viernes, mayo 25, 2007

Necesitamos un milagro.

Es desesperante, injusto, cruel. Te llena la sangre de rabia y de impotencia. La cosa no podía ir peor que nunca. Por eso os pido un milagro. Es una llamada desesperada. Una llamada para que el bien triunfe sobre el mal. Un petición de una madre enferma, maltratada, con pocas esperanzas de vida, de un hermano que lucha por verla feliz por devolverle a ella lo que más quiere sus hijos, atrapados en manos de un hijo de puta maltratador y de su familia que lo apoya y lo incita a la violencia. Acaba de llamarme Paloma la abogada de mi hermana. La cosa insisto está muy mal. El EAIA no ha dado resultados. Acaba de llamarme para decírmelo. Su informe es que como los niños no han hablado sobre maltratos se queda todo en el aire. Habían decidido enviar un informe al juez conforme los niños vivieran por siempre felices con su padre y sus tías ya que “el pobre hombre” luchaba por el bienestar de sus hijos y ¡que bastante mal ya lo había pasado con la enfermedad de su mujer y con los problemas económicos como para ahora sufrir el trauma de quitarle los niños! No he podido creer lo que escuchaba. Pero eso no es todo. Al parecer el capullo ha hecho una intensa campaña en mi contra en el EAIA, poniéndome de malo, de sinvergüenza, de aprovechado y de hijo de Satanás. Me ha dicho que las cuñadísimas se han dedicado a llamar día si y día también para ponerme a caldo tachándome de ser inmundo y malvado y poniéndome a parir ciento y un millón de veces. Vamos que soy peor que Bin Laden para los familiares de las víctimas del 11 S. Pero ojo, si os fijáis he dicho que iba a enviar y no han enviado. Al parecer la llamada de atención mía del pasado martes ha dado algo de resultado. Han cancelado (momentáneamente) el informe. Un informe que iba a ser definitivo para definir el futuro de esos niños. Al parecer el martes (precisamente el día del cumpleaños de mi hermana) por la tarde noche, antes de que el padre llegue a casa van a entrevistar de nuevo a los niños. Durante bastante rato. Esta vez no va a ser ni en el colegio ni en el mismo EAIA sino en casa de su padre, cosa que nos da mucho miedo. Nos han dicho que van a evitar que la Sargento y su hijo (actuales perros guardianes de los niños) estén presentes. Han decidido dar una última oportunidad a los niños. Sobre todo a mi sobrino. Si habla y cuanta lo de los maltratos actuaran en consecuencia, si el niño no lo hace entregaran el informe al juez y el capullo y su familia ganaran esta guerra. Ya no habrá mucho más que hacer. Tan sólo esperar que un día a mi cuñado se le vaya la mano y tras una tremenda paliza acabe con uno de los niños en el hospital, como ya hizo con mi hermana. O eso o también el silencio eterno (lleno de miedo , angustia y resentimiento) de dos inocentes cuyo futuro puede llegar a ser tan negro como la guarida más profunda de un topo. Ahora todo depende del niño. Un niño de diez años aterrorizado de las represalias de su padre. Que vive de decir mentiras para sobrevivir y así aun a duras penas consigue librarse de los golpes e insultos de su familia. Su valor puede hacer girar la balanza a nuestro favor, pero el miedo es superior a él. Por cierto esta tarde lo he vuelto a ver. En la calle. Yo entraba en el Parking de casa y el niño estaba jugando a la pelota sobre la entrada del mismo. Su padre estaba cerca. Le he llamado desde el coche y se ha quedado petrificado de terror. Me ha mirado y ha mirado a su padre. Creo que el capullo no me ha visto. Le he hecho un gesto al niño para que se tranquilizase y para que guardase silencio. Luego he levantado el pulgar. Al salir del Parking lo he vuelto a ver. Se había medio escondido para que su padre no le viera. Le he guiñado el ojo. He cruzado la calle y cuando estaba a una cierta distancia de seguridad (e invisibilidad) me he girado. El niño me seguía mirando, con la pelota en la mano. Le he saludado con la mano y él me ha contestado con el mismo gesto. Lo he visto más tranquilo. Satisfecho. Se ha marchado a jugar con la pelota y de vez en cuando miraba por si yo le veía. He sentido la tentación de acercarme de nuevo a el y abrazarlo y llenarle de besos. Pero no quería perjudicarle. Es muy duro que por culpa de un mierdas como mi cuñado no pueda acceder a mis sobrinos sin que ellos corran el riesgo de ser agredidos por ello. No es justo. No es nada justo. Y no os imagináis lo que duele en lo más profundo del alma. No se si es ira lo que he sentido pero no era nada bueno. Tampoco es nada bueno que un mal padre que les importa una mierda sus hijos no deje que su mujer pueda disfrutar de ellos. Que la castigue con una visitas estipuladas (de momento por él) de una vez a la semana con cinco escasos minutos. No puedo consentir que mi hermana pierda la esperanza. No puede ser nada bueno para ella. Estoy más que seguro.

Por eso quiero pediros un favor. Un regalo de cumpleaños a mi hermana, el mejor de los regalos de toda su vida. No me importa de qué religión seáis o si no creéis en nada. Pero necesitamos con urgencia un milagro. Lo pedimos con ansiedad y desespero. Por favor, ayudadnos, por aquello que más querías en este mundo. Ayudadnos. Rezad, implorar, poned una vela, corred la voz, que muchos otros se unan en estos escasos días a esta desesperada petición. Pedid con todas vuestras fuerzas dar luz a ese niño para que el martes por la tarde sea muy valiente y diga por fin toda la verdad. Pedid que consiga por fin la libertad para él y a su hermana. Rogad que las garras de su padre y su familia paterna se alejen de ellos. Os lo suplico, ayudadnos. Este niño es ahora nuestra única esperanza y tenemos que enviarle muchísima energía, muchísima fuerza. No importa desde donde sea. Será bien recibida. Estamos desesperados.

Gracias anticipadas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Petición recibida.Estate seguro de que lo haremos. Fuerza. Besos míos y de mi mujer.

vtr2

SisterBoy dijo...

Lo mismo digo :***