martes, agosto 12, 2008

Erase una vez en La Mancha. Episodio 1

Prólogo: El placer de viajar

Un día de viaje es como cortar un pedazo de tarta que forma parte de un gran pastel. Al meterte ese pequeño pedazo de vivencia en la boca puedes llegar a saborearlo de manera orgásmica o incluso a detestarlo. Ya lo dicen, hay sabores para todos los gustos (valga la redundancia) y hay viajes que cuando los digieres te elevan hasta el séptimo cielo. Durante estos siete días de estancia en La Mancha he llegado a una conclusión, amparado por la opinión de Mercedes (Gipsy para los que la conocen con ese Nick en otros lares) y que compartió días de convivencia con nosotros. Dicha conclusión podría definirse con una frase: “No importa donde viajas sino con quien lo haces”. Cuanto de cierto hay en todo ello. Yo añadiría:"Tampoco importa el número de viajeros que te acompañen, pueden ser unos pocos o muchos, si la compañía es grata y hay “feeling” nada más importa."

Para muestra un botón...

1. Lunes 04 de Agosto de 2008.
Cosas de las que se suelen hablar en un coche camino a Albacete (por lo menos en nuestro caso)

No hay dinero para ir muy lejos este año. Conclusión, mejor bajemos al pueblo concretamente a Pozohondo, Albacete (el pueblo de los suegros) para pasar unos días con casa gratis y comida buena, bonita y barata. Además los niños nunca han visto como se vive allí y sobre todo las sorpresas que pueden guardar la vida diaria de una ciudad rural de otra comunidad autónoma así que mejor que juntar a mas viajeros y presentarnos en un plis plas (5 horas de coche) en el pueblo para una semana de vacaciones inolvidables. Con nosotros cuatro se unieron Alexa “La Cuña” y David, hermano de Miguel, Sonia, José y el pequeño Isaac (todos ellos ya viajeros habituales de nuestro círculo de amigos) quienes también nos acompañaron, un año atrás a Normandía, también se une a nosotros Mercedes (también nos acompañó a Normandía junto a María su hija) pero sólo ella ya que María se queda con su abuela (y novio) y por un par de noches. En el tintero se quedan varios candidatos más que por razones diversas al final no pueden venir. No hay problema, hay más viajes en mente y muchas ganas de viajar juntos.

No menosprecio en absoluto viajar dentro de nuestro país (en mi caso al 50%); la distancia no marca nunca un viaje. Ya lo he dicho, más o menos en el prologo de esta crónica. Aunque reconozco que me gusta más o disfruto en demasía cuando la distancia es considerable y se visitan países con otras lenguas o formas culturas diferentes. Este año ha tocado turismo económico y no me arrepiento del resultado final.

Pues bien el Lunes 4 nos levantamos a eso de las 6 de la mañana para salir temprano de Barcelona y no encontrarnos caravana. Habíamos quedado con José, Sonia e Isaac en la gasolinera cerca de casa para llenar depósito y acabar de llenar los neumáticos de aire (los míos estaban más flácidos que el culo de Liz Taylor) Teníamos pensado parar en un par de ocasiones ya que el pequeño Isaac tenía que hacer aguas mayores y menores y reclamar su dosis diaria de comida. Es lo que tiene viajar con niños.

En nuestro caso los nuestros meaban y cagaban (en este caso no) cuando les apetecía y se podían comer el bocata chorizo y mortadela (que llevábamos ya preparados y en la mochila de Miguel) en cualquier parte del camino y sin tener que bajarse del coche. Aun así parábamos para refrescarnos y que la circulación de las piernas no creasen hermosos y mortíferos coágulos. Tanto Laura como Adam a veces escuchaban música como se ponían a dormir o a mirar por la ventana ese paisaje tan desconocido para ella como situado al sur de Catalunya; a veces (muchas) hacían preguntas, sobre el pueblo, la casa y lo que podíamos encontrar allí. A veces preguntaban qué tipo de recuerdos podían comprar en los mercadillos o tiendas de suvenires de Albacete capital. Y claro, que puedes hacer en Albacete (aparte de cagar y marcharte como dice más o menos el dicho) pues comprar navajas. Pero no las de comer, sino las de cortar y pinchar. Es curioso que el tema navaja apareciese justo cuando atravesábamos la Comunidad Valenciana, más concretamente a la altura de la población de Alcasser y, como una cosa lleva a otra por arte de Virli-virloque surgió el tema del terrible caso de las niñas brutalmente asesinadas. En otros ocasiones tema tan escobrosos y dolorosos como este aparecen y se van, pero en este caso no, aquello era como un horrendo pedo que surge de culo anónimo y que se queda impregnado en el ambiente invadiéndolo todo con su mal olor. Así pues, una pregunta se sucedió a otra y acabamos relatando el caso, por lo menos lo que uno conoce de él sin dejar en un momento de estremecerse. Si, por supuesto podíamos haber cantado, jugado a las adivinanzas, crear cuentos o no decir ni mu pero no, dale un tema escabroso a un par de niños curiosos y te lo restregaran por la cara como si fuese una divertida tarta de acido arrojada por un macabro payaso con muy mala saña.

Cuando se agotó el tema Alcasser se habló de otros caso (Madeleine) incluida, que si el Niño Pintor, que si Yeremi, que si el tipo de la Katana, que si el tío de Valencia que cortó en cachitos a su mujer en la bañera, que si el crimen de los Marqueses de Urquijo; nada, que el coche se convirtió en una auténtica enciclopedia del crimen (horrendo) nacional con ruedas y con motor a Diesel. Suerte que paramos a descansar y el tema se disipó del interior del coche con la misma facilidad con la que apareció.

Cuando entramos en la comunidad de Castilla-La Mancha comenzó la tanda de preguntas típicas: “¿Falta mucho para llegar?”, “¿Cuánto queda para Pozohondo?”,“¡Tengo más hambre!”, ¡Tengo sed!”, etc, etc… Así unos 90 kilómetros.

Al final llegamos a Pozohondo a las 4 de la tarde. Allí nos esperaba Alexa y David para saborear nuestras primeras tapas.

(continuará)

6 comentarios:

Astrágalo dijo...

jajajajaaj, ya ves, viajar siempre tiene anecdotas, estes cerca o a miles de km., yo siempre he dicho que primero conocer España y luego traspasar fronteras.
Yo normalmente viajo solo y claro no es lo mismo. Veo que te lo pasate bien, me alegro y tambien de tenerte de nuevo aquí, ya se te hechaba en falta.

Un besito astragalin.

Anónimo dijo...

Ays q estoy deseando que sigas el relato de tus vacaciones por mi tierra... haz el favor de dejar ya las viandas y a los gatos y ponerte en el ordenador a relatarnos todoooooooo......
Bienvenido.. te he echado de menos Richarddddd.......

TESORETE

Anónimo dijo...

A ver si el año que viene montamos otro viaje, que sabeis que conmigo podeis contar.
De todas cformas ya nos vemos la semana que viene, id comprando cervesitas....

Anónimo dijo...

Bienvenido Foscardo,deseando estoy de leerte,me gustas mucho,cómo habeis soportado el calor de Albacete?,qué tal las primeras tapitas?,un besote para toda la familia
ion-laos

Anónimo dijo...

Espero que hayais descansado mucho.... y que nos lo cuentes todos, jejejeje.
Un saludo

Byrnes

SisterBoy dijo...

Vaya, se interrumpió el relato en lo más interesante