miércoles, marzo 28, 2007

Diario de una semana infernal (y parte V)

Jueves de confesiones.

Como ya he comentado esa misma tarde entrevisté a mi hermana. Estaba ella, la señora del 633 y la hija de la abuela que se encuentra en la misma habitación que mi hermana. Fue duro para mí escuchar cosas que ya sabía y otras que descubrí. Lo que leéis a continuación es una transcripción de la grabación con algunas notas de mi parte.

-¿Cuál es tu nombre?
-Carolina Archer.
-Vamos a tratar de explicar la situación que has vivido con tu marido ¿vale?
-Vale.
-¿Tu marido te maltrataba?
-Si.
-¿Qué te hacia?
-Me pegaba y me insultaba.
-¿Te insultaba?
-Si.
-¿Qué te decía?
-Que era una inútil. Que no servía para nada. Que mi madre se tendría que haber muerto antes de parirme.
-¿Dónde solía propinar los golpes?
-En la cara, en la cabeza, en el pecho, espalda y en los hombros.
-¿Hubo agresión sexual alguna vez?
-No.
-¿Te pegaba solamente a ti?
-No. A veces también pegaba a los niños.
-¿Cómo les pegaba?
-Le pegaba ostias.
-Ostias… ¿fuertes o flojas?
-A veces fuertes y a veces flojas.
-¿Los niños presenciaron tus maltratos?
-Si.
-¿Y qué hacían?
-Lloraban y gritaban.
-¿Alguna vez te tiro al suelo?
-Si.
-¿Te golpeo con los pies?
-No.
-¿Qué otros insultos te profería?
-Que era una hija de puta.
-¿Por qué?
-Porque no sabía hacer nada y según él tenía la casa hecha una mierda.

(Nota personal: Con la enfermendad de Parkinson mi hermana no podía realizar según que tareas exigidas como fregar, barrer, hacer las camas o lavar los platos. Cocinar lo podía hacer pero le costaba mucho.)

-¿Qué sucedió el domingo 18 de Marzo del 2007?
-Vinieron a verme los tres, él dos de sus hermanas.
-¿Y qué sucedió?
-Me insultaron.
-¿Y qué más te dijeron?
-Que porque había ido contigo al colegio a ver a los niños… Entonces mi marido salió un momento afuera y ellas dos se quedaron un buen rato a solas conmigo, insultándome.
-¿Hubo agresión física?
-Si.
-¿Quién te agredió?

(Nota personal: Aqui menciona el nombre de la Sargento de Hierro)

-¿Qué te hizo?
-Me pellizcaba la mejilla.
-¿Fuerte o flojo?
-Normal.
-Normal... pero me dijeron que te dejó una marca…
-Si.
-Carolina pero si te marcó aquí (comenta de repente la señora del 633 marcando la mejilla y el ojo izquierdo de mi hermana.)
-Si.
-¿Entonces muy flojo no era?

(Silencio)

¿Qué te decían?
-Qué porque te tenía que hacerte caso a ti. Que tenía que estar de parte de mi marido que era quien mantenía. Que tenía que hacerle caso a él y no a ti. Que me había puesto en contra de mis hijos. Que iban a pensar los niños de mí. Que me tendría que dar vergüenza de haberlos traiciondo de esa forma. Entonces después de pellizcarme y antes de irse mi cuñada (la Sargento) me dijo con sorna: "¡Qué!, ¿tienes algún mensaje para tu hija?"

-¿Qué le respondiste?
-Que si. Que de dijese que la quería mucho.
-¿Qué te decía la otra hermana?
-Que tú eras un malnacido.
-¿Por qué?
-Porque habías echado a los niños de casa en navidades.
-¿Tú crees que yo he echado a los niños de mi casa?
-No.
-¿Estabas tranquila mientras los niños vivían conmigo?
-Si, mucho.
-¿Estás tranquila ahora que sabes que viven con su padre?
-No.
-¿Por qué?
-Porque puede hacerles algo...
-¿El te ha amenazado con hacerle algo a los niños?
-Si.
-¿El qué?
-Matarlos.

(Silencio...)

-Matarlos si qué... si hacías algo, si decías algo...
-Si le pasaba algo a él. Si se los intentaban quitar.
-Volviendo al tema de los maltratos. ¿Cuándo comenzaron las agresiones?
-Hace dos años.
-¿Y cómo empezaron, de qué forma?
-Con bofetadas.
-¿Alguna vez trataste de defenderte?
-Algunas veces... como podía. Un día trate de calvarle un cuchillo. Me tenía tan frita… Me ponía de los nervios…

(Silencio...)

-Yo nunca haría daño a los niños.
-¿Nunca has maltratado a tus hijos?
-Nunca.
-Él dice que sí.
-Eso es mentira.
-Mientras grabamos tu confesión ¿te estás sintiendo forzada por mí para que digas cosas que no son ciertas?
-No. Estoy diciendo toda la verdad.
-¿Lo haces por tu propia decisión?
-Lo hago por mis hijos y por mí misma.
-¿Tu marido justificaba los maltratos de alguna forma?
-No.
-¿Te decía que eran por tu bien?
-No.
-¿Se arrepentía después de maltratarte?
-Nunca.
-Nunca... ¿No se arrepentía?
-Nunca.
-¿Veías o sentía que disfrutaba con ello?
-Algunas veces. Una vez me dijo en el coche, mientras me golpeaba, que lo hacía porque tenía que desahogarse con alguien y por eso lo hacía conmigo.

(Nota personal: Un día mi sobrina me contó que le preguntó a su padre porque insultaba y agredía a su madre. Esto sucedía estando ya mi hermana en el hospital, un día que se la llevó con los niños al parque de atracciones y no paraba de meterse con mi hermana en el coche mientras subían por la Carretera de la Rabassada, donde se encuentra dicho parque de atracciones. El padre le contestó lo mismo que comentó a mi hermana. Es más, le preguntó a la niña si quería sustituir a su madre. La niña dijo que no y él continuó insultando a su madre delante de ellos hasta que llegaron al parking y se calmó.)

-¿Tu marido bebe?
-Si.
-¿Toma drogas?
-No.
-¿Cuándo maltrataba a tus hijos tu tratabas de defenderlos?
-Si, muchas veces.
-¿Y qué sucedía?
-No podía hacer nada. No tenía fuerzas y el no me dejaba.
-¿Te pegaba a ti entonces?
-No.
-Una vez me contaste que a tu hijo le pego una paliza.
-Si.
-¿Por qué le pego?
-Porque se olvido las llaves dentro de casa.
-¿Y qué le hizo?
-Le pegaba muchas hostias.
-¿Tú lo viste?
-No, solamente oía los gritos.
-Alguien más escucho sus gritos.
-Si.
-¿Quién?
-Mi hija.
-¿Y qué decía?
-Porque su padre le estaba haciendo eso al tete.

(Nota personal: La niña me confesó que los gritos se oían desde el piso de arriba donde estaban ellas. Que la paliza se la dio en el garaje. El niño la ultima vez que le vi me confirmó la paliza)

-¿Ningún vecino se quejó?
-No. Nunca.
-¿Ni cuando vivías en Sant Cugat del Valles o en Artesa de Segre?
-Tampoco. Bueno los marroquíes que vivían al lado nuestro, en Sant Cugat oían los insultos y los gritos.
-¿Los oían?
-Desde la terraza.
-¿Y no decían nada?
-No.

(Nota personal: En ese momento mi hermana toma como carrerilla y aprovecha para comentar algunas cosas puntuales)

-Quiero decir que mi marido cuando viene a visitarme con los niños sólo está cinco minutos. Me dice que no tiene mucho tiempo para estar aquí conmigo. Un día mi marido se enfadó mucho conmigo porque decía que su segundo hijo no era suyo y que quería hacerse la prueba de paternidad. El día de la denuncia me llamo por teléfono y me dijo que esa noche se iba a pasar por el hospital para que yo firmase unos papeles. Decía que eran para empadronar a los niños en la nueva casa ya que el día 25 ya iban a estar viviendo definitivamente allí y que necesitaba mi firma y el número de mi pasaporte.

(Nota personal: Después de una pausa y un ataque de lágrimas de rabia e impotencia por mi parte, volví a conectar la grabadora. He de decir que mientras yo lloraba mi hermana me tranquilizó agarrándome de la mano. La señora del 633 indignada, llamaba sin parar criminal a mi cuñado.)

-¿Qué sucedió el jueves después de que visitases a los niños al colegio?
-Me dijo que no fuera con mi puto hermano que no tenía ningún derecho en ir allí a ver a los niños.
-¿Tú me das permiso de ver a tus niños?
-Claro. El siempre decía que nunca debería haberse casado conmigo. Que mi madre le obligó a casarse después de 14 años de noviazgo. Que él estaba muy bien sin casarse. Que yo era una malcriada y una mimada y una consentida.

(Nota personal: He de declarar que mi hermana y yo hemos pertenecido a una clase social media/alta. No es así en el caso de su familia. No tengo nada personal con las clases sociales bajas, siempre y cuando haya respeto y educación. Mi madre decía siempre eso de que “La clase se mama” ya seas un pobre como un rico. Mi cuñado siempre ha sido un bruto y un “enterao” de esos que no tiene ni zorra idea de nada pero trata de hacerse el listo soltando burradas e incoherencias en cualquier situación y cuando bebía mucho más. Él siempre se había sentido inferior. Su aversión hacia mi persona ha sido una constante desde que le conocí, ya que yo he vivido muy cómodamente mientras él se mataba a currar. Mientras estaba con mi hermana como novios bien lucía a mi hermana ya que ella era una chica muy atractiva y con un tipazo de escándalo, al parecer estaba muy bien para follársela pero no para casarse con ella…)

-¿Te amenazó con algún arma alguna vez?
-Si.
-¿Con qué?
-Con un cuchillo y con una hacha.
-A ti sólo.
-No. A mí y a los niños.
-¿Y qué os decía?
-Que nos iba a matar a todos.
-¿Y qué sucedía?
-Se calmaba y se iba.
-Y los niños o presenciaba todo…
-Si.
-¿Y qué decían?
-Estaban asustados.
-¿Todo eso lo hizo el mismo día?
-No. En días y lugares diferentes. Hubo más palizas en Sant Cugat que en Artesa.
-Porque vivisteis allí mucho más tiempo.
-Si.
-¿Pero dónde fueron más violentas?
-En Sant Cugat.
-¿Cuándo decías que te habías caído era porque te caías o porque él te tiraba al suelo?
-Porque me caía yo sola. Todas las veces que me caía era porque me caía sola de verdad.
-¿Y las cicatrices en la frente y en mentón?
-Me las hice cuando me caía.
-¿Qué sucedió el día de la cabalgata de navidad del 2005?
-El día de la cabalgata yo había tendido la ropa en el comedor y como no se había secado se cabreo mucho conmigo, entonces me dijo que me quedase allí hasta que la ropa se secase, que él se iba con los niños a ver pasar a Papá Noël y recoger caramelos. Yo insistí en ir. Me hacía ilusión. Me puse algo histérica y al final me llevó. Como me cansaba tuvimos que sentarnos en un bar mientras los niños iban a buscar caramelos. El se enfadó aun mucho más porque yo era como un fardo del que tenía que tirar. Cuando regresamos a casa el me arrojo de un empujón en el suelo del pasillo y me pego una paliza de la que me hizo heridas con sangre.
-¿Y después de eso te curo?¿ o no?
-No.
-Varios días más tarde el día que me ingresaron en Barcelona de madrugada fue el peor de todos los días de mi vida. Yo estaba en la cama y le comenté que tenía la sensación de que me estaba cayendo, que me escurría y me caía de la cama. Le insistí que tenía miedo de caerme. Entonces él se enfadó. Me agarró del cuello y me ahogaba mientras me pegaba puñetazos y bofetadas y me insultaba. Una de ellas me reventó el lunar de la mejilla. Me dijo de mala leche que me lo iba a curar y entonces me arrojó alcohol a la cara y a los ojos. Yo trataba de gritar pero no podía porque me apretaba el cuello. Me decía que yo le había arruinado la vida a él y a los niños. Yo les pedía ayuda y trataron de entrar a ayudarme pero él les prohibió la entrada en la habitación. Yo les pedía auxilio para que me lo quitasen de encima y él les insistía que se quedasen donde estaban y que se fueran a dormir. Entonces me soltó y agarró un leño de la chimenea y me golpeó fuerte con él en un hombro y en la espalda.

(Nota personal: Yo vi los golpes y morados cuando fui a ver a mi hermana al hospital del la Vall d´Hebron y también un ojo morado y el desgarro que tenía en la cara al reventarle la verruga. Tenía también morados en la espalda, brazos y muslos. Apunto a todo esto que mi hermana ,debido a su enfermedad, no tiene apenas grasa en el cuerpo y es literalmente un esqueleto viviente. Lo más curioso es que el capullo se presentó en el hospital más chulo que un ocho. Amenazándome a mí y a mí hermana. Yo le planté cara y le amenazé con denunciarle. Entonces se cagó en los pantalones y cambió de tercio, se rodeó de su familia y estaba muy nervioso siguiendo como un felino mis pasos o los efectuados por mi familia. Yo finalmente denuncié el caso a los médicos de urgencias y más tarde a las enfermeras de planta. La Sargento de Hierro, delante de mí le dijo a mi hermana que para que se quedase ingresada en el hospital, ya que no quería que su hermano se la llevase de nuevo a casa, le sugirió a mi hermana que se declarase loca, que había intentado envenenar a los niños y que su marido lo había intentado evitar, de ahí las heridas. Yo casi le meto una hostia. La tipa no hacía más que despotricar de mi hermana delante de todo el mundo. La llamaba malcriada, consentida, mimada, que ella era una pesadilla para su pobre hermano… Cuando yo hablaba con mi familia y le explicaba lo sucedido la Sargento me interrogaba diciendo: ¨¿Y tu qué le dices a tu familia? Los noto muy raros conmigo… Ahora lo que importa es que estemos todos unido y que no echen a tu hermana del hospital porque mi hermano no la quiere más en casa y donde la vas a meter entonces?” Sólo se denunciaron los maltratos al hospital. En ese momento mi hermana no quiso denunciar el caso a la policía, en primer lugar porque estaba aterrada y muy debil, repetía constantemente que esa noche se iba a morir, la verdad es que estaba muy mal. En segundo lugar no denunció porque él le había amenazado con no volver a ver a sus hijos. Ya os podéis imaginar en que sentido iba esa última frase...)

-¿Ha habido algún tipo de agresión sexual a los niños?
-No. Que yo sepa no.
-¿Y de tu suegro o su familia?
-Tampoco.
-¿Algunas sospechas?
-Tampoco.
-Yo recuerdo que tu hija comenzó a hablarme de los maltratos y que después de una visita de su tía (¿adivináis de quién?) la niña cambió de parecer. Crees que ha habido intimidación.
-Creo que sí.
-¿Qué crees que sucedió?
-Le inquirió porque te había dicho a ti lo de los maltratos. Le dijo que mentía, qué era una caprichosa y una malcriada como su madre. Le dijo que te dijese que todo lo que había oído y visto era mentira que se lo había inventado.
-¿Has notado algún cambio con tus hijos?
-Si.
-¿Cuál?
-Distanciamiento, sobre todo de mi hija y sobre todo desde que está viviendo con su padre y sus tías.
-¿Qué es lo que notas?
-Que me rechaza totalmente.
-¿Y el niño?
-El niño no. Siempre me ha querido mucho.
-¿Le has pedido alguna vez a tu marido estar a solas con tus hijos?
-Muchas veces.
-¿Y qué ha sucedido?
-Nunca me ha dejado.
-¿Por qué?
-No lo sé.
-¿Cuándo últimamente salías de visita a casa de tus cuñadas te habían sentido intimidada alguna vez?
-No. Sólo me hablaban mal de ti.
-¿Qué te decían?
-Muchas cosas. Que iban a hablar con los padres de Miguel de que su hijo era gay o que lo iban a hacer público en la universidad. Que a tí te iban a partir la boca porque echaste a los niños de casa en navidad…

(Nota personal: Como yo sabía de primera linea que mi cuañado maltrataba a mi hermana ya que mi propio cuñado me lo confesó un par de veces, justificando que mi hermana le obligaba a ser malo por que no la obedecía, siempre han querido apartarme de mi hermana y asi enterrar sus fechorias. Han procurado que nos distanciemos, cosa que no han conseguido ni lo conseguirán nunca para así aislar a mi hermana y que la mierda que se ha removido vuelva a posarse en el fondo y tranquilizar así las aguas. Veréis, puedo entender muchas cosas. Puedo enteneder que una persona enferma actue de forma poco racional o torpe y no pueda efectuar los quehaceres de la casa, pero eso no justifica que se maltrate. Puede entender una ayuda y un apoyo entre hermanos, pero ser consciente de un maltrato, como lo son ellos, sobre todo de una persona enferma e indefensa y unos niños que son de su propia sangre y tratar de oculatrlo haciéndoles creer que todo es una farsa eso no tiene nombre. Y el colmo de todo es que la mayoría de sus hermanas vienen de relaciones con maltratadores, donde las han y estan pasando canutas. En resumen incomprensible y nauseabundo.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ánimo, fosqui, ya sabes q mucha gente te quiere!

huff

Anónimo dijo...

Madre mía!!! Una se queda de piedra después de leer según que cosas.
Espero que esto acabe pronto y de la mejor manera posible.

ánimo y fuerza que todo saldrá bien.

Un besote.

Alexandra