Esta noche me ha llamado mi hermana. Al parecer el capullo le había llamado de nuevo. Hecho una fiera. Le ha increpado diciéndole “¿Quién te crees que eres llamando a los niños por teléfono cuando yo no estoy en casa?” Ella le ha contestado “Soy su madre”. Él le ha prohibido de nuevo que les llamase (sobre todo al móvil que le regalamos) Ella se ha armado de valor y le ha dicho “El jueves nos vemos las caras”. Él se ha quedado un poco confuso y le ha dicho “De acuerdo” y le ha colgado. De momento eso es lo que me ha dicho ella de buenas a primeras. No sé si hay más amenazas de por medio. Mañana he de llamar al EAIA, ella también. Me he citado con Paloma a las 12:00 para hablar del tema y comenzar el proceso de divorcio. He de ir a colegio para ir a buscar el informe sobre los niños. Un informe que está tardando cinco meses en llegar a nuestras manos después de darnos largas una y otra vez. Algo inaudito. Yo me encuentro cansado, frustrado, cabreado, trato de canalizar la ira y la rabia, transmutarla en otro tipo de sentimiento mucho más positivo, que me de fuerzas. Pero una cosa si tengo segura de todo esto. No pienso rendirme. Nunca. Pienso luchar hasta el final a lo Scarlett O´hara en Lo que el Viento se Llevó. Me he planteado que si me tengo que dejar la vida en ello lo haré y lo haré encantado mientras sirva para ayudar a sacar a esos niños del yugo de esa familia y ver a mi hermana feliz lo que le quede de vida.
Hacía tiempo que quería escribir. Es decir, hacerlo siendo yo mismo, sin estar pendiente de una fecha de entrega o a cambio de un talón. Creo que ya va siendo hora de armarme de valor, de entrar en el caserón, de abrir ventanas y puertas y permitir que la luz invada su interior. Necesito dar forma a los fantasmas, atraparlos, enfrentarme a ellos y asumir que, en el fondo, también forman parte de mi vida.
miércoles, julio 18, 2007
Cosas que quedan por decir con sólo mirarle a los ojos.
Es cierto que le cuerpo habla. Os lo puedo asegurar. No soy un experto en ello pero si en mi juventud aprendí a leer las expresiones y el movimiento de las personas que me rodeaban. Aunque alguno os cueste creerlo es una herramienta muy útil, sobre todo cuando te enfrentas por primera vez a una persona que no conoces o cuando tratas de averiguar qué se esconde tras la sonrisa Profident de fulanito. En otro caso el lenguaje corporal ,sobre todo el que se expresa a través de la mirada, es muy útil cuando la otra persona no puede comunicarse contigo con herramientas tan habituales como el sonido de la voz. También es cierto que cuando más cercano estés a tu interlocutor (y me refiero a cercano no a distancia sino a compenetración) más fácil es averiguar lo que quiere o esconde en su interior. Como ya sabéis todos los que leéis este blog mi hermana en un 80% de su vida diaria no puede hablar correctamente. Sólo le es posible expresarse en determinadas horas del día y en ocasiones muy concretas. El resto del día se expresa con gestos y con gimoteos ininteligibles en la inmensa mayoría de los casos. En situaciones normales se haría uso de una libreta y un bolígrafo, en el caso de mi hermana fue posible durante un tiempo, ahora, en la actualidad su escritura se ha convertido en un garabato surrealista mucho más cercano a un dibujo mal hecho que a una letra o una frase construida. Sus manos no dominan el bolígrafo o el lápiz como lo hacían antaño. No son más que garras torpes que no le ofrecen ninguna seguridad como para agarrar algo tan sencillo como un tubito con grafito o tinta. Ayer no pude ir a verla. Tenía asuntos que resolver con mi gestor y me fue imposible. Eso si la llamé por teléfono. Pude entender algo de lo que decía pero por el tono de voz noté que algo no funcionaba del todo bien. Esta tarde he ido a verla. La he encontrado medio inclinada, con los brazos colgando hacia los lados y las piernas combadas en un ángulo casi imposible. Por un momento me ha recordado a un títere al que han cortado las cuerdas y hubieran arrojado con furia sobre la butaca. No tenia buena cara. Estaba desencajada, con una expresión de espanto plasmada en sus ojos abiertos como platos. Me he acercado a ella, Me ha agarrado de las manos. Estaba completamente sudada. Le he ayudado a ponerse bien. Pese a ser un saco que huesos me ha costado bastante levantarla. Ella no hacía más que agarrarme torpemente. Entonces me he dado cuenta que quería decirme algo. La he tranquilizado. Le he dado un beso y le he preguntado qué le pasaba. Ella no me ha contestado. Sus ojos sí. Estaba aterrada. Como cuando comenzó a comentarme por primera vez el tema de los maltratos. En eso ha llegado María. Me ha comentado que ayer mi hermana lo pasó muy mal. Sobre todo después de sufrir la espera inútil de sus hijos durante el fin de semana y después de tener que averiguar por ella misma, al día siguiente, la excusa fatua que le dieron los niños cuando les llamó a casa: El coche se había averiado, como había sucedido hacía dos fines de semana de forma misteriosa y sobre todo después de ir a la playa… María me dijo que ayer por la tarde mi hermana había comenzado a sufrir vómitos y desvanecimientos. Apenas comió nada y las convulsiones llegaron con bastante intensidad. Sufría un violento ataque de ansiedad. María se ha puesto a llorar. Siente mucha pena por la situación de mi hermana. En cinco meses que la conoce se ha volcado al cien por cien en ella cuidándola como si fuese su propia madre. Ha vivido las injusticias que mi cuñado y su familia han interpuesto sobre ella. El desplante de los niños cuando estaban en la etapa de mayor odio hacia su madre. Las amenazas de mi cuñado telefónicas… Todo. En un momento de la conversación me ha dicho: “Richard pido que el día que mi madre se muera y dejemos este Hospital la persona que venga junto a tu hermana la cuide y la quiera como la he cuidado y la he querido yo.” Yo también lo he pedido. Y le he dado las gracias por lo que está haciendo por ella. Hemos hablado de la familia, la cercana y de lo poco que ayudan en estos momentos. Ella con su hermana, yo con el resto de familiares. Son estos momentos en los que realmente te das cuenta de quienes te apoyan de verdad y que en el fondo no estás del todo sólo ante el problema. La vida es así. Sólo aquellos que han vivido una situación semejante se dan cuenta de ello. Mi hermana no ha podido más y se ha quedado plegada sobre sí misma. La columna no podía sujetarla. La hemos ayudado a ponerla mejor. Nos ha pedido acompañarla al baño. La hemos llevado. En un momento dado ha perdido el equilibrio y ha quedado medio inclinada sobre la taza del wáter. Su cara estaba pegada a las losetas y nos pedía ayuda. La hemos ayudado de nuevo y la hemos dejado que hiciera sus necesidades para luego sentarla en otra butaca junto a la puerta. Yo le he comentado a María que mi hermana estaba ocultando algo, sus ojos, a pesar de que ella hacía esfuerzos por esconder la verdad, la estaba traicionando. María me ha dicho que desde ayer se había dado cuenta de ello. Le hemos preguntado. Se ha hecho un silencio. Le hemos dicho que hablase que no temiera nada. Como ha podido se ha puesto en pie. Se ha agarrado a la baranda de la cama y con una voz muy lívida nos ha dicho: “Tengo mucho miedo”. Me he acercado a ella. Le he preguntado por qué… “Él me amenazo el otro día por teléfono con que iba a matar a los niños si no le entregaba la fotocopia de mi pasaporte”. Se ha vuelto a hacer otro silencio. La ira, la rabia toda esa energía malsana se ha presentado ante mí como uno de esos toros de San Fermín que sueltan por las calles de Pamplona. María se ha quedado pálida. Yo he tratado de dominarme. “¿Cuándo fue? “ le hemos preguntado. Ella comenta que empezó a hacerlo el día que los niños estuvieron en mi casa, si, el día que le trajo el petate con lo que quedaba de ella en su vida, el día que él la esperó abajo para presentarle a su novia. Pero no había sido la única. Nos ha dicho que tampoco deja que sus hijos la llamen y que ella llame por teléfono a casa o a los niños (al teléfono móvil que ella y yo le regalamos a la niña y que su padre y sus tías utilizan con deleite, sobre todo cuando hay saldo pagado por nosotros). Me ha dicho que su hija no le contesta al teléfono cuando la llama. Lo he comprobado. He llamado una vez a mi sobrina desde el teléfono de mi hermana. Ha dado señal y después de un rato ha aparecido el buzón de voz. He esperado un par de minutos y he vuelto a llamar. Esta vez se ha puesto la niña. Le he saludado y le he pasado el teléfono a su madre. Ella estaba tan bloqueada que no ha podido decir nada, solo un murmullo temeroso. La niña le ha dicho hola. Luego me he puesto yo y le he dicho a la niña que su madre la quería saludar y me he despedido de ella. He colgado. Hemos intentado llamar al EAIA y (como siempre) no contestan. Este jueves teníamos una cita con ellos y con mi cuñado para discutir el tema del viaje de los niños. Yo cada vez me estoy planteando como llevarlo a cabo. He de hablar con el EAIA para que por lo menos me ofrezcan seguridad (cosa que veo una inutilidad después de ver cómo se comportan con nosotros) No las tengo todas con esa reunión. Más aun después del rebrote de las amenazas de muerte. Miedo no tengo pero si prudencia sobre todo porque mi hermana viene a la cita. Sigo queriendo luchar por mis sobrinos y por que vengan de viaje con nosotros. Creo que merecen esta oportunidad y vivir esta experiencia. Sobre todo después de que ellos me informasen de que querían venir con nosotros.
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4 comentarios:
Ritx, ya dirás cómo te ha ido hoy con Paloma, y sobre todo, mucha suerte para mañana.
Por cierto, sigue en pie el ataque con toallas mojadas y naranjas valencianas. Este hijo-de-mujer-de-moral-dudosa tiene que pagar por todo lo que le está haciendo a tu hermana y a sus hijos. En momentos como éste me da rabia de no creer en algún tipo de justicia divina que pudiera acabar con él de manera fulminante. Los seres como éste deberían haberse extinguido hace milenios para no venir a tocar los bemoles a la buena gente.
Mucha suerte y mucha fuerza, y sobretodo que a los que no quieren ver se les caiga la venda de los ojos de una puñetera vez (sin que sufra ningún inocente).
Un abrazo muy grande y todo mi animo.
Me parece increible!!Ese capullo algún dia pagará por lo que está haciendo. Dios es justo, ten fe.
Me apunto a la idea de Ester del ataque con toallas mojadas y naranjas valencianas a lo que yo añadiria: unas cuantas descargas eléctricas en los "güenblis" (como dice mi hijo), despues de las descargas se los retorceriamos y lo colgariamos del reves hasta que se desenrosque por si solo.......
Tranquilo esos niños tarde o temprano sabrán quién es realmente su padre y se revelaran....
Un kiss molt gros!!!
El probelma de la justicia española esta en la television todos los dias. Mujeres muertas en manos de sus maridos poruqe se saltan las medidas cautelares, o bien porque estas no funcionan en absoluto.
Thanks por el apoyo.
La reunion con Paloma ha ido bien, normalilla hemos preparado la traca valenciana, que funcione en su momento depdende de muchas cosas. A mi lo que me preocupa es la reunion de mañanma. En todo caso ya os contaré.
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