- ¿Por qué lloras?- Escuchó de repente, a su espalda. La voz que sonaba era potente, ronca pero sabia.
- ¿Quién ha dicho eso? - Preguntó levantándose con fuerza mientras agarraba el libro con fuerza entre sus manos.
- Soy yo el viejo y gran roble de la colina. Sé muy quien eres. Vienes a leer bajo mi copa tres veces por semana, a la misma hora y desde que tenías menos altura que la de un simple arbusto.
- Si... es eso cierto. ¿Realmente me estás hablando?- Preguntó con perplejidad.
- ¿Y tú qué crees? ¿Acaso no me estas escuchando?
Dudó. ¿Acaso no lo habrías hecho tú de estar en su situación? Sin soltar el libro comenzó a dar una vuelta alrededor del roble. Allí no había nadie, ningún niño del pueblo haciendo la típica broma para luego burlarse tras el sermón del domingo. Allí sólo se encontraba el césped, el viento que lo agitaba y alguna que otra mariposa agitando de manera torpe sus coloridas alas.
- Ja, ja, ja, ja... Es lógico que dudes. Según la lógica humana los árboles no podemos hablar. No te lo tengo en cuenta. Pero dime, ¿por qué lloras?
- Lloro por impotencia. Porque soy consciente de que cada día que pasa estoy envejeciendo y cada vez veo mucho menos y por ende no soy consciente que no voy a poder leer todos los libros que hubiera deseado. Hay tanto que leer y tan poco tiempo para ello...
Se hizo un silencio. El roble hizo susurrar con parsimonia su verde pelambrera como un perro al que han mojado y se sacude el agua de su pelaje.
- ¿Me estás diciendo que desearías tener todo el tiempo del mundo para leer todos y cada uno de los libros de este mundo?
- Si. Para mí seria uno de mis grandes sueños.
- ¡Hmmm!- musitó el roble. - Es un sueño muy bonito. Por cierto ¿sabes cuanta gente como tú se sienta sobre mis raíces para leer?
- Desde que puedo dar sombra y sosiego han sido muchísimos los seres humanos que se han dado cobijo bajo mis ramas para embarcarse en miles de historias, de todos los estilos, de todos los géneros. Son y han sido seres humanos de diversa edades, condiciones sociales e incluso ideales. ¿Sabes que bajo mi presencia he visto nacer a una docena de escritores, algunos poetas y un par o tres de ensayistas? Pero ellos no son los únicos. El viento y la lluvia me traen historias de sitios remotos, me las susurran con delicadeza aunque a veces me las han bramado con férrea fiereza. Los insectos que recorren mi corteza también me cuentan divertidos cuentos y los pájaros que se posan en mis ramas no cesan de contar historias sin cesar. Me gusta mucho cuando al atardecer los gorriones le cuentan cuentos a sus hijos mientras velan por ellos dentro de sus nidos. Son pequeños cuentos llenos de ternura y de mucha inocencia. Comprendo muy bien tu tristeza. Los humanos tenéis una vida demasiado corta como para acumular la suficiente información que enriquezca su alma. Y no todos vosotros aprovecháis ese poco de tiempo para llenarlo de experiencias, buenas o malas, útiles o desechables... Poca gente es consciente de ello como tú. Valoráis el tiempo y como nosotros los arboles hacemos con el agua aprovecháis hasta la última gota de sabiduría para saciar vuestra sed de conocimiento. Sois seres excepcionales. Creo que puedo hacer algo por ti...
- ¿Por mi?
-Sí. Puedo darte la oportunidad de poder ver y sentir lo mismo que yo siento, escuchar millones de historias, leerlas tras el hombro de quien se apoya sobre la corteza, escuchar al viento, al agua, a los insectos y a los pájaros... ¿Te gustaría experimentar todo eso?
- Si, si por favor dime qué debo hacer para conseguirlo.
- Te ofrezco formar parte de mí. Vivir en armonía conmigo, compartir juntos nuestros conocimientos mientras te protejo del inevitable paso del tiempo.
- ¿Qué debo hacer?
- Simplemente debes abrazarme... Abrazarme y dejarte llevar.
- ¿Sólo eso?
- Sólo eso.
- Entonces acepto.
- Entonces debes descalzarte, situarte frente a mí cerrar los ojos y rodearme con tus brazos. Yo haré el resto.
Se descalzó. Depositó el libro junto a los zapatos. Se situó frente al árbol. Respiró profundamente, dos o tres veces y abrazó la dura piel del roble.
Todo fue muy rápido, extraño pero en absoluto desagradable. Nada angustiante. Lo primero que sintió fue como sus manos se endurecían y se fusionaban a la perfección con la corteza. De repente una nueva sangre, ligeramente amarilla y viscosa comenzó a recorrer por sus venas. En unos segundos el resto de su cuerpo siguió a sus manos y un minuto más tarde comenzó a sentir la brisa del aire sobre la copa, el tintineante agitar de las hojas, la fuerza de las ramas y las diminutas formas de vida que poblaban su nuevo cuerpo. No sentía miedo alguno, todo lo contrario. Aquello no se trataba de nada desagradable. Todo lo contrario. Comenzó a asimilar millones de historias, a empaparse de ellas a disfrutar cada segundo con cada una de ellas. Pero eso era el principio. Millones de historias llegaron, algunas ya las conocía, otras eran completamente nuevas. Todas eran enriquecedoras y disfrutaba con cada una de ellas. Se sentía feliz. Muy feliz. Por la noche la luna les contaba cuentos para dormirse y el sol les despertaba con buenas nuevas de cualquier parte del mundo mientras los días se convirtieron en años y estos pasaban y se convirtieron en siglos.
Dedicado a Mercedes Milá. Una gran lectora y una gran amante de la naturaleza.
12 comentarios:
Me ha encantado...sencillo, tierno, precioso y sobre todo...personalizado. A ver si lo lee, estoy segura de que le encantará, sobre todo sabiendo que es exclusivo para ella y hecho desde el cariño más cariñoso, jeje.
Un besazo y mi mejor sonrisa para ti Richard.
BEGUS(como siempre, no me deja entrar con mi clave)
Muy bonito...ojalá lo lea y te conteste,ya sea en un sitio o en otro.
Que cualquiera no tiene un cuento dedicado...
Un saludo, que hace tiempo que no coincidimos.
Marta
Este cuento va más allá del texto que recreas.
Dicen que un cuento es bueno cuando puedes seguir viendo más y más cosas en él... Y en él yo me podría perder por recodos de mi memoria.
Mercedes se sentirá una privilegiada por tu regalo.
Recibe este abrazo fuerte, como si tú fueses el tronco de ese árbol.
Un beso
ostras que bonito
me ha gustado muchisimo!!!
UN BESAZO .
DE HORMIGA
Qué regalo más bonito, ¡un cuento! Mercedes se sentirá afortunada. Gracias como siempre por tus escritos, son preciosos.
Hanna1
Es un cuento hermoso, dedicado a alguièn que creo que de profesiòn TALENTO, se crece cada dia en sus Diario de...
A mi me gusta muchiiisimo y el cuento esta relatado con sencillez y clarida de alguien que entiendo no para de aprender, no para en superarse mas aya de....todo...
Muy bueno...esperemos le guste..sip...
un abrazo foscardo, espero la fiesta de Laura salga genial,
jo...snif, snif...yo quería ver un comentario de la Milá para Richard en este blog, HOYYYYYYYYYYYYY.
Dónde andará metida esta mujer para no entrar a leer ni a dejar unas palabritas a nuestro chico preferido después de este regalazo que le ha hecho????
Richard me encanta el último dibujo que acompaña el cuento...casi percibo el aroma de ese árbol y el frescor de su sombra. Acuarela y plumilla, no?? Lo que te he dicho esta mañana por messenger, voy a retomar mis pinceles...ya te iré diciendo.
Besukis
Begus
Que pena... yo también me lo esperaba Begus, ya sé que ella no se puede meter en todos los blogs que le piden, pero un cuento !!! es un cuento que le han dedicado...y encima y no es por alabar, de Richard. Ella se lo pierde, primero, porque no lo va a leer y es un cuento que transmite y eso a ella le gusta y segundo,que no va a poder disfrutar de cada una de las palabras que hay escritas en éste blog.
ADARA-68
Yo creo que si lo leerá. No os preocupéis.
No os estreséis! estoy segurísima de que lo va a leer y, además, le encantará.
¿Cómo ha ido el cumpleaños? Espero que genial, os lo merecéis!
¿Qué tal el gatito? yo quiero adoptar uno pequeñajo, pero aún no. Adopté a mi perro en la Arrebassada con 2 mesecitos y ahora está enorme, tiene 2 años!! Pero aún es un loco y estresaría al pobre gato y a mí!!! Esperaré a que se calme un poco y subiré a por uno.
Besos
Hanna1
Hola Foscardo:
Hacía unos días que no podía pararme por tu rincón, los estudios tienen eso de malo... Pero que manera de escribir, niño... Ains.. Me ha dado mucha penita la historia de Ñasis, pobrecito. Per me ha alegrado mucho en cambio la de Glondis, jeje, ese pedazo de luchador, que, todo sea dicho de paso, es muy guapo... Yo tengo una gatita, ya mayor pero es un cielo... La adoro. Y un "perrito" (pesa 25kg, demasiados como para llamarle "ito") que me tiene loca...
Bueno y me centro ya en este precioso cuento.. Me ha encantado, en serio, es precioso... Si te digo la verdad, yo siempre he creído que los árboles hablan, o al menos entienden. Otra cosa es que quieran dejarnos saberlo, jejeje...
Besitos
Nada, que la Milá no lo ha leido...
Ya le vale...una cosa es que en el bolo haga lo que le sale del bolo, pero aquí, ante un evento como este, hay que saber comportarse,eh???
Bueno, quizá lo lea "alguien" que le conozca y se lo transmita de alguna manera.
Besukis
Begus
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