Hacía tiempo que quería escribir. Es decir, hacerlo siendo yo mismo, sin estar pendiente de una fecha de entrega o a cambio de un talón. Creo que ya va siendo hora de armarme de valor, de entrar en el caserón, de abrir ventanas y puertas y permitir que la luz invada su interior. Necesito dar forma a los fantasmas, atraparlos, enfrentarme a ellos y asumir que, en el fondo, también forman parte de mi vida.
miércoles, septiembre 05, 2007
Capturando el pasado
Hace poco hablé en este blog sobre el tema de las fotografías emocionales. Esos pedacitos de recuerdos estáticos que desde un papel satinado nos evocan mil y una emociones (ya sean optimistas o en según qué casos adversas) Normalmente en una casa cualquiera, dentro de álbumes (ahora dentro del disco duro de un ordenador) se encuentran fragmentos del pasado dispersos (en orden o no) de nuestra vida o de aquellos que formaron parte de nuestra existencia. En ocasiones me enfrento a fotografías de antepasados. Seres familiares aunque anónimos que en muchos casos forman parte de la mitología genealógica de esa que se transmite de boca en boca generación en generación. Tíos, abuelos, bisabuelos, abuelos, primos lejanos que nunca jamás has conocido pero que han existido gracias al milagro de mezclar componentes químicos en un trozo de papel. En ocasiones resulta chocante ver los parecidos que somos con algunos de ellos. Si, ya se, hay una cosa que se llama genética y que tiene mucho que ver con el resultado final de nuestra apariencia física. No hay nadie que no tenga un rasgo de algún antepasado. Es inevitable. A veces resulta de impactante verse reflejado en una foto ajena, vestido con un traje de María Castaña representado un modo de vida que nada tiene que ver con la que uno vive ahora mismo. Se dice que nos parecemos más a nuestros abuelos que a nuestros padres. En mi caso puedo asegurar que eso es cierto. Aunque he de decir que tengo mucho de mi madre. Supongo que el tema del carácter es otra cosa y tiene más que ver con la educación que recibimos aunque estoy seguro que hay tics que heredamos de vete a saber que personaje relacionado con nuestra genealogía. Como se dice en tema de salud y carácter a veces solemos heredar más lo malo que lo bueno. Por ejemplo, yo padezco de asma, curiosamente uno de mis tíos maternos la padeció como así la ha heredado su nieta y otra rama de la familia. La artrosis también es marca de la casa como la propensión de morir por una embolia (mi madre, su tía paterna y otro tío paterno…) Hace poco me ha dado por retocar fotos familiares. Son imágenes que he visto en muchas ocasiones. Algunas de ellas con manchas, roturas y rallas debido al paso de los tiempos. Otras traslucidas y apagadas como si se fuesen desvaneciendo como un recuerdo. La informática ha permitido el milagro de poder recuperar el pasado en todo su esplendor haciendo florecer detalles curiosos que en otras ocasiones habían pasado desapercibidos. Como también en el momento del retoque uno se concentra mucho más los detalles como vestimenta, gestos y posturas ganan matices revelando secretos y haciéndote darte cuenta de que no tenemos mucho de originales (Eso me recuerda el post que escribí en este blog hace más o menos un año sobre si somos Monstruos de Frankestein en potencia) Lo más curioso de todo es que hay rasgos y posturas que no pertenecen a una sola persona de tu pasado, sino que a modo de puzle lo encontramos en una imagen de los ojos de tu abuela paterna, la boca de tu bisabuela materna, la forma de las cejas de tu tío paterno o la forma de la cara de tu abuelo materno. Si, vuelvo a lo que me cuestioné hace un año en este blog: Somos monstruos de Frankestein en potencia, en todos los sentidos. Sólo tenemos de nuevo las vivencias y las experiencias que vamos adquiriendo. Bueno y supongo que la mezcla de la nariz de los antepasados de tu padre y tu madre que se convierte en un nuevo rasgo (a veces horripilesco) para aportar a futuras generaciones. Por otro lado, cuando uno contempla una fotografía (por lo menos eso me sucede a mi) supongo que muchas veces os habréis parado a pensar en qué estado anímico o en qué fase de su vida cotidiana se encontraban en ese momento, qué estarían comentando o pensando en ese momento y si se pararían a pensar en lo importante que sería para generaciones futuras la insignificancia de haber capturado ese ínfimo instante de sus vidas.
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4 comentarios:
¡Pues eres clavado a tu abuela Luisa!
Qué genial :-)
Pso tambein es que mi madre se parecía mucho a ella. Aunque yo me veo mucho mas parecido con mi abuelo materno y mi abuela paterna.
Por cierto has visto la foto mde mi padre con su hermano mayore y su hermana?
Pues yo te veo parecido con el hombre de la gafas de la última foto. Por estos lares se estilaba que las fotos tuvieran esos simpaticos bordes en forma ondulada (ojala pudiera explicarme mejor). Lo que más me gusta es que por aquel entonces la gente no hacia tanto el machango como ahora, todo el mundo posaba muy serio. Supongo que por esa época debía costar una pasta sacarse una instatanea y no era cuestion de ponerle los cuernos al de delante
Si, ese es mi abuelo materno. Toda la familia de mi madre dice que me parezco mucho a él. Lamentablemente murio cuando yo tenía un año de edad. Mi madre me decia que no solo me parezco en el fisico tambien heheradado de él la forma de las manos y la tez blanca. A mi ver sus fotos me producen un efecto de verme a mi mismo vestido de otra epoca.
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