lunes, junio 18, 2007

Reencuentro

Hubo reencuentro. Fue el sábado. Todo funcionó mejor de lo que esperábamos y eso que la niña vino sólo con la intención de buscar su “dichoso” regalo. No obstante se comportó de forma muy correcta. Me dio varios abrazos y su hermano le echó en cara no haberle creído cuando le comentó que le regalaríamos el móvil. Su padre también creía que no recibiría nada. Es más había convencido a la niña que regresaría con las manos vacías. Por lo menos le gustó el regalo. Llegaron a las dos en punto de la tarde. Miguel los vio llegar con su padre cinco minutos antes pero él hasta que no fueron las dos no los dejó subir. Miguel les abrió la puerta. Entraron en casa como si nada, como cuando lo hacían cuando vivían con nosotros. El niño venía muy emocionado. La niña en apariencia también. Le dieron un beso a su madre y a Mila (una amiga de toda la vida que hace como de mamá nuestra) La niña estuvo un pelo a la defensiva al principio, siempre hablando de su padre y de las cosas que le regalaban. Yo eché mano de mi arma secreta: La Wii. La puse en marcha y les invité a encontrar sus Miis, el de su madre, de Mila, de Miguel o el mío y de otra gente que ellos conocían. La consola fue magia pura. Rompió el hielo como una lupa gigante apuntando al sol en pleno polo norte. Jugaron al Wii Sports un ratito, luego toco comer. Nos sentamos en la mesa repleta de picoteo (aceitunas, berberechos, ensaladas, croquetas etc etc… Los niños comieron bastante. La niña se sentó a mi lado y como si no hubiese sucedido nada. Comentó que su padre le había regalado una Nintendo DS Lite y que le gustaban los juegos de perritos. Me preguntó si tenía alguno para ella. Le di el que tenía. Estaban tan llenos de comida que no probaron apenas el Pollo a Last. Llegó el momento del pastel de cumpleaños. Habíamos comprado uno estupendo en Hipercor con varias velas (43 para mi hermana, 13 para la niña y 40 para mí) Cantamos tres veces Cumpleaños feliz (cuando llegó el turno a mis velas la niña cantó una versión funesta del popular himno por lo bajini, pero lo suficientemente alta para que Miguel y yo la escuchásemos. No le di importancia. Cuando faltaba menos de 20 minutos para marcharse la niña comenzó a pedir su regalo, algo insistente. Jugué un poso con ella preguntándole donde estaba el regalo de su madre y el mío. “No hay” me dijo. Y después de consultarlo a los demás miembros de la sala le dimos el Movil. Se marcharon después de que el padre insistiera llamando al interfono del portero automático. Se fueron contentos. El niño con más ganas de Wii, y de Spiderman 3 para Xbox 360 y Motorstorm de Playstation 3… Se fue sudando de lo lindo después de jugar al beisbol virtual. Quedamos en vernos de nuevo y ninguno de ellos dijo que no. A mi sobrina le dije que me haría mucha ilusión de que viniese a Normandía. La niña me miró un segundo a los ojos y luego bajó la mirada. En ocasiones pude verle los ojos humedecidos. Me da que la imagen que tenía tan negativa de su tío no era la que ella se esperaba y noté esa lucha interna que una vez Luke Skywalker sintió en su padre en El episodio VI…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro. Y mucho. una buena noticia hoy. Un abrazo

vtr

Anónimo dijo...

El amor rompe los corazones más duros

Un abrazo

Amparo dijo...

Oye rey, acabo de darme cuenta que no puedo acceder a los archivos antiguos. ¿Por qué has quitado el archivo de publicados?

foscardo dijo...

No lo he quitado!!!

Que raro!!!