpresa pueden mantenerse frescas hasta que a los protagonistas o responsables de la serie se cansen. Earl y su hermano no son los únicos protagonistas de la serie. Una serie de personajes esperpénticos como ellos hacen acto de presencia en todos o la mayoría de los episodios. Así tenemos a Joy (Jamie Pressly) la pedorra ex mujer de Earl despampanante pero necia hasta la avaricia. Su actual compañero Even Darnell (Eddie Steeples) más conocido como Crab Man (Hombre Cangrejo) de muy buen corazón pero muy corto de miras. También les acompaña Catalina (Nadine Velazquez) una emigrante mexicana sin papeles que se dedica a ayudar a Earl en algunos de los momentos más difíciles de su cruzada. La serie refleja una visión de la América profunda con mucho sentido del humor, esperpéntica pero entrañable.

viernes, febrero 16, 2007

Comienza Acosados Temporada 2

Pues sí, acaba de comenzar la segunda temporada de esta fantástica serie en la que soy uno de los protagonistas. Cuando todo parecía que había acabado (aunque en lo más hondo de mi corazón sabía que no podía terminar así de bien) va y el mecanismo del “Sit Com” más esperpéntico de la vida real comienza a girar con mucha más fuerza que nunca. Os explico. Como ya sabéis ayer hablé con mi hermana sobre que el capullo había conseguido piso. Bien, la cosa sigue igual, al parecer tiene piso, aunque a mí me cuesta creerlo. La Sargento de hierro ha vuelto, y lo ha hecho con las putas pilas cargaditas y con la lengua inyectada de veneno y maldades. Desde su retorno los ánimos de mi cuñado han cambiado. Ya no está tranquilo. Vuelve a estar como una moto. Más enfurecido que nunca. Ahora se entera que yo voy a ver a mi hermana cada semana y que le lavo la ropa (manda cojones) A mí ya me ha parecido extraño porque a me daba la impresión que él ya lo sabía pero no, al parecer mi hermana se lo ocultaba o al menos le había ocultado la cantidad de veces que la visitaba. Va entonces el tío y le suelta (parece ser para meterme miedo) que tiene un espía en el hospital (claaaaro ahora ya entiendo dónde se le va la pasta a él) que le va chivando que días voy y las cosas que le digo para comerle la cabeza tratando de convencerla para que ella diga cosas que él no quiere que se sepan… Ahora también resulta que le ha dicho que va a hablar con el médico para que yo no pueda entrar a verla nunca jamás (JAJAJAJAJAJA) Se puede ser mas bellota. Le he dicho a mi hermana que la única que tiene el derecho de elegir sus visitas es ella y no él ni las arpías de sus cuñadas. Y que si quiere evitar que yo entre a verla lo tiene claro ya que yo ya lo intenté con la Sargento de Hierro y era más que imposible conseguirlo. Mi hermana me ha comentado que mi cuñado ya le ha informado que al piso ella sólo de visita y no todos los fines de semana. Según él su casa ahora es el hospital y ahí es donde se va a quedar. A ver, para mí eso no ya no es novedad. Las intenciones del capullo ya las tenía asumidas, y porque no, las aplaudía, mejor allí en un hospital que de nuevo conviviendo con ese maltratador. Pero claro mi hermana aun se hacía como ilusiones. Yo aun no entiendo qué les pasa a las mayoría de las mujeres maltratadas que aun, después del calvario que sufren, aun creen que su verdugo puede cambiar… Pero no sé, hoy creo que ha habido un cambio. En primer lugar suerte he tenido de poder mantener una conversación fluida con ella con lo que hemos podido entrar más en detalles. Es un alivio no tener que jugar con ella al Pictionary para adivinar muchas veces lo que me quiere decir. Me ha dicho que se está hartando de las gilipoyadas del capullo y de la mal bicho de la Sargento y que igual hasta se piensa lo del divorcio. Yo le he animado. Según la abogada tiene las de ganar. Dice que él cuando va a verla solo está cinco minutos y que apenas puede ver a los niños. Ni mucho menos a solas. Este fin de semana ya está de nuevo de los nervios. En primer lugar él ya le ha dicho que está enfadado con ella por dejar que yo la visite (manda huevos con el subnormal de vicio este) y que mañana no irá a visitarla porque tiene mucho trabajo, a mi me suena a castigo (aunque también suena a bendición) y que el domingo ira a verla, suponemos acompañado de la cuervo que, después de tantos días sin hablar tendrá la boca llena de mierda que escupir. Le he dicho que si se siente incómoda que le meta un grito y que la mande a cagar. O que se levante y se marche con las enfermeras como ya le recomendó la jefa de las mismas. Por cierto, me ha pedido que si le puedo cargar el móvil con cinco euros. A él no le da la gana de cargárselo (de esta forma no me llama y habla conmigo) y porque el muy cabrón se ha pulido su pensión con la escusa que él no tenía dinero y que había arreglado con la pasta de mi hermana el coche averiado. Y luego el tío mierda suelta que no se fía de mí porque lo que yo quiero de ella es su pensión... No, si va a ser cierto el refrán de que "Se cree el ladrón que todos son de su condición".

El Capullo tiene casa…

Eso es lo que me ha dicho mi hermana. Pero eso no es todo. Como se veía venir ha hecho las paces con la Sargento de Hierro. Al parecer había tenido un malentendido con el marido de la misma y ahora todos son felices y comen perdices. Por lo visto no conocen el significado de la palabra dignidad ni cualquiera de sus sinónimos. Mi hermana dice que este fin de semana mi cuñado quiere enseñarle el piso. A mí y a ella nos suena a algo raro ya que, entre otras cosas no le ha dicho claramente donde van a vivir. Espero que mi hermana no vuelva con él. Aunque ella quiere salir del hospital. Pero regresar con el capullo supone enfrentarse de nuevo a toda su familia y a la pesadilla de los maltratos. Yo espero que EAIA mueva ficha y ponga las cosas donde deben estar.

Héroes Catódicos: Extras

Andy Millman (Rick Gervais, The Office) sueña con ser actor, deja su aburrida vida de empleado de banca, se busca un agente e intenta ganarse un terreno en el mundillo del cine. Pero tras cinco años lo único que consigue es hacer de simple y mero extra. Pero no está solo, a lo largo de la serie le acompaña Maggie (Ashley Jensen), su eterna amiga y cuyo único interés en la industria del cine es encontrar un maromo. La serie, una tragicomedia producida por la BBC y la yankee HBO en su filial británica, no es larga en ningún de los sentidos. Seis episodios, cada uno de media hora aproximadamente, pero eso sí, muy bien aprovechados. Cada corte tiene el nombre de un actor o actriz famoso que curiosamente aparece en la trama. De la primera temporada (solo hay dos) destaca Kate Winslet, Patrick Stewart, Samuel L. Jackson o Ben Stiller. En la segunda (y última) temporada aparecen David Bowie, Daniel Radcliffe (Harry Potter), Sir Ian McKellen y Orlando Bloom. Lo más curioso del planteamiento de la serie es que aquí los roles se intercambian, los extras son los protagonistas y las estrellas son meras comparsas, algunos con menos protagonismo que otro. Cada episodio refleja una problemática concreta. Temas como el racismo, la fe, el egocentrismo, la homofobia, el sexo telefónico, el exhibicionismo y otros más interactúan con la trama y con los artistas invitados, descubriendo una imagen (posiblemente falsa o no…) de los mitos del séptimo arte. Hay episodios que los actores son menos conocidos para el público en general, supongo en UK serán todas unas eminencias, aun y así no desquitan con lo que se entreteje a lo largo de la temporada. Lo que interesa es lo que les pasa a Andy, o a la petarda de su amiga Maggie y al incompetente agente (Stephen Merchant) que carece de nombre. En cada episodio Andy tiene la oportunidad de oro para triunfar, bien sea metiendo el careto en una escena (con el riesgo de que tal escena acabe cortada) o bien consiguiendo una línea de frase en la película. Sus constantes y sutiles meteduras de pata (bien sea con el equipo técnico o bien con la estrella invitada) pondrán en peligro alcanzar el más preciado de sus sueños, la fama.

jueves, febrero 15, 2007

Reflexión

No sé si estaréis de acuerdo pero, ¿no hay placer que se aproxime más a la libertad que el hecho de poder flotar?

martes, febrero 13, 2007

Un muy agradable descubrimiento.

Por si no lo conocéis os presento a este caballero: se llama Mika, tiene 23 años y nació en Beirut. Antes de llegar a Londres y triunfar en el mundo de la música huyó con su familia de la guerra del Líbano rebotando desde Kuwait y París. Su música es una mezcla del Glam con el Disco con pinceladas de, Swing y Rock progresivo que lo han convertido entre la crítica en todo un inclasificable. Aunque las comparaciones son odiosas ya hay quien lo codea con Scissors Sisters, George Michael o incluso con Freddie Mercury. Su primera obra Life In Cartoon Motion es una autentica obra de arte. Pocos discos pueden presumir de tener una calidad cien por cien en todas sus piezas y Mika lo consigue con creces. No tiene desperdicio, una vez terminado te invita a volver a escucharlo una y otra vez sin agotar la paciencia de quienes se encuentra a tu lado o de los propios tímpanos. Su primer corte llamado Grace Kelly es todo un reto para quienes quieran emularlo en cualquier sala de Karaoke. El tema dos llamado Lollypop hace que los pies se muevan sin poder controlarlos, su estilo se asemeja al sonido de Nueva Orleans con toques de swing. Os recomiendo que os peséis por su My Space si queréis escuchar el resto de su música.

En todo caso aquí os dejo el video del tema Grace Kelly

Do I attract you?
Do I repulse you with my queasy smile?
Am I too dirty?
Am I too flirty?
Do I like what you like?

I could be wholesome
I could be loathsome

I guess Im a little bit shy
Why dont you like me?
Why dont you like me without making me try?

I try to be like Grace Kelly
But all her looks were too sad
So I try a little Freddie
Ive gone identity mad!

I could be brown
I could be blue
I could be violet sky
I could be hurtful
I could be purple
I could be anything you like
Gotta be green
Gotta be mean
Gotta be everything more
Why dont you like me?
Why dont you like me?
Why dont you walk out the door!

How can I help it
How can I help it
How can I help what you think?
Hello my baby
Hello my baby
Putting my life on the brink
Why dont yo like me
Why dont you like me
Why dont you like yourself?
Should I bend over?
Should I look older just to be put on the shelf?

I try to be like Grace Kelly
But all her looks were too sad
So I try a little Freddie
Ive gone identity mad!

I could be brown
I could be blue
I could be violet sky
I could be hurtful
I could be purple
I could be anything you like
Gotta be green
Gotta be mean
Gotta be everything more
Why dont you like me?
Why dont you like me?
Why dont you walk out the door!

Say what you want to satisfy yourself
But you only want what everybody else says you should want

I could be brown
I could be blue
I could be violet sky
I could be hurtful
I could be purple
I could be anything you like
Gotta be green
Gotta be mean
Gotta be everything more
Why dont you like me?
Why dont you like me?
Why dont you walk out the door!


viernes, febrero 09, 2007

Sevilla Mon Amour Episode III y IV

Día 3. Piedros y tertulias.

Como el domingo no llovía (cosa rara) decidimos visitar las afueras de Sevilla. Más concretamente Itálica en Santiponce (donde el solomillo y la Poleá del día anterior). Que podemos decir de Itálica… Pues que merece la pena y mucho verla, sobre todo por el inmenso anfiteatro, bastante bien conservado, pero sobre todo por los impresionantes mosaicos y los restos de baños públicos o que leñe, por pasearse un rato por el campo. Como íbamos acompañados por David al ser Sevillano de pura cepa (y porque le cayó bien al señor de los tickets) pudimos entrar gratis. Durante un momento de la visita a David le dio la vena arqueológica y comentó en varias ocasiones lo de ir un día con una pala y acabar de desenterrar los cientos de mosaicos (y vete a saber qué otras cosas) que aun permanecían enterrados entre los campos que nos rodeaban. Aparte de ruinas encontramos una rana (en la foto que cuelgo en este post se puede apreciar como en el centro de la misma aunque cuesta un poco de verla) y también vimos varias orugitas que, al igual que nosotros, iban y venían por los caminos de tierra que separaban las diferentes áreas. Después de pasar por la tienda, donde compramos puntos de libro muy chulos (uno para Amparo y otro para Eva) y varias cochinadas más (lápices, imanes para la nevera, gomas de borrar y una chorradilla de ceras de colores que le guardo de nuevo a Eva) nos fuimos a casa de Mercedes, en Sevilla, para comer un Queso de la Serena (uno de esos que por fuera aparentan ser un queso curado pero que al abrirlo, por la parte superior, es una delicia cremosa para mojar pan o picatostes) que habíamos comprado en La Venta del Culebrín, antes de abandonar Badajoz. Aparcamos frente a la casa de Mercedes y, casi al llegar a la puerta, nos sobrevino un penetrante y delicioso aroma perteneciente al plato sorpresa que nos tenía preparados (y que lo hizo mientras su lavadora se le rebelaba escupiéndole agua como una presa). Nada más y nada menos que Pechuga de Pollo a la Naranja (dulce, no amarga). Estaba de vicio, sobre todo acompañándola de un Lambrusco fresquito y varias raciones de queso cremoso. Supongo que os a estas alturas ya os habréis dado cuenta de que la comida ha sido una parte importante en todo el viaje. Basta decir que hemos comido como reyes y que la experiencia gastronómica andaluza merece mucho tenerla en cuenta. La sobremesa sirvió para hablar de cientos de cosas. Desde nuestras desventuras con la Familia Munster hasta asuntos que tuvimos que resolver consultando las cartas del Tarot. También conocimos a María, la hija de Mercedes (tan “wapisima” y “salá“ como su madre) y, al tener la misma edad que mi sobrina, me recordó mucho a ella. A eso de las 18:00 PM, Luis, pareja de Mercedes, David, Miguel y yo bajamos a una confitería a comprar unos pastelitos (una media luna rebozada de azúcar cristalizada, tres pedazos de tocinito de cielo con coco y un pastelito típico que se jaló David en un santiamén). Por cierto la confitería tenía una decoración muy pero que muy ochentera, tanto que a Miguel y a mí nos hizo mucha gracia. Fuimos también a ver la Iglesia de la Virgen de Triana (de la que David pertenece a su cofradía) pero lamentablemente estaba cerrada. Después de merendar David nos dejó en casa de Mercedes y también lo hizo Luis. Esa noche cenamos pulpo, solomillo al whisky y chocos en La Gamba Blanca y después de una breve charla con Mercedes nos fuimos a dormir (nos había cedido muy amablemente su habitación).

Día 4: El Retonno.

El último día en Sevilla fue rápido. Nos levantamos, nos arreglamos, salimos con Mercedes a la calle (tenía un examen de psicología) y en cuanto llegó su hermana a recogerla con el coche nos despedimos y nosotros tomamos el bus hacia el aeropuerto. Allí, mientras esperábamos, Miguel se terminó La Catedral del Mar (Idelfonso Falcones) y se compró otro libro Camposanto (del pesado del Iker Jimenez) que aun anda leyendo. En el avión (que esta vez fue muy puntual) se subieron unos follloneros que parece ser nunca habían volado. Aplaudieron después de la explicación reglamentaria de las azafatas (que si las dos salidas, que si el patito de goma, que si no encender los móviles…) y al aterrizar en Barcelona soltaron: “Cuidado cuidado que acabamos de aterrizar en Polonia”… Sin palabras.

jueves, febrero 08, 2007

Sevilla Mon Amour Episode II

Dia 2. Giraldas, manjares, iglesias y The All Mighty Jesus.

Prólogo: Estábamos tan cansados que durante un largo rato ni siquiera el sonido de la alarma del teléfono inalámbrico de David (que sonaba cada cinco minutos porque se le acababa la batería) conseguía hacernos levantar de la cama. Pero la carne es débil (como la paciencia) y al final nos venció y después de quitarle las pilas conseguimos dormir un buen rato.

El segundo día amaneció con un poco de nubes (y cómo no algo de lluvia). Esta vez, y a la luz de la mañana, pudimos contemplar el paisaje. Entre árboles, vides y algún olivo vimos, también rebaños de ovejas y piaras de cerdos de crianza ibérica (sí de esos rechonchos y de color negro). Llegamos a Sevilla. Al ser sábado por la mañana estaba bulliciosa. Aparcamos (como pudimos) en Triana, muy cerca de la Torre del Oro. Caminamos un trecho por sus callejuelas y nos dirigimos a visitar, esta vez sí, la catedral y, de paso, la Giralda. Por si no lo sabíais, la Catedral de Sevilla es la tercera iglesia más grande del mundo (por detrás de San Pedro en Roma y San Pablo en Londres) y la de mayor área (un certificado del "Guinnes Book of Records" expuesto dentro del edificio así lo confirmaba). El templo es una mezcla de arte Gótico con Renacentista aunque tambíen se puede encontrar algún que otro toque Mudéjar, sobre todo en los jardines. Hay que decir que el interior es impresionante. El altar y los coros invitan a sufrir varias crisis sucesivas del "Mal de Stendhal", con unos trabajos en tallado de madera realmente exquisitos. Los tesoros de la catedral, expuestos en una de las salas, aunque algo ostentosos, merece la pena contemplarlos. También contemplamos la tumba de Cristóbal Colón, una enorme estatua mortuoria custodiada por cuatro (enormes) figuras vestidas de época. Como dato curioso: parece ser que allí, dentro del féretro, sólo se encuentra la mitad del cuerpo del marino, no me preguntéis si es la superior o la inferior porque no lo sé, ni me atreví a preguntarlo... Sólo supimos que la otra parte de su cuerpo se encontraba en algún lugar de Sudamérica... Después de visitar El Jardín de los Naranjos nos dispusimos ascender por el interior de la Giralda. Por cierto, si no lo sabíais (según nos contó David) la base del monumento está construida con resto de lápidas romanas, cosa que comprobamos y admiramos. Si hay una cosa buena que tiene la Giralda es que carece de escaleras (bueno, si no contamos con los quince o veinte peldaños de su último tramo). Todo lo demás son rampas. Al parecer este (considerado) detalle está concebido por una sencilla razón. Para ascender a la cúspide sus antiguos moradores utilizaban la ayuda de los caballos. Un total de treinta y dos rampas con varios descansillos que, durante el ascenso como el descenso, fuimos aprovechando para contemplar la vista, disfrutar las mini- exposiciones dedicadas al monumento (y que se encontraban entre las entreplantas), o dejar pasar al resto de transeuntes. Durante el trayecto comentamos la gilipollada del Sr. Dan Brown (si, si, el autor del sobrevalorado Código Da Vinci) que en su novela "La Fortaleza Digital" se atrevía a comentar, sin haber pisado Sevilla y sin haberse documentado como Dios manda, que la Giralda era un lugar extremadamente peligroso, ya que las rampas (según él situadas en el exterior de la torre), carecian de barandillas, por lo que aquel que se atrevía a subirla, sufriría un alto porcentaje de morir defenestrado... Gilipoyadas aparte. Para quienes la visiten merece la pena el ascenso. Desde la azotea se puede contemplar una estupenda vista de la ciudad desde varias perspectivas. Nosotros, además, pudimos difrutar de un pedazo de "fostia" que se metió una turista al resbalar por uno de los poyetes que conducían a las balconadas y dejarse la cadera en un suelo encharcado. Antes de bajar nos hicimos una foto (que podéis contemplar en este post) en contrapicado y enseñando una de las campanas (aparte de nuestros bellos, radiantes y "fantambulosos" caretos). Como habíamos quedado con Mercedes y Luis para comer tapas bajamos la Giralada echando leches y nos dirigimos de nuevo a Triana. A medio camino Miguel y yo compramos unos dulces. Os aseguro que me sobrevino una especie de multiorgasmo en el paladar tras saborear una yema azucarada artesana. David, si lees esto confírmalo que sé que te quedaste hasta alucinado.

Llegó la hora de comer. Nos encontramos con Mercedes (supermegawapa ella) y su pareja Luis en Las Golondrinas, donde nos jalamos unos champiñones con salsa verde, un pincho de carne y Melva (un pescado muy rico parecido al Atún) Luego nos fuimos al Miami donde nos pusimos hasta las orejas de "pescaito" frito y Manzanilla.

Por la tarde nos despedimos de Mercedes y Luis (hasta el día después) y nos fuimos a ver iglesias. La primera que visitamos era la Iglesia de la cofradía de La Macarena. El edificio, en sí, no es nada del otro mundo, una capilla sencilla de tonos ocre y blanco. Respecto a la Virgen he de dedir que me impresionó mucho. Verla tan engalanada, entre flores, plata y ropajes fue todo un impacto visual en mi retina. Pero es curioso, porque a la izquierda de la imágen encontré otro icono que me dejó sin aliento. Se trataba de Jesús de la Sentencia, vestido con ropaje rojo con las manos atadas al frente y el semblante de dolor. Sin poder evitarlo el corazón comenzó a brincar en mi pecho con una frecuencia fuera de lo normal.

Luego fuimos a ver otra de las joyas de la cultura de la fe cristiana. Nada más y nada menos que El Cristo del Gran Poder (al que bautizamos cariñosamente como "All Mighty Jesus") La capilla, al igual que la de la Macarena tampoco destaca mucho, cosa que sí hacía, y con creces, la figura. Pude acercarme a ella y, como manda la tradición, y el deseo, le besé el talón. Aprovechamos para comprar estampitas, medallitas y figuras. De camino al coche echamos un vistazo a la iglesia del Omnium Sanctorum cuyo techo de madera nos dejó flipados y de paso por la Iglesia de San Luis donde por unos segundos no fuimos víctimas del ataque de una "Naranja Borde" que se desprendió de una de las ramas, espachurrandose contra el suelo.

Esa noche cenamos en La Caseta de Antonio en Santiponce, donde Manolo, un amigo de David celebraba su despedida de soltero (eso sí, sin Stripper). Allí saboreamos chanquete con huevo y pimiento morrón, Salmorejo con pan y bacalao (un placer para el paladar), solomillo de buey (el mejor que he comido en muchísimo tiempo), pez espada y Poleá, un excepcional postre típico semejante a las natillas pero confeccionado con vainilla y harina y adornado con pan frito.

Después de la cena y de quedarnos casi sin gasolina, nos volvimos al cuartelillo. Estábamos agotados.

miércoles, febrero 07, 2007

Sevilla Mon Amour Episode I

Día 1: La lluvia en Sevilla es una p*** maravilla.

Nada que después de un leve atraso en el avión de Clickair (1 hora + o -) llegamos al aeropuerto de Sevilla. Tomamos el autobús (con un conductor "mu salao" en plan guía turístico y unos compañeros de viaje aquejados de catalanitis aguda) que nos dejó al lado del palacio de San Telmo (curiosamente el lugar donde nació mi abuela materna, cosa que explicaré con algo más de detalle mucho más adelante) y visitamos, mochilas en espalda (la de Miguel considerablemente más grande, of course), la espectacular Plaza de España (también conocida como la Plaza Central de Theed en lo planeta Naboo) Sí, señoras y señores, por esos sinuosos puentes y a través de esos redondeados arcos se pasearon Annakin Skywalker y Padme Amidala acompañados del testarudo R2D2 en el Episodio II (llamado también El ataque de los Clones que nada tiene que ver con los Cólones esos tubitos en forma de C invertida donde el ser humano almacena los excrementos antes de ser evacuados...) pero no fueron los únicos. Años atrás, muchos años atrás, concretamente en 1963 Peter O´Toole también se dió un garbeo por la zona en su primera película como protagonista, conocida como Lawrence de Arabia y dirigida por David Lean.
Bueno, a lo que íbamos, que siempre se me va la pinza...
El día estaba chunguillo, chispeaba, pero no molestaba. He de decir que la plaza es impresionante, lástima que esté algo descuajeringada aunque ya le están echando mano. No había agua en los canalillos (donde dicen que pasean barrquitos) y algunas losetas de cerámica de las paredes y columnatas estaban hechas caldo. Aun así el lugar es muy bello. Cuando nos marchábamos comenzó a llover algo más fuerte, no mucho pero sí goterones. En eso que se nos acerca un "chinito felís" con unas cosas alargadas colgando del brazo y nos dice alegremente: "¿Quiele palagua?" Miguel que iba un poco despistado le dice: "No, no gracias, no queremos embutidos" y yo le miro raro. "Son paraguas no chorizos" le apunto. Él me dice: "No si ya veía yo raro que un chino vendiese Chorizos Ibéricos en la calle..." Nada, dejamos atrás al chino de los paraguas chorizo y nos fuimos anda que te anda hacia el centro, bueno no sé si donde está la catedral es el centro de Sevilla pero hacia allí fuimos. A todo esto he de decir que mi teléfono móvil estaba a punto de quedarse en coma por culpa de lo que chupan las baterías por lo que preferí apagarlo hasta que no fuesen las 15:00 PM hora en la que habíamos quedado con David para comer algo e irnos de paseo y luego a su casa (que está en la provincia de Badajoz). Lo que me llamó mucho la atención es que Sevilla estaba en obras. Al parecer está todo patas arriba porque están construyendo el metro y, claro, tienen que partir desde cero haciendo toda la línea casi de golpe a base de agujerear la ciudad como unos hacendosos topos humanos. Sorteamos varios obstáculos y llegamos a la puerta de los Reales Alcazares. Miguelito, cómo no, se metió adentro arrastrándome con él. A ver, no es que yo no quisiera ir pero tenía sed y antes de ver aquella monumental obra construida allá por el siglo X de la mano del Califa Andaluz Abd al-Rahman III quería mojarme el gaznate. Al final, como supe que dentro había una cafetería, pues me arrejunté a la cola donde unos jolgóricos turistas alemanes esperaban su turno de visita. Por cierto, en un momento dado, casi cuando nos tocaba pagar, el guía de los Teutones se nos dirige en alemán. Entonces voy yo y digo: "Ya me han vuelto a confundir con un guiri" a lo que el guía (al que, como yo, también tenía aspecto de guiri me suelta) "Nah que pensaba que vusotros erais tambié der grupo". Sobre los Reales Alcázares hemos de decir que el sitio nos encandiló. Es una joya y merece la pena visitarlo. Tiene rincones impresionantes como el espectacular Salón de los Embajadores al que Miguel revisitó como unas tres o cuatro veces porque le gustó muy mucho. Otros rincones "lindos" (como diría Eva) eran el Patio de las Muñecas y el jardín con sus baños y fuentes y un mini laberinto de setos. Como comenzó a llover un poco más fuerte (tampoco mucho) nos refugiamos en la cafetería. Sentados delante de una balconada contemplamos varios patos y una manada de gorriones que se peleaban entre ellos por jalarse los restos de azucar esparcidos por una de las mesas de alrededor. Allí fue donde puse en marcha el móvil y me encontré con 845756 mensajes de David tratando desesperadamente de localizarnos. Esta vez lo dejé encendido por si acaso, a riesgo de que el teléfono acabase de morirse y de esta forma quedarnos sin un techo donde dormir durante el fin de semana.
A eso de las 14:45 PM nos fuimos hacia la catedral. No entramos ese día, pero la contemplamos desde fuera. Impresionante la Giralda. Y mira por donde que me la imaginaba más pequeña. Como se puso a llover de nuevo, nos refugiamos en un bar y nos tomamos una birra y un par de tapas: Papas a lo pobre (muy ricas con cebolleta, aceite y ajo) y un montadito de Chorizo Picante (también muy rico pero que nos supo a poco) Allí nos pusimos en contacto con David y quedamos con él en la puerta del Ayuntamiento. Como volvía a llover menos nos fuimos bajando entre obras y escombros hasta una de las arcadas del edificio. Allí nos volvió a llamar y nos recomendó que le esperásemos en el bar de la Casa de Extremadura, donde comeríamos algo. Antes de llegar al sitio nos detuvimos frente a una Confitería y se nos hizo la boca agua ante tantas exquisiteces expuestas. No sé cuándo ni dónde, pero habría que hacerle un hueco en el estómago a los dulces y pastelitos típicos de la zona. Comimos de menú en la Casa de Extramadura. Probamos el Salmorejo, con picatostes de jamón serrano y huevo duro troceado. Muy rico. Yo le hinqué el diente a unas albondigas con papas y Miguel a un pescado con salsita, de postre natilla (había crema catalana pero como que pasé) y helado. En eso llegó David, que le había costado aparcar lo suyo. Es una cosa que descubrimos durante nuestra estancia. Sevilla es un caos para dejar el coche en una calle, amén de los "Gorrillas", unos tipejos salidos de una novela de la picaresca muy caraduras y de aspecto siniestro que se dedican, de forma aparentemente amable, a encontrarte aparcamiento y que, una vez conseguido su propoósito, te piden una propina a riesgo de que al no hacerlo puedas encontrar tu coche un poquillo destrozado. Después de comer nos fuimos los tres a dar un paseo por el Barrio de Santa Cruz. Es curioso que cuando viajas a algún lugar siempre existe un detalle que te llama la atención. En mi caso son los naranjos. Sevilla está plagada de ellos. Estos pertenecen a la especie denominada vulgarmente "Naranjos Bordes" que también puedes encontrar en las calles de Valencia. Sus frutos, muy semejantes a las naranjas que comemos en casa, son de un sabor extremadamente amargo. Habían cientos de estos frutos por doquier; en los árboles, tirados sobre las aceras, algunos habían tentado a los turistas pero habían acabado estampados en el suelo pisoteados tras ser ligeramente mordisqueados. Si bien no son buenos para comer sí lo son para untar. Son las tipicas naranjas amargas de las mermeladas inglesas que, pese a su endulcorada fragancia, no están preparadas para según qué delicados paladares. El paseo por las callejuelas fue bajo una pequeña cortina de lluvia (más conocida como Calabobos) que molestaba más que irritaba. Nosotros esta vez íbamos con paraguas. Eso sí, aquel clima lluvioso le daba a Sevilla un aire mucho más misterioso. Hicimos algunas fotos, una de ellas a un divertido cartel (que podéis ver colgado en este post) sobre el maltrato a los "pahariyos" que se encontraba al lado de un colegio y que no sólo nos llamó la atención, sino también a un japonesito, ataviado con un chubasquero rojo que nos persiguió durante un breve momento porque parecía interesarle mucho más nuestros curiosos hallazgos que los que recogía (aunque seguramente bien documentados) y en ese momento su guía de papel.
Cuando nos cansamos de caminar bajo la lluvia nos fuimos al coche y partimos hacia La Puebla del Maestre (Badajoz) donde pasaríamos la noche, curiosamente en el cuartelillo de la Guardia Civil y no por ser malos malosos, sino porque es allí donde vive y trabaja David. Del paisaje desde el coche vimos poco, debido a que anochecía y porque había algo de niebla. Lo que sí conseguimos vislumbrar eran campos y más campos. Tras una hora de viaje y atravesando un cachito de Huelva llegamos a casa de David. Después de dejar los bártulos y descansar un poco nos dirigimos a La Hoya de Santa María para degustar en el restaurante "El Tinahon" una opípara cena de Ibericos (ojo no confundirlos con los primeros pobladores de nuestra península, sino con los embutidos y carnes típicas de la zona y todo gracias a la alimentacióncon las mejores bellotas del mundo) Cabe decir que nos pusimos como el "Quico" y disfrutamos de lo lindo con todos los manjares que nos pusieron frente a los ojos (Miguel no apartaba la vista de un sabroso queso curado) y la boca. Después de eso nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos esperaba un día muy ajetreado.