viernes, marzo 28, 2008

Adopción.

“Yo nunca adoptaría a un niño”, “Si no es de mi sangre no lo quiero.”, “Por mucho que lo quisiera nunca sería mío”, “Es que nunca lo consideraría mío”… Mamarrachadas como estas y otras tantas variantes he tenido que escuchar de boca, tanto de hombres como mujeres, desde mucho antes de hacerme cargo de mis sobrinos. Perdonadme pero siento muchísima indignación y pena cada vez que escucho una frase de semejantes características. Cuidado, defiendo a que cada uno haga con su vida lo que quiera, nadie está obligado a ejercer de padre por el simple hecho de tener una vida acomodada o no tener la posibilidad de tener hijos. Pero muchas veces pienso en la infinidad de niños que podrían vivir felices en el seno de una familia de adopción y por culpa de miedos e insensateces les resulta algo prácticamente imposible.

Por supuesto soy consciente que no todo el mundo está preparado para ser padre. Hay gente que la paternidad o la maternidad les produce verdaderas nauseas. He conocido a muchas personas, tanto hombres como mujeres, que son incapaces de sacrificar aspectos de su vida con tal de no tener que educar a un menos, o incluso sufrir los 9 meses de embarazo y sobre todo el “doloroso” (pero reconfortante) instante del parto.

¿Egoísmo o temor? Yo pienso que un poco de ambas cosas. Aunque en algunos casos ambas pueden ir separadas. Entremos un poco en detalle. Existen personas tan egoístas que sólo quieren acaparar el amor de su pareja para ellos mismos. En algunos de esos casos hay parejas en el que uno de los dos quiere ser padre o madre y el otro, con tal de no compartir el amor, o dejar de ser el centro de atención, hace lo imposible para evitar que otro ser, de su misma sangre u ajena, entre en su vida. También ocurre que ambos miembros de la pareja detesten ser padres (que de esos también conozco) vamos, tal para cual… En ambos casos son personas que con el paso de los años, cuando la vejez hace acto de presencia, comienzan lamentarse de la presencia de una hija o un hijo, de nietos o nietas... Son seres que sufren y se lamentan en esos momentos de una constante sensación de soledad, sobre todo si la pareja fallece primero. También hay personas que, debido a su egoísmo no quieren compartir su vida con nadie y mucho menos compartir aquellas ganancias o bienestares que han amasado en vida. Son la típica tía(o), prima(o) millonaria(o) que deja su fortuna a los gatos o a las Carmelitas Descalzas o a "Aduaneros sin Fronteras". Por regla general son seres incapaces de comprender o relacionarse con generaciones posteriores. De estos también conozco unos cuantos…

Sobre el temor a adoptar un niño… Hay gente que se siente incapaz de adoptar a un niño por simple hecho de tener que afrontarse un día con el reto de explicar que él no es su progenitor (a). Yo a eso le llamo cobardía. Los hay, sobre todo en el género masculino, que el simple hecho de reconocer su incapacidad de poder ser padres significa, ante un hijo adoptado, restarle puntos en el terreno de la virilidad. "El macho dominante no es tal". Si, lamentablemnete y aun a estas alturas hay hombres que valora más su capacidad sexual que su capacidad para poder educar o dar cariño a otro ser.
Por otro lado, todavía hay quien piensa que la adopción es algo exclusivo para quienes no pueden ser padres. Pienso que en el tema de adopción no debería haber límites. Ni de raza, ni de crencia ni de género. Un hijo es un hijo, sea de la sangre que sea. Dejarlo en la soledad de un orfanato es quitarle la posibilidad de darles una educación, unas raíces... Aquí no hay temor ni egoísmo que valga. Querer es poder y por supuesto la adopción debería estar por encima de cualquier absurdo sentimiento.


3 comentarios:

Djabliyo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Djabliyo dijo...

Se te olvida otra categoría:

la de aquellas personas que, de forma coherente y responsable, deciden no engendrar ni adoptar a alguien porque saben que no serían buenos padres/madres.

No te engañes; la paternidad/maternidad es algo que, ni todo el mundo puede ejercer de forma responsable, ni todo el mundo es capaz de disfrutar, ni todo el mundo echa en falta.

Y si no, que se lo digan a tu ex-cuñado.

Amparo dijo...

Recuerdo un artículo publicado hace un tiempo que exponía que el 50% de las pruebas de paternidad daban negativo. Entre éstos y los que adoptan (mi padre, mi tío... ) hay más hombres criando a hijos ajenos que propios. Otra cosa es ser buenos padres. La ley de los hijos dice que hasta los 10 años los padres son dioses. En la adolescencia tienen la culpa de todo y a partir de los 30 los hijos empiezan a entender el porqué de las cosas que sus padres hicieron por ellos :-))