sábado, junio 09, 2007

Catarsis

Estoy enfermo. Tengo una gripe de órdago. No es de las peores que he padecido en mi vida pero está me ha venido con un mensaje de advertencia: No puedo forzar la máquina. Es curioso pero esta gripe no produce mucha tos, ni moquera constante, sólo alguna vez y muy levemente. Yo la definiría como una gripe de cansancio, de congestión y abotargamiento. Estoy algo espeso. Bueno muy espeso. Los síntomas me aparecieron el mismo miércoles, día que hable con Paloma desde el coche. El mismo día que dejé a mi hermana, aun esperanzada pero preocupada por su hijo, sentada en una silla de ruedas en la salita del televisor, junto a un abuelo embelesado por los encantos de Patricia Gaztañaga. Fue después de darle un beso de despedida cuando me fui al coche y cuando me llamó Paloma para contarme las gilipolleces que le habían contado el EAIA cuando comencé a notar los síntomas. Al parecer la ira, la rabia y la impotencia hicieron mella en mi sistema inmunológico y dejaron entrar con alfombra roja a la puñetera gripe. Pero hete aquí y como ya he dicho al principio no ha llegado sola. Ésta ha venido con mensaje. Y yo he tardado bastante en darme cuenta de lo que me estaba diciendo. Por una vez voy a darles la razón al EAIA . Os anticipo, conseguí hablar con ellos y después de mucho insistir, En dicha conversación (que tuve el jueves por la tarde) me acusaron entre otras cosas de no saber escuchar y de no dejar hablar, vamos que me trataron como si fuese un histérico o un lerdo al que se le tienen que hablar en monosílabos, como cuando ellos hablan con mi cuñado. Pues bien la gripe estaba allí, hablándome también, pero yo, obcecado en mi indignación, no la escuchaba. Estoy seguro que si hubiese sido un discípulo del maestro Yoda éste me habría echado una bronca del copón bendito, hablando al revés como nos tiene acostumbrados. Pero no, el maestro Yoda no estaba allí y yo, con mi torpeza lo único que he hacía era abrir más las puertas al virus para que se adueñase de mi interior, vamos como cuando abren las veda en los grandes almacenes tipo Harrods en época de rebajas. Sobre el EAIA. Os comento. La responsable del estamento se sorprendió cuando le comenté que mi sobrino me había llamado para comunicarme (y desde el despacho de la directora del colegio) que lo había contado todo y le añadí que ahora el niño esperaba impaciente a que ellos le ayudasen, ya que mantenía en secreto su confidencia para evitar así que ni su padre, ni hermana, ni tías actuasen en su contra. Ella me preguntó que suponía que me había contado el niño. Yo le dije que el tema de los maltratos. Ella me dijo que no, que el niño después de una larga charla con el educador no les había contado nada. Es más me comentó que no habían hablado ni siquiera del tema maltratos porque de momento ¡no lo veían conveniente! (¿Será por el bien del padre?) Entonces le comenté que quizás mi sobrino me había engañado y me había mentido como un bellaco. Ella dio a entender que podía haber sido posible. El niño está en mitad de una batalla campal y quiere quedar bien con los dos lados. ¿Así que mejor que engañar a ambos lados?…No me lo creí. La asistenta del EAIA se molestó mucho porque Paloma me había comentado cosas, ella me dijo que se pensaba que ambas hablaban el mismo idioma y por lo visto no era así al comentarme alguna que otra confidencia, entre ellas las de nuestra incapacidad para ser padres. Esa misma tarde, en su despacho, Paloma me añadió otro detalle de esos estúpidos por parte del EAIA ya que al parecer había especulado con la idea de que como los niños no son mis hijos, tan solo mis sobrinos y se supone yo no podría tener el aguante que puede tener un padre para soportar los momentos más críticos de la infancia y pre adolescencia. Vamos, como si el cariño y la tolerancia se repartiesen en dosis decrecientes dependiendo el grado de proximidad consanguínea con el niño. O como si una persona que no tiene lazos sanguíneos no tiene capacidad de aguate para ser unos verdaderos padres. No sé qué opinión tendrán entonces todos los padres adoptivos del planeta… Absurdo. El EAIA interpreta que yo lo único que tengo es algo personal con mi cuñado (no se equivoca del todo) pero que utilizo a los niños como arma para hacer daño (cosa nada acertada por su parte) Yo le hice saber que velaba por el bien de los niños y sobre todo por los intereses de mi hermana, el EAIA me dijo que mi hermana no les importaba tanto insistiendo de nuevo que ellos lo único que les interesaban eran los niños. Yo les recordé que mi hermana era una enferma degenerativa y que necesitaba mucho de sus hijos y, que sin ser retrasada, ni loca, ni autista ella seguía teniendo la cabeza muy bien amueblada y que temía por la vida de sus hijos porque ella ya había sufrido las de Caín en manos de esa basura con patas que son mi cuñado y las hienas de su familia. El argumento del EAIA era que yo soy hostil y que no hago más que ponerle trabas a mi cuñado. Que el tipo se está esforzando mucho y que está muy dolido conmigo porque le he denunciado, que no le he ayudado y que le negué asilo en mi casa cuando me lo pidió bla, bla, bla y bla… Eso me dio a entender que a ellos les importa él, aunque aparentemente (pero que muy aparentemente) tienen en cuenta a la familia de mi hermana. Le pregunté si le parecía correcto que yo tuviese que ver a mis sobrinos de incognito en vez de poder verles en cualquier momento en la calle como hacen el resto de su parentela. Entonces me inquirió que yo había dejado de lado a mi sobrina. Vamos que la estaba marginando y que por eso la niña estaba dolida conmigo. Yo le volví a explicar que mi sobrina desde que se fueron de mi casa no quería ni verme, me despreciaba, me rehuía y rompía o arrojaba a la basura algún regalo (los lápices y la goma que yo le traje de Sevilla) por consejo de su padre o tías. Le comenté las veces que había ido con mi hermana al colegio y ésta se había molestado con la niña porque me hacía continuos feos o incluso las veces que yo no estaba cuando la niña se mofaba de mí y me humillaba en la habitación del hospital (María es testigo de ello). No sé porque pero en todo momento tuve la sensación de que el EAIA me veían como el malo de la película. Era una sensación muy clara, intensa. Soy yo quien ha metido a la justicia de por medio, quien aparentemente trata de meterle cizaña a los niños en contra de su padre y familia (ese tema fue un constante en la conversación aparte de ser un insolente e interrumpir y no hablar en todo momento) Me dio la sensación que después de tanto comerles la oreja por parte de los Munster estuviesen concienciados de que no me escuchasen que yo era el mal personificado o un loco peligroso al que había que mantener alejado. Ellos insisten en que velan por el bien de los niños, aunque a mí me da siempre la sensación de que velan más por los deseos del capullo. Que no hay maltratos, por lo menos ahora, aunque lo que suceda una vez ellos estén fuera del entorno de los niños sólo lo saben el capullo y su familia. Su decisión es firme, dejando al lado el pasado. La custodia es del padre. Él decide si los niños los podemos ver o no, así de claro. Puede negarse con todas las de ganar. Su familia, para más INRI, cuenta con todos los privilegios. Ellos si pueden disfrutar de los niños cuando quieran, incluso llevárselos de viaje, paseo o quedarse a dormir en su casa las veces que les dé la gana. Yo no. Para mi nada. Porque el padre no quiere, por mucho que los niños se lo pidan, o incluso el EAIA. Él determina, él es el amo y señor y él (con toda la rabia y prepotencia del mundo) no consiente que yo los vea porque ese es mi castigo y así lo será hasta que él lo decida. Y eso lo hace porque sabe que eso me hace mucho daño y lo utiliza con toda la saña del mundo. Eso sí, luego le llora al EAIA y le gusta ir de víctima. Como también lo hacen el resto de hermanas. Cinismo y despotismo en estado puro. El EAIA me sugirió (como para que me contentase y dejase de darles la vara por teléfono) que interesemos recuperar el contacto con los niños de forma habitual. Me sugirió marcar unas fechas en el calendario para organizar eventos en conjunto con los niños. El EAIA me dijo que tenían medio convencido al capullo (cosa que dudé) para que me dejasen los niños tres horas una vez a la semana pero acompañados de una asistente social (vamos como si el maltratador fuese yo y no su padre) para que el asistente controlase que yo no agobiara a los niños con preguntas impertinentes sobre si su padre los maltrata etc, etc, etc… Las visitas serian factible siempre que le apeteciese al padre (pasándose por el forro los deseos de los niños) y que en ellas estuviese la madre. Podríamos ir al cine (¿pagándole también la entrada a la asistente?) a merendar (ídem) a la playa (¿el bocata y la crema solar la tendría que poner yo?) pero puso en duda que pudiesen venir a mi casa simplemente de visita, como si yo los fuese a amarrar con cadenas y torturarlos con hierros candentes. Le comenté (sin estar convencido de sus buenas intenciones) que aquello estaba muy bien pero que si el padre se negaba ellos que iban a hacer. Me dijo que nada. Que no vendrían. Entonces le comenté que pensaba que el EAIA trataba de velar más por el bienestar de padre y no de los niños. No me dijo nada. Di a entender que o bien lo tomaba o lo dejaba. Yo le dije que esa idea de las visitas ya se la propuse hace tiempo pero que ellos se la pasaron por el forro de los pantalones (les comenté que les había pedido llevar a los niños al hospital a celebrar el cumpleaños de mi hermana y que no hicieron nada, al final fue mi hermana la que fue, de forma clandestina, al colegio a verlos y sin poder llevárselos de merienda ya que su tía venia a buscarlos) La asistente del EAIA me comentó que miraría proponerle a mi cuñado el tema vistas la semana que viene. No se, pero yo no me lo creí. Le dije que como el día 12 era mi cumpleaños (40 tacos) quería celebrar algo el sábado 16 y que estaría bien que los niños viniesen a casa y celebrábamos conjuntamente el cumpleaños de mi hermana, el de mi sobrina y el mío a la vez. El EAIA me dijo que se lo preguntaría a mi cuñado a ver qué tal le parecía la idea. Yo ya me conozco la respuesta… Le dije que si la interrumpía al hablar o le parecía que no la escuchaba era porque estaba encendido y porque no veía justo lo que estaba pasando. Ni yo, ni mi hermana con su miserable visita semanal de cinco minutos podíamos disfrutar de los niños y en cambio la familia Munster podía ir a buscarlos al cole, insultarlos, machacarlos, acojonarlos y comerles el coco en contra nuestra. Ellos me ponían vigilancia para que yo no inculcase a los niños nada en contra de su familia paterna pero ellos no hacían lo mismo para que su padre y sus tías nos pusieran a caldo malmetiéndoles contra nosotros.

Esa misma tarde mientras mi gripe me hablaba sin escucharla y me recordaba que estaba ahí con un fuerte dolor de garganta y malestar (y un poco de goteo nasal) fui a ver a Paloma. Me comentó que el EAIA era inútil para nosotros. Que mi cuñado si no metíamos el tema del divorcio de por medio podría hacer lo que quisiera con los críos. Sobre mi papel en todo esto la cosa estaba chunga. No tengo privilegios. Puedo incluso no poder ver más a los niños a no ser que el juez me otorgase la posibilidad de visitarlos, cosa que no está muy clara. Sin embargo y reincido otra vez la familia de él puede verlos y disfrutarlos cuanto les plazca. Injusto pero es así. En eso momento cuando moqueaba con más intensidad me di cuenta de la presencia de la gripe y que esta me decía que tenía que descansar, que debía de parar la máquina un momento y dedicarme un tiempo a mí, a recapacitar, a dejar el cuerpo en reposo y que expulsase toda la mierda que tenía acumulada. Paloma y yo hablamos de muchas más cosas, mucho eran planes sobre custodias (porque el divorcio es el camino para detener este caballo desbocado) y poner las cosas en su sitio. Eso si me advirtió que ya no habría libertad alguna para poder disfrutar de los niños (tampoco ahora la había) así que poco más se podía perder. Me acosté con escalofríos, me dolían los ojos, los huesos, los riñones. Tenía el cuerpo ardiendo. Esta mañana me encontraba mal. No he ido a trabajar. Me he pasado la mañana durmiendo (estaba agotado) y sudando. Mi cuerpo estaba haciendo catarsis. El resultado final habrá de esperar. Como la decisión del capullo o la toma de conciencia del EAIA sobre la injusticia que se está cometiendo dejándole esos niños en manos de un maltratador.

He hablado con mi hermana. Me ha preguntado si estaba todo perdido. No he sabido que contestarle. Me cuesta mucho decírselo, ir al hospital y mirarle a los ojos. Creo que mi sobrino piensa que soy un traidor. Ha hablado. Yo se que sí. Pero la ayuda y todo lo que yo le prometí no se ha cumplido. Lo mismo sucede con mi hermana. Me siento mal con ellos por dejarme llevar por el ímpetu y creer ver más allá de mi nariz depositando demasiada fe en los “Finales Felices”. Y eso me sucede por creerme muchas veces que soy un héroe cuando en realidad no soy nada más que un simple ser humano.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

En la actitud de la EAIA hay una cosa que no entiendo: tanto hablar y tanto hablar de los derechos de tu cuñado (pobrecito incomprendido), ¿qué pasa con los derechos de tu hermana? ¿ella no tiene ninguno en cuanto a poder decidir cómo, cuando y con quien pueden o no pueden ir al cine sus hijos, o celebrar una fiesta de cumpleaños? ¿se han parado a pensar en algún momento en ello? ¿ya saben que existe?

Puede que me haya perdido algún post, pero ¿...a ella le han entrevistado en algún momento, o le han preguntado su opinión los de la EAIA?

Quizas simplifico mucho la situación, pero me da la impresión de que, igual que hizo tu cuñado contigo, al conseguir hacerte dudar en un momento determinado de la cordura de tu hermana, se las ha/n arreglado para convencer a la EAIA de que los malos de la película sois vosotros. Tienen esa habilidad, ¡...qué le quieres hacer!

Pero también es posible que tu más que evidente animadversión hacia tu cuñado tampoco haya ayudado en la imagen que los de la EAIA se hayan forjado de ti.

Entiéndeme, para mi, la sinceridad visceral es uno de los principales valores de tu persona, y es algo que admiro, ya lo sabes. Pero a veces puede resultar brutal para el que ni te conoce ni está acostumbrado, y quizás en este caso no te haya ayudado.

Puede ser un buen momento - aprovechando la pausa de la gripe -, para reagrupar las tropas, reponer fuerzas y revisar el plan de acción.

Estamos contigo.

foscardo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
foscardo dijo...

ellos dicen que si, que la tienen en consideración porque entre otras cosas es la madre de los niños, pero es el padre es quien los tiene ahora a su cargo y es a él a quien han de ayudar. Vamos estos son de los que se piensan que los maltratadores se reforman con cuatro consejos del tipo no bebas, no fumes , no pegues, quiere a tus hijos y apa dos palmadas en al espalda y una pequeña ayuda social. Ellos siguen confiando en él y luchan por reeducarlo porque creen que es posible. La diferencia es que yo conozco a mi cuñado desde hace 22 años y ellos hace solo dos largos meses...Y se de que pie calza. Si hay un ser mas embustero en el universo ese seguro que es él y su familia a la zaga.
Por otro lado, si yo no metiese ruido no se en que estado estaría toda esta sitiación. Pero puedes estar seguro que mi hermana ya estaría bastante tiempo conviviendo con los restos de mi padres en el cementerio de montjuic.

Anónimo dijo...

Por otro lado, si yo no metiese ruido no se en que estado estaría toda esta sitiación.

De eso puedes estar seguro. Aún en el peor de los casos, por el simple hecho de que haya alguien empujando y preocupándose por mejorar la situación de los críos, ya hace que esa situación sea distinta que si no tuvieran a nadie.

Al menos, su padre siente la presión y se ve obligado a esmerarse en hacer las cosas un poco mejor (ni aunque sea por aparentar ante la EAIA).

Por eso, no te rindas, que todo ayuda. Por pequeño que parezca.