Hace una semana. Dos días después de volver de Manchester cerré el primer círculo. Fue con el EAIA. La responsable (aquella que tanta cizaña había metido hacia mí) me llamó por teléfono mientras estaba de viaje. Quedé con ella ese mismo jueves día 6 por la tarde. Allí nos presentábamos, los niños y yo dispuestos a dar carpetazo final a un periodo de ineptitud y ayuda innecesaria por su parte. Fueron dos horas y media de charla sin reproches, ni criticas, sólo hubo teatro, mucho teatro. Por ambas partes. Parecíamos todos copias grotescas del “Gato de Chesire” (Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carrol, 1865) Con una sonrisa de lado a lado enseñando dientes (que es lo que más jode) Hablamos todos. De todo. En especial de la convivencia, del colegio, de la relación con el padre (los del EAIA siempre defendiéndolo, buscando excusas absurdas como para tratad de convencer a los niños de que su progenitor era un luchador y que los quería hasta la muerte, aunque en el fondo todos sabíamos que mejor los quería ver muertos…) Hablamos de las tías, de “La sargento de Hierro” de las llamadas anónimas (“Seguro que es porque vuestra tía se preocupa mucho por vosotros y desea con todas sus ganas veros y disfrutar de vuestra compañia...”) Yo no dije nada. Los niños tampoco. No hacía falta. Nadie les convenciera con una mentira del tamaño de 5 montes Everest apilados uno encima de otro. Nos despedimos. Todo muy “Happy de la Life”. Yo, en el fondo sabía porque el EAIA cerraba carpeta. Les había llegado mi denuncia del “Sindic de Greuges” y les corría prisa cerrar expediente a pesar de que les jodía haber perdido por completo todas las batallas y de largo, también, la madre de todas las guerras. Si, les dolía, se podía ver en sus miradas. Había mucho rencor a pesar de no dejar de sonreír como el "Gato de Chesire" en ningún sólo segundo.
Circulo dos: “La Sargento de Hierro”.
Después de la torturadora sesión de llamadas anónimas, después de dos quejas al abogado de mi ex cuñado (ahora, por fin, sin paréntesis entre la palabra ex) cesaron las llamadas. Ella por su cuenta sigue asegurando (inútilmente), jurando por si hijo que es lo más sagrado de su vida que no es ella la autora de las llamadas. Mi ex cuñado también. Pero qué casualidad que un día después de la llamada de atención las llamadas cesaron de golpe. No, si ya lo asegura el dicho popular: “Se pilla antes a un mentiroso (en este caso mentirosa) que a un cojo”.
Circulo tres: Guardia y custodia y divorcio.
4 comentarios:
¡¡¡ENHORABUENA!!!
Feliz día del padre!!!!!!!!!!
graciassssss
Muchísimas felicidades. A todos. ¡Por fin!
Publicar un comentario