Noticias del pasado futuro

Hacía tiempo que no hablaba de aquella parte de mi vida que durante un tiempo ocupó este blog. De aquellos personajes nefastos que se cruzaron por nuestra existencia y que en estos momentos rondan sus hazañas por su cuenta y riesgo lo más alejado posible de nuestra cotidianeidad. Hay cosas en esta historia que me las venía venir. Son situaciones escritas en tinta indeleble y mucho más previsibles que un terremoto o la llegada de una tormenta. Supongo porque ya soy perro viejo y me los conozco como si los hubiera parido yo mismo.

De todos los personajes que trataron de amargar nuestra existencia solo queda uno en activo. El resto se han esfumado como fantasmas exorcizados o se han quedado anclados en el pasado atrapados en un conjuro del que no pueden escapar jamás. Este eslabón de la cadena que aun cuelga sin acabar de desengarzarse es mi ex cuñado. El padre de los niños.
Como decía antes hay cosas que uno se espera y ya casi no sorprenden. Me explico, no de la forma que nos podrían sorprender antaño. Es obvio que mi contacto con el progenitor de mis sobrinos va a ser larga y extensa; mi hermana se ha librado de él, yo no.

Nuestra relación actual es más cordial que agresiva. Eso no significa que yo me vaya de jurga con él los fines de semana ni hagamos cenas exfamiliares en casa. No, nada de eso. Cuando hablamos es por teléfono y sobre temas relacionados con los niños. De momento cumple con el tema de la pensión alimenticia (aunque 200 euros al mes para dos niños lo encuentro de lo mas insultante) Ha habido algún mes que se ha atrasado en los pagos, en vez de hacerlo la primera semana lo hace la segunda o tercera o la ultima… No ha pagado los viajes de fin de curso de los niños lo que ha acabado por arruinar la economía familiar. Si, somos felices pero más pobres que las ratas. Por ejemplo: aun no nos podemos casar por no tener los 217 euros que el consulado británico me pide para gestionar el permiso de matrimonio (en realidad se trata de la traducción de un documento para que posteriormente el gobierno civil español nos solicite el día y hora de nuestro enlace) y también aún continuo pagando el divorcio de mi hermana que es más largo que una novela de Victor Hugo. Me he quedado sin uno de mis trabajos (la vida de un Freelance es una puta mierda os lo aseguro aunque creo que ser becario es peor…) y tenemos en casa un sin fin de deudas. Hipoteca (gracias a dios no) vivimos de alquiler y no hay planteamiento de comprar vivienda… Eso sí, el banco me llama semana sí semana también para reclamarme los números rojos que adornan mi cuenta. No money no Honey!

El verano se nos planteaba crudo. Suerte que la suegra tiene casa en La Mancha y podemos permitirnos bajar unos días hacía Albacete a pasar unos mini vacaciones. También tenemos suerte que contamos con amigos que aman los gatos y nos los van a cuidar (muchas gracias Isra y Julia) de todo corazón y encantados de la vida.

Sobre las vacaciones compartidas entre padre e hijos…

Al principio había planes de 15 primeros días con nosotros y 15 últimos días con él. Eso, tal y como esta nuestra situación era un alivio para la economía. Los niños comen, los preadolescentes devoran. Yo tengo dos preadolescentes con hambre las 24 horas al día. Suerte de tener congelador y previsión. Los picantones del post anterior los encontré en el primer cajón del frigorífico y pude hacer maravillas con ellos y encima aprovechar para hacer una ensalada Caesar para la noche cuando Nuria vino a cantar al SingStar (“Poque aunque semo pobre cantamo con alegría ¡Arsa y Olé!”)

Bueno a lo que iba. Hace ya dos fines de semana que mi ex cuñado no ve a sus hijos. Hace quince días me dijo que tenía muchos problemas y lo tenía muy mal. A mí no me preocupó. Prefiero que no estén con ese pirado el menos tiempo posible. Ellos también prefieren estar lejos de él. Incluso cuando se les plantea la posibilidad de volver a su lado, si a él se mete en juicios para reclamar su custodia cosa que dudo, los dos se ponen de acuerdo en afirmar que con él se va a ir la madre que lo parió (que en paz descanse).

Este fin de semana pensábamos que se llevaría a los niños (de esta forma Miguel y yo tendríamos un poco de intimidad) pues no, el capullo me llama y me dice que está pasando por un grave problema, está muy deprimido y que ya no vive con su novia y los hijos de ella (él me ha tratado de ponerme a su ex a mal como si fuese la causante de todas sus desgracias pero ha reculado, ya que se ha dado cuenta de que a mí no podía venderme esa clase de motos. Me ha dicho que está buscando una habitación para vivir (sus hermanas no le ayudan) y no puede estar con sus hijos (eso sí, me ha asegurado 57485 veces que los ama con locura…) También me ha dicho que no quiere que le vean así, (eso ya m lo dijo hace unos meses atrás… con otra de sus depresiones) y que no tiene posibilidad de quedárselos lo que queda de verano.
Uno que es muy malpensado (en estas situaciones lo suelo ser) pienso un par de cosas:

1. O bien se ha peleado con su novia y ésta lo ha votado de casa, a saber por qué motivo aunque el de las borracheras y los malos tratos son los candidatos más populares entre los miembros de ésta casa (y amigos).
2. O bien no se ha peleado y pasa de los niños (y ella también) y ambos (hijos de ella incluidos) se van a pasar unas vacaciones del copón bendito (porque dinero él tiene ya que hace días les dijo a los niños que les iba a abrir una cuenta corriente con 900 euros para los dos, eso sí, sobre todo les pidió que no me lo dijeran no fuese que les reclamase de alguna forma el dinero pendiente de los viajes de fin de curso, porque de pobretón sabe hacérselo y muy bien. Lo que no cuenta es que luego los niños me explican que su padre se ha comprado una tele de plasma de 42 pulgadas…) y de esta forma yo alimento a sus hijos (y porque no, disfruto de ellos) mientras él se da golpes de pecho en falso sobre lo mucho que los ama.

De momento seguimos luchando. Esta semana mi sobrina tiene los exámenes de recuperación y Adam mañana cumple años. Estamos agotados pero felices. Nos llena y nos compensa pese a pequeños incidentes fuera de nuestro alcance.