-Escribir una carta.
-¿A quién?
-A una vieja amiga
-¿Y por qué le escribes? ¿Por qué no la llamas?
-Porque me apetece. Lo necesito. Y no la llamo porque es más bonito escribirle de tu puño y letra, como se hacía antaño. Además si la telefoneo seguro que no la encontraría.
-¿Por qué?
-Porque ya lo he intentado unas cuantas veces y no ha habido forma.
-¿Y qué le cuentas?
-Muchas cosas. Hace tiempo que no hablo con ella y la he de poner al día.
-¿Me conoce?
-Sí. Desde muy pequeña.
-¿Y cómo se llama?
-Como yo.
-¡Anda que casualidad!
-¿Desde cuándo la conoces?
- Desde hace mucho tiempo crecimos juntas.
- Pues nunca había oído hablar de ella.
- Seguro que sí lo que no te habrás dado cuenta. Ahora ve a merendar y déjame terminar la carta.
La niña se fue corriendo a la cocina. Ella Sonrió. Por un momento se percató de lo inocente que eran a veces los niños. Cómo no consiguen asociar según que ideas.
Aquella misma tarde bajó al buzón muy cerca de su casa. Aun estaba allí, paciente, amarillo, orondo, con sus dos bocas abiertas esperando engullir cartas. Le sorprendió que aun conservase su imponente figura. Ya apenas escribía nadie. Todo era a base de correo electrónico o llamadas telefónicas. Comenzó a llover. El aire se impregno de olor a hierba y tierra mojada. Cerró por un instante los ojos y se dejó llevar. Luego abrió el paraguas y caminó hacia casa escuchando el repiqueteo de sus propios zapatos.
Dos días más tarde recibió su carta. Se entusiasmó mucho cuando la vio, con sus matasellos estampado en negro sobre el blanco inmaculado del sobre. Se sentó en la mesa de la cocina. Con un café con leche recién acabado de preparar. Echó un par de cucharadas de azúcar en el interior de la taza y removió el contenido lentamente sin dejar de mirar el sobre aun sin abrir. Lo abrió un par de minutos más tarde y lo leyó a pequeños sorbos, como los que propinaba al café con leche escondido dentro de la taza. Sonrió en varias ocasiones mientras leía su carta. En la calle la lluvia no cesaba de caer. Miró el reloj. Pronto vendría la niña del colegio. Guardó la carta dentro del sobre y éste lo introdujo con delicadeza en un cajón lleno de álbumes fotográficos. Sonó el timbre de la puerta. El cajón contempló en silencio como ella desaparecía de escena, abría la puerta de casa y entre un griterío infantil se escucharon un par de sonoros besos llenos de ternura y amor.
Decicado a Velvetina. Gran amante de la escritura intimista. Gracias por hacer que dicho arte no se pierda nunca.
©Richard Archer
7 comentarios:
creo que le encantará.
que dulce,si escribe tan bien ,que es genial .
nustra princesa de las letras.
con ellas escribe musica!!
Que mas decir de ella,,escribe como los angeles,,,leerla no cansa..es una delicia...
joo meggan,,tienes razòn...es como esa musica que escuchamos a veces..
Las de Ud. tambien don Foscardo..tela caballero ufff...tienes letra para todos...algun dia te pedire alguno especial...segurito lo sacaras todos..son excelentes...
A su merced Doña Kamelucha.
Besotes
Una carta escrita de puño y letra va en camino de convertirse en uno de los regalos más exclusivos e irrepetibles que puedan hacerse a una persona.
¿Qué puedo decirte Richard por tu cuento?, ¿qué puedo deciros a tí Meggan y a tí Kamelucha por vuestros comentarios?...
He tenido la sensación de que mi alma se ha abierto en canal, de que habéis descubierto todo lo que encierra mi ser, que me estoy mostrando desnuda ante vosotros.
Hoy no puedo llamarte Foscardo, he de llamarte Richard porque te siento tan cerca que es como si me estuvieras abrazando muy fuerte con tus letras.
A veces sobran las palabras, pero a través de este monitor no se pueden ver mis ojos para comprender lo que siento.
Decir gracias es bien poco... Sencillamente, ¡soy una privelegiada!. Y aunque estos tiempos modernos nos lo pongan dificíl, seguiré por siempre escribiendo de mi puño y letra.
Os siento cerca y os quiero, aunque haya gente que no lo comprenda.
Velvetina
PRECIOSO Y MUY APROPIADO para la querida VELVETINA, tendrías que publicar un libro de cuentos, si te decides yo quiero el mio.. dedicado por supuesto.
Gracias por estar.
TESORETE
Qué te dije yo de hacer un libro???que yo te hacía las ilustaciones,no??pues ponte manos a la obra...
Precioso cuento para Velvetina. Enhorabuena a los dos por las partes que os tocan, jeje.
Un besazo inmenso.
Begus
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