2. Jugando con el enemigo.
23 de Enero de 1991
Siempre se habla de los peligros de la OUIJA, que si demonios se esconden tras falsas entidades luminosas, que si fulanito mueve el testigo para chotearse de los demás… Muchas leyendas urbanas rondan alrededor del misterioso tablero. Siempre, en cualquier parte del mundo encuentras a alguien que le ha sucedido algo terrible “jugando” con el tablero de los demonios (valga la redundancia). Voy a hablar del tema OUIJA pero no hoy porque la verdadera historia que os voy a contar es mucho más impresionante que cualquier anécdota sobre el dichoso tablero lleno de letras y números.
Vamos a ver, cuando estudiaba Parapsicología, que eso se estudia aunque no en ninguna universidad sino en centros privados, hacíamos todo tipo de experimentos. Era la mejor forma de enfrentarse a un tema paranormal, en el caso de que nos encontrásemos uno que tan fácil no resulta (casos de histerismo y de “fantasmas” de carne y hueso sí que hay, y muchos) Éramos dos grupos de muy pocos alumnos por lo que el profesor (un supuestamente incrédulo en estos temas) tenía mucho más tiempo para dedicarlo a cada uno de nosotros y es más, a poder llevarnos allí donde se cocía algún fenómeno paranormal in situ. Como se dice vivimos “muchas aventuras”, desde visitas a pueblos malditos, abandonados y poblados por supuestas entidades; pasando por casas particulares con fenómenos Poltergeist de todo tipo de calibre y causados por la electrizada mente de algún que otro adolescente (o a veces no…). También experimentábamos en el propio centro cosa que con el tiempo lo convirtió en el principal pozo del infierno.
Por aquel entonces el centro contaba con dos profesores: uno muy esotérico, espiritista que a lo largo de su vida había sufrido varios accidentes y que debido a eso había visto el famoso “túnel” en diversas ocasiones. Para más inri este señor trabajaba en el departamento de policía por la mañana y de cazador de espíritus y demonios por la noche (si, como si fuese el personaje de una serie de televisión al más puro estilo Sobrenatural, Medium o Expediente X) El otro profesor era el mencionado un párrafo arriba, un tipo de aspecto algo despistado y bastante más escéptico que se inclinaba en la rama más psicológica de la Parapsicología, aquella que aboga acerca de que los fenómenos paranormales son producidos por la propia mente. Bueno así pensó un tiempo hasta que un día se le demostró lo contrario y un aire fantasmal llegado del más allá le derribó el castillo de naipes trastornándolo del todo…
Ahora no os penséis que aquel lugar era la encarnación de Hogwarts o el hogar de los Freeling (los sufridos protagonistas de Poltergeist) Aunque a veces algo de ello si había.
Un día se decidió hacer un experimento, “Mr Escéptico” quería tratar de abrir una puerta dimensional, vamos con el poder de la mente de los allí reunidos y creando una atmosfera concreta hacer una fisura en otra dimensión y ver qué clase de seres o personajes surgían de ese agujero invisible pero tangente. Nada como el que decide hacer nuevos amigo y se dedica a invocar demonios… Creo dos grupos, yo estuve en los dos ya que al tener cámara de video (en esa época no era muy común tener un cacharro de esos) podría filmar cualquier anomalía habida y por haber, supongo que para contrastarla más tarde o vete a saber con qué objetivo.
El primer grupo era de unas 8 personas, todas mujeres. La sala estaba ambientada con velas, incienso y con un casete que emitía una especie de mantras. “Mr Escéptico” había dibujado en una de las paredes un circulo de color rojo en donde los allí congregados centrarían su mirada y en donde supuestamente se abriría la puerta dimensional. Pues nada, allí estábamos, todos incluida una de las profesoras que tenía dotes de médium. Los alumnos se sentaron frente a la pared relajados con la mirada fija en el círculo rojo como si quisieran borrarlo con la mente. “Mr Escéptico" los iba guiando en su relajación poco a poco. De vez en cuando soltaba una especie de invocación, de esas para andar por casa, no os penséis que se puso a hablar en latín o lenguas extrañas… Supongo para sugestionar a los allí presentes. Yo filmaba con la cámara afianzada en el trípode, a veces a los allí congregados, otras veces al extraño círculo rojo. Yo esperaba ver algo espectacular como una diminuta luz en el centro del circulo para luego convertirse en algo más inmenso y que succionase a media clase o que en su defecto viésemos aparecer seres de otras dimensiones. Pero no. Si es cierto es que a lo largo de los minutos se fue creando en el aula un estado de pesadez, de ambiente denso y algo incomodo o molesto. Los congregados están también inquietos, seguían relajados pero no se sentían cómodos. Algo estaba sucediendo.
De repente una de las allí presentes, llamada Carmen, (este dato es muy importante o por lo menos interesante para lo que luego sobrevino) empieza a sentirse mal. Nota una presión en la boca del estómago. Dice que nota como algo o alguien le está empujando. Que quiere entrar en ella. “Mr Escéptico” me pide que deje la cámara filmando y que vaya a ayudarlo. Veo como el echa su corbata hacia la espalda, yo (que por entonces también usaba de esas horrendas de cuero o skay) no lo hago. Veo que él trata de hablar con Carmen, pero lo hace de una forma muy extraña. Está inclinado hacia ella evitando que las partes más sensibles de su cuerpo esté fuera del alcance de ella. Yo no. Carmen comienza a retorcerse en la silla. El ambiente en la sala se enrarece por momentos. “Mr Escéptico” le pregunta que le sucede. A Carmen le cuesta respirar, pero sólo durante un instante, después de ello su ritmo respiratorio cambia y se vuelve más brusco. Parece calmarse un poco, su postura no es normal, está como recelosa, aun de tener los ojos cerrados parece que nos mira con si en cualquier momento se dispusiera a saltar al cuello y atacarnos. Comienza a hablar, a veces es ella, otras veces su tono de voz se vuelve ronco, brusco amenazante. Dice ser un hombre, está muy enfadado, a veces solloza, ya que dice odia a todo la humanidad, dice que no quiere irse de ese cuerpo que quiere seguir haciendo cosas “foscas” (oscuras) y no piensa abandonarlo. Está rabioso. No nos reta a expulsarlo, sólo quiere que le dejemos en paz para vivir en su nuevo cuerpo. Los allí reunidos comenzamos a sentirnos preocupados. “Mr Escéptico” me pide por señas que le entregue una cruz, la cruz que llevaba en el cuello el día de mi comunión. Es curioso porque lo que habita en Carmen (que por cierto permanece en todo momento con los ojos cerrados) se percata de la presencia de la cruz (guardada dentro del puño de “Mr Escéptico”) y comienza a gritar, a insultarnos y a amenazarnos con hacerle y hacernos daño. El ambiente de la sala está tan apelmazado que incluso nos cuesta respirar y mucho menos reaccionar con rapidez. Observamos como una especie neblina muy fina alrededor nuestro, sospechamos que igual es producida por las velas o por el cumulo de incienso.
La profesora nos ayuda con Carmen. Presiente que si no le quitamos a ese supuesto ser de ella la cosa puede irse de madre. “Mr Escéptico” actúa. Nos pide que le ayudemos a sujetarla. A veces Carmen regresa y pide ayuda, dice que lo nota dentro del estómago, que es como un molesto hormigueo (yo ya me la imagino en plan Alien surgiéndole de su interior). Hay momentos que grita y la voz le cambia. No sólo hay lucha desde fuera, sino desde dentro. Carmen patalea mientras nota como esa energía trata de salir de ella ya que “Mr Escéptico” le está obligando a salir con más gritos y con ayuda de la cruz. Cuando se la acerca al pecho de ella las convulsiones son más acentuadas. Carmen va ganando protagonismo y nos va contando lo que siente. Dice que nota mucha ira y tristeza, llora desconsoladamente (luego nos explica que la ira y la pena eran sentimientos constantes mientras sentía ese ser dentro de ella) El ente tarda en salir. Lucha por no hacerlo. Carmen lo nota salir por la boca como un invisible y gomoso vómito oscuro que permanece en el aire como una grotesca y gigantesca mosca. Nos dice que aun está en la sala. Que lo nota. No está equivocada. Todos lo notamos. Llega el otro grupo. Carmen sale de la sala ayudada por algunas de sus compañeras. “Mr Escéptico” comenta por encima lo sucedido, pero evitando dar muchas pistas. Pide a los allí presentes que vamos a cerrar esa supuesta puerta y dejar zanjado el asunto. Los allí presentes se sienten raros con el ambiente de la sala. Es una atmosfera molesta, malsana, densa. De la sesión anterior sólo quedamos “Mr Escéptico”, la profesora y yo que sigo filmando con mi cámara. A los componentes de este nuevo grupo los conozco más. Son los compañeros con los que estudio además de amigos. Una de ellas llamada también Carmen es además como de la familia ya que su cuñada era muy amiga de mi madre.
Comienza la tarea de expulsar a la entidad y cerrar el portal. Hay malestar general. Es curioso, yo noto una presión en la cabeza. Me siento como un melón al que están tratando catar para ver si es comestible. No soy el único que lo nota. Hay mucha agitación alrededor. La Mediun nos dice que el ser oscuro de antes está tratando de buscar un nuevo cuerpo. Que nos protejamos. Carmen se asusta (ya que tiene facilidad para comunicarse con espíritus heredada por su madre) y se levanta de la silla. Está notando algo que no le gusta. Algo que está muy pero que muy enfadado con ganas de hacer mucho daño. La profesora la detiene en la puerta. La nota extraña. Está aterrada. “Mr Escéptico” y otra de las compañeras se acercan a ella. Le preguntan que le está pasando. Ella comienza a sollozar. En un tono muy familiar. Espeluznante. “Mr Escéptico” le dice que se proteja que no se deje dominar. Ella pregunta “¿Cómo?” de repente Carmen desaparece, ya no es ella. La agarran de los brazos entre 4 personas, los arrastra con mucha facilidad, esta como cabreada, muy cabreada. Como pueden la sientan en una silla de secretaría. Carmen está desbocada. Empuja, grita y patalea con todas sus fuerzas. Con mucha ira. Agarro la cámara. Trato de filmarla. “Mr Escéptico” toma mi cruz y se la acerca al rostro. Carmen pega un salto de órdago en la silla. Los que la agarran han de tirar con fuerza de ella. En cuanto ve la cruz comienza a gritarle y a escupirle con rabia. Gruñe de forma gutural, espantosa. Sólo dura unos segundos pero parecen una eternidad. Nada más recuperarse salimos todos corriendo del centro. Carmen nos cuenta que perdió el conocimiento en el mismo pasillo que algo le empujó por el estómago y que de repente vio todo como distorsionado, como si las paredes y todo lo que le rodeaba se convirtiese en crea derretida y se moviese como un barco en mitad de terrible una tormenta. Nos dice que no recuerda nada de lo de la cruz y que se extrañó verse sentada en la silla de secretaría. Nos vamos a un bar y nos tomamos una tila. Bueno una docena de ellas.
A la mañana siguiente me llama la profesora, me dice que si puedo bajar al centro que tiene miedo, las luces no van y nota cosas muy raras por todo el centro. Cuando bajo me encuentro que “Mr Creyente” está con ella. Lleva un cabreo morrocotudo. Me pide que le explique lo sucedido. Se lo cuento. Dice que ha notado una presencia muy negativa en el aula y que detrás de esta había otras que surgían del un circulo dibujado en la pared. Le explicamos que nos fuimos sin cerrar el supuesto “portal” y se caga en nuestros muertos, pero en especial en los muertos de “Mr Escéptico”. “Chapuzas” es lo más fino que suelta sobre su persona. Hace lo que debió hacerse (lo cierto que era muy divertido ver al policía invocando en plan Gandalf a diversos entes protectores para deshacer el entuerto) para devolver la normalidad a aquel centro. Bueno sólo en parte. Durante los días siguientes diversos fenómenos paranormales se sucedieron en cualquiera de sus salas. Desde movimiento de diversos objetos, aparatos que se ponían en marcha sin estar enchufados, pequeños incendios y apagones inesperados. La cinta de la posesión me la pidió Carmen. Se la entregué, la vimos un par de ocasiones más. Seguíamos estremeciéndonos con ella.
6 comentarios:
pos vaya mierda de centro esoterico. o sea, ni proteccion, ni sal en las puertas, ni leches, asi, a pelo
a ves si ahora estas poseso por mark twain, conan doyle y josephine baker (esta ultima por el tema adopcion y por las bananas...)
Ya te digo jajaja al final a cabo de unos meses lo cerraron. Nosotros comparabamos siempre a los profes como "Pepe Gotera y Otilio de las paraciencias".
Mare de Deu, Richard, peazo experiencia, que susto, jejeje... Oye, que acabo de leer que fue tu cumple, unos posts más atrás, así queeeeee:
FEEEEELIIIIIICIIIIIIDDAAAAAADEEEEEESSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!
Besitossssss
Leñe, se me ha vuelto a olvidar recordarte que soy ConHache, aish...
Más Besitos
¡Uf!, lo he leído y parece que yo estaba presente en ese grupo de amigos.
Decirte que me gusta el esoterismo desde la niñez, que tal vez sea herencia de mi abuela... Pero que decidí no ir más allá del lado oscuro, por decirlo de alguna manera. "Me asustan los sustos", y he tenido muchos.
Tal vez sea una cobarde, que me diera miedo enfrentarme sola a este tipo de situaciones... ¡Y es que es tan dificíl hablar con personas que "no lo comprendan"!.
Eso sí, sin yo buscarlo, mis amigos comenzaron a llamarme Brujy de forma cariñosa. Dicen que "les ayudo"... Y mi casa comezó a llenarse de figuras de brujitas.
Como se suele decir: "Haberlas Hailas", ¿no?.
Un beso muy fuerte
Decididamente ...ufff se lee y como que miro pa la puerta, esque soy muy gallina yo, pero si te puedo decir que una vez , estaba en una sala que formaba parte de la oficina donde trabajar, llego un amigo del jefe, y empezò a contar algo asi parecido que le habia pasado con su hija..yo no se si era la impresiòn o que era, pero me iva poniendo mala. palabra, era como si en realida sintiera que se yo...aun me acuerdo jajjaa...y debe ser que alguna cosa ..si que he pasado y no me agrada esas cosas uffff..mas bien lejitos..ljjjjjj
un abrazoo...
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