Si, ya sé que hoy en día casarse no cuesta nada si quieres. Ojo que tampoco estamos deseando hacer una boda por todo lo alto con trajes caros, comilona y cualquier cosa típica que se le parezca. No nos llega para eso y lo vemos innecesario. Hemos decidido que si llega ese momento podemos hacer algo mucho más campechano. María, la madre de Sonia, una amiga de Miguel de toda la vida, nos ha invitado a utilizar su jardín para celebrar el evento. Hemos pensado en hacer una ceremonia intima, en la que todo el mundo participe por ejemplo llevando algo de comer tal como sucede en las "Potsluck" o fiestas caseras americanas.
Pero el principal problema que tenemos ahora y que por ello hemos aparcado un poco el tema de la boda (para resolver otras preferencias) es por culpa de un puñetero papel que he de solicitar en el consulado Británico y que el Gobierno Civil Español me piden para tirar adelante con la ceremonia. Es un papel que ha de ir traducido y que previamente debe colgarse de un panel en el mismo consulado durante 21 días, a la espera que alguien, durante esos días lo reclame debido a la supuesta existencia de otro matrimonio (cosa prácticamente imposible) que impida llevar a cabo el casamiento. Pues bien el puto papel cuesta 217 euros. No 60 ó 90 ni 25. Nada más y nada menos que 217 euros. Vamos ni que estuviese escrito en tinta de oro o adornado con piedras preciosas. A veces me resulta curioso que un simple papel pese tanto como una enorme piedra en el camino. De momento y a nuestro pesar el bodorrio puede esperar.
2 comentarios:
Jolinesssss!!! Yo k ya habia desempolvado (jiji) la pamela....
Tendrá k esperar.....
Kisses...
A este paso te la pones con un pareo y hacemos una boda hawaiana jiijji
Publicar un comentario