jueves, junio 19, 2008

Pulgas, piojos y garrapatas...

No hay nada que deteste más que aquellos parásitos que viven a consta de las ideas de los demás. Es curioso que hasta ahora no haya hablado de este tipo de personajes. Quizás porque no ha venido al cuento o porque no ha habido la ocasión propicia, aunque creo que ha sido para no darles el mayor protagonismo que se merezcan, en el caso de que se merezcan alguno. Si he sacado el tema no es porque ahora me encuentre en una encrucijada en la que alguien se haya aprovechado de alguna de mis ideas, que tenerlas las tengo y compartirlas me gusta compartirlas pero no que me las tomen de mis neuronas sin mi permiso y las manipulen a su antojo. Ante todo soy muy respetuoso con mi trabajo y con el de los demás, y de la misma forma admiro a quienes crean sus propias ideas y las aplican para beneficio de los demás (y ojo no para que los demás se beneficien de ellas). He sacado este tema a flote porque hoy en el blog de Mercedes Milá se ha abordado el tema sobre los pioneros, sobre aquellos hombres y mujeres que gracias a sus ideales han creado algo de la nada sin importarles apenas lo que hagan o digan sobre ellos.

Como ya le he contestado en su post: A mí también me gustan las personas que han partido de cero, los que se mojan, los que siguen un ideal hasta el final, aunque a veces no tengan claro el camino donde éste les va a llevar. Los admiro. Sobre todo a quienes caen varias veces en mitad del camino, pelándose las rodillas o las palmas de la mano, se levantan y prosiguen paso a paso con su lucha. ¿No creéis que una persona así merece el mayor de los respetos? ¿Qué no hay nada más noble con uno mismo que seguir los propios ideales, aunque los demás digan mil veces que te equivoques?

No hay nada peor que no intentar llevar un sueño a buen puerto. Nunca me han gustado las personas que no se mojan, aunque crean que su idea es la mejor del mundo. No poniéndola en práctica no demuestran prudencia, sino cobardía. Para mí los cobardes son aquellos que deciden cruzar el camino cuando otros ya lo han hecho. Sobre todo después de verter ríos de críticas y burlas hacia aquellos que han dado ese primer paso. No es de valientes recorrer lo que otros han cruzado con mucho riesgo para sacar provecho de ello.

No hay nada peor que aquellos que se apropian de las ideas de otros. No hay nada más rastrero e inmundo. No todo el mundo tiene la capacidad de ser tan creativo, eso es impepinable. Se puede ser nulo de ideas pero ser noble. Pero no ser nudo de ideas y ser una sanguijuela. Lamentablemente de eso existe mucho en el mundo laboral.

A ver crear algo nuevo es posible pero no fácil. El porcentaje debe rondar de uno entre un millón. Cabezas pensantes haberlas haylas, pero lamentablemente abundan más los piojos, pulgas o garrapatas.

Estos vampiros de ideas son verdaderos linces. Saben de quien y de que aprovecharse para tratar de sacar el mejor partido, normalmente aquellos que piensan pecan de cándidos, entusiastas que desean compartir su conocimiento, ojo, he dicho compartir no regalar. ¿Cuánta gente se encuentra en la cúspide sin habérselo merecido realmente? ¿Cuántos de ellos han pisoteado, apuñalado y vilipendiado para llegar a donde están? Mantenerse a flote no es fácil pero si saben rodearse de cabezas pensantes a las que robar ideas pueden asegurar su supervivencia hasta que se aburran siempre y cuando no llegue otra piojo garrapata y le empuje del pelaje. Mi madre decía: “Mejor ser listo que inteligente” creo que ese sería el mejor lema para definir a estos parásitos.

No es por echarme flores pero agradezco disponer de un cerebro que siempre está en las nubes. No me puedo quejar de ideas, no desecho ninguna, son regalos valiosos del éter y no se deben desperdiciar. A lo largo de mi carrera me he encontrado con numerosos cerebros secos, terrenos yermos donde una idea que cae es como si cayese un meteorito en la superficie de la luna. No niego que tuviesen otras habilidades para estar donde están pero os aseguro que la de crear ideas propias “nothing de nothing”. Hay dos clases de alimañas de este tipo. Unas son las que se apropian de tu idea y la hacen como suya (aprovechando tu propia estupidez y confianza) dejándote de lado en el proyecto (o igual haciéndote currar como el que más para luego llegar y sentar sus posaderas en el trono) y aquellos que entorpecen anulando proyectos o se apoderan de tus ideas y son tan imbéciles que no saben qué hacer con ellas, estropeándolas, deformándolas, anulándolas y convirtiéndolas en mierda molida entre sus manos. Es más son tan necios que no dejan que las lleves a puerto. Son como el perro del hortelano: “Ni comen ni dejan comer…”

Yo, como muchos otros he tenido mi propia ración de sanguijuelas, tanto en mi etapa radiofónica como televisiva, en prensa mucho menos aunque alguno que otro ya ha asomado alguna vez el hociquillo... Pero de todos los medios donde más ha sido parásitos es en televisión. Para ellos salir por la tele es como una droga. Darse a conocer, que les saluden por la calle, se echen a sus pies, darse importancia todo eso les embriaga. Hacen o que sea con tal de que se les vea, hasta meterse en la cama si es necesario. Lo más cutre y pasteloso cuando todo esto sucede cuando uno se encuentra trabajando para una televisión local. Por regla general un antro lleno de cables y cortocircuitos, donde apenas se cobra un duro y con una audiencia más paupérrima que la propia vida de un personaje de surgido de la mente de Víctor Hugo o Charles Dickens. Sí, no hay nada más triste y ruin que tratar de arrancarse los ojos o clavarse puñaladas traperas por ganar unos míseros cuatro duros. Si eso sucede en una tele o radio local no me imagino lo que puede suceder en cadenas privadas o estatales...

Yo no he sido nunca de tirar la toalla. No me rindo tan fácilmente. Lo que si he hecho es llegado el momento salir del circulo rocambolesco y vicioso de confusiones, dimes y diretes todo ese tipo de mandangas y dejar que las alimañas se acaben de matar entre ellas alimentándose de su propia carroña. No hay nada mejor alejarte de ellos y seguir echando mano a tu fuente de inspiración o de motivación, evitando para la próxima ocasión que otros husmeen en tus proyectos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo! He oído mucho acerca de esos mundillos de las televisiones/radios locales. Traiciones y guillotinazos a manos llenas, todo con tal de perpetuarse, de quitar al que le hace sombra. Supongo que está en el caracter propio de la especie, la supervivencia, cuando no hay inteligencia, algunos buscan otros recursos. Saludos bolero!