Hacía tiempo que quería escribir. Es decir, hacerlo siendo yo mismo, sin estar pendiente de una fecha de entrega o a cambio de un talón. Creo que ya va siendo hora de armarme de valor, de entrar en el caserón, de abrir ventanas y puertas y permitir que la luz invada su interior. Necesito dar forma a los fantasmas, atraparlos, enfrentarme a ellos y asumir que, en el fondo, también forman parte de mi vida.
sábado, diciembre 30, 2006
Apilando recuerdos.
Miguel y yo estamos recogiendo la ropa y enseres de los niños. No me imaginé que su marcha fuera asi. Hay centenares de ropa y juguetes y libros y material escolar en la puerta. Cada cosa que encuentro me da un vuelco el corazón. Porque me traen miles de recuerdos. A veces, cuando en las peliculas ves una situación semejante, te produce hasta risa y piensas lo exagerado que es todo. Ahora se que no es verdad. Hace daño. Pienso en los crios mucho. Su tía nos ha asegurado por teléfono que los niños dicen que su tío los ha echado de casa. Que Miguel y yo no les queremos. No me lo creo. Otra vez la mala puta está manipulando. Ahora pretende hacerles ver que somos los malos de la película. Que le den, a ella, a su padre y al resto de sus hermanas. Le he comentado a Amparo que si tubiese una lámpara mágica estoy cien por cien seguro de cual sería el primer deseo que pediría. No hace falta explicarlo ¿Verdad?
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1 comentario:
Esos niños nunca olvidaran lo que estan haciendo por ellos.
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