domingo, mayo 27, 2007

De Guatemala a Guatepeor…

Hoy he hablado por teléfono con mi hermana, después lo he hecho con María. Con María he recibido más información ya que mi hermana se ha saltado varios momentos de la (breve) visita de mis sobrinos (son sorpresa). Ya he comentado que es su cumpleaños este martes. Los niños se han presentado en el hospital muy guarros, sobre todo la niña. No traían regalo (como tampoco lo hicieron el día de la madre o para Sant Jordi que es tradición en Catalunya regalar una rosa), pero si un par de sorpresas. La primera la visita sorpresa del capullo. Ella no se lo esperaba (por qué yo sí…) Ha entrado acompañado por una enfermera. Le ha deseado un buen día de cumpleaños y le ha dado un beso en la boca. Acto seguido se ha ido. No sé qué decir o pensar al respecto. Me he quedado en blanco. Creo que la enfermera ha fallado. Debería haber entrado ella en la habitación y haberle preguntado a mi hermana si quería que su marido entrase a verla. No lo ha hecho. Solo venía de guardaspaldas. Ignoro si este gesto hace bien a mi hermana. Lo dudo. Lo único que ha conseguido es desconcertarla. Él muy elegante y con muy buenas intenciones. Amable y cariñoso (aunque breve). Me ha dado la sensación que quería demostrar ante los que estaban en la habitación que él no tenía nada contra mi hermana y que yo era el máximo culpable de su situación. Lo que si ha conseguido es cabrearme, pero ya se me pasará. Por lo menos esta desafortunada sorpresa. Lo que viene a continuación lo supera con creces. Cuando se ha ido el capullo mi sobrina ha entrado de nuevo en la habitación con el puñetero papel que tanto insisten en que ella firme. Me ha comentado María que mi hermana se lo ha mirado. María le ha insistido en que no lo firmase. Mi hermana le ha dicho que era sobre empadronamiento de los niños. Entonces María me ha confirmado lo peor (mi hermana no me ha comentado nada episodio del papel cuando he hablado con ella) Me ha dicho que lo ¡ha firmado! Si la cosa estaba jodida ahora está mucho más que jodida, es la madre de todas las jodideces del mundo. No sabemos qué intenciones guarda ese papel. Es posible que sea para el tema de empadronar a los niños, o no. Puede que firmando el empadronamiento de a entender ante el juez que mi hermana consiente que su marido viva con los hijos por lo que si antes estaba lejos de conseguir su libertad ahora está a años luz. Eso sí, no ha incluido su número de residencia. Le han insistido, la niña y el padre cuando la niña, más feliz que una perdiz ha ido corriendo (y sin intenciones de despedirse de su madre, maría le ha obligado casi a que le diese un beso) para darle el papel a su padre. Al cabo de un rato ha vuelto. Insistiendo en que faltaba el numero de residencia. No se lo ha dado. Sólo el garabato. La he llamado. Y le he preguntado que había firmado. Ella me ha dicho que nada. Yo le he insistido que no me engañe que se que había firmado algo. Entonces me ha dicho que ha firmado un papel de empadronamiento. Después de un segundo de mala hostia en absoluto silencio he hablado con ella. Sin subir el tono de voz. Le he hablado con mucha tranquilidad. Le comentado lo mal que está la situación y de cómo esa firma la puede comprometer de por vida en todo el proceso. He quedado con verla mañana para hablar del tema. Me ha dicho que el martes la niña no estará que se marcha de colonias. Nos lo ha dejado a huevo para llevarnos al niño para dejarlo preparado para el EAIA para que comente el tema de los maltratos (que Dios, Alá, buda o quien sea nos oiga y nos den un poco de luz) También me ha dicho que los niños le han pedido regalos para su cumpleaños. Mi sobrina quiere un móvil (el domingo 3 es su cumpleaños) El niño le ha pedido una cámara digital. Yo he flipado. ¿Ellos piden regalos y no son capaces de traerle una rosa el día de Sant Jordi, ni un dibujo el día de la madre ni una puta mierda el día de su cumpleaños y encima se atreven a exigir que mi hermana le agasaje con dos regalos caros? Ahí sí que me he cabreado. Le he dicho que se olvide de ir a comprarle caprichitos a los niños. Conformarse con una visita a la semana de cinco minutos y en ocasiones sin que le expresen una muestra de cariño es injusto, desagradable y egoísta por parte de ellos. Encima tiene que aguantar que los niños le digan lo bueno que es su padre y las cosas chulas que le regalan. Mi sobrino venía hoy con un reproductor de MP3 en compensación por la paliza recibida el día que yo le visité. Le he dicho que a los niños no los va a ganar con regalos. La niña ha insistido que quiere el móvil recordándole que el domingo es su cumpleaños. Ahora son todo mimos y que buena eres mamá. Mañana cuando pase su onomástica y tengo lo que ella quiere que se vaya a la puta mierda. Por cierto el niño le ha dicho a ella que el martes no podrá venir a verla y celebrar con ella sus 43 años. Su padre no consiente que yo lo lleve al hospital. Lo que no se espera es que seremos nosotros quienes iremos a buscarlo.

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