A veces tendría que morderme la lengua (y envenenarme con ella). No puedo evitarlo tengo la vena impulsiva. Desde que me embarqué en el tema familiar me he hecho varias promesas. Una de ellas: es no quejarme del dinero delante de mi hermana y de los niños. Pero hay ocasiones que no puedo evitarlo.
Hace un par de días en una de las visitas al hospital mi hermana, sentada frente a mí, me dijo en un tono leve, casi un susurro (como es habitual en enfermos de Parkinson): “¿Te estoy arruinando con mi divorcio y con mis hijos verdad?” Me dejó helado. Me sentí mal porque días atrás le comenté lo ajetreado que iba y lo apurado que íbamos en casa con el tema dinero.
Si algo malo tiene el Parkinson, aparte de lo jodido de la parte física de la enfermedad, es que quien la padece, sea en el grado que sea, es consciente de todo lo que pasa a su alrededor. Yo a menudo veo a mi hermana (o la simbolizo) como un cerebro sano encerrado en el cuerpo de una momia antigua. Es como esos cuentos fantásticos donde una bruja malvada y anciana engatusa con sus malas artes a la princesa de turno y suple su identidad aprisionando a la damisela en un cuerpo viejo y corrupto.
A su pregunta y tratando de quitarle importancia contesté: “No te preocupes. Ya saldré de ésta.” Si bien en ese momento capté que ella se quedaba tranquila días después, mientras estaba en el banco tratando de arreglar las cuentas recibo una llamada. Era ella desde el teléfono del hospital. “Richard, si tienes problemas económicos por favor no abandones a mis hijos.” Mi primera reacción fue sentirme molesto. ¿A santo de qué iba ella a pensar que yo iba a abandonar a los niños? “Qué cosas dices Carol, ¿me ves capaz a mí de hacer eso?” Ella contestó: “No, pero es que anoche soñé que venía “La Sargento de Hierro” a tu casa para llevárselos.” La trate de calmarla o por lo menos convencerle de que eso no podía ser posible a no ser que: primero los niños quisieran ir a vivir con su tía o alguna otra tía de parte paterna. Segundo: que cualquiera de sus familiares los reclamase por vía judicial. No olvidaba que yo estaba preocupado. Y con razón.
La otra cara de la moneda fue que el ultimo día que la visité me comenzó a refrescar la memoria con acontecimientos de diversa índole de nuestra niñez y también de la niñez de sus hijos. Su hija sobre todo. A veces tengo la sensación que les cuesta creer que mi hermana y yo fuimos niños o preadolescentes como ellos y hacíamos todo tipo de burradas ya fuesen de corte positivo como negativo. Es curioso cómo funciona el cerebro. Es una máquina que me fascina. El suyo pese a tener una parte rota aun es capaz de sacar a la luz acontecimientos que yo había olvidado y que nada más reactivarlos aparecían en mi mente, poco a poco, como diminutas barcas iluminando la lejanía.
5 comentarios:
Amigo ,claro que no puedes evitar quejarte , es muy humano eso, no puedes guardarte todo dentro.
No me puedo imaginar lo que tu hermana estè pasando ,de verte a ti ocupandote de todo, como mujer puedo imaginarlo, pero su sufrimiento al verse enferma, claro que te tiene que pedir por sus hijos ,como no, y ademas estoy segurisima de que asi lo haràs ,por duro que sea.
A veces si sentimos tanto amor por alguien de la familia......podemos llegar a dar tanto, que casi casi
quedamos en nada. pero como es de corazòn, uno se siente lleno,tranquilo y no importa aquello que dimos de corazòn.Aunque a veces pensemos que no tenemos màs fuerza.
un abrazo.
La fuerza es una cosa curiosa. Cuando a veces piensas que no te queda es como si de repente se abriera un compartimento secreto y apareciese una nueva dosis más.
Lucho porque es necesario luchar y porque me hubiera gustado que si yo me hubiese encontrado en una situación semejante a la de mis sobrinos alguien hubiera hecho algo también por mí. Sentirse desamparado debe ser peor que la propia muerte.
hola otra vez... estoy con un pie en el estribo del avion, mejor dicho, con una rueda
me voy a bruselas 3 semanas... ya os contare como va todo por alli
besos
Que disfrutes mucho. ¡Ah come muchos mejillones que son el plato nacional por autonomasia!
Hola Foscardo , me llamo Mamen y vivo al otro lado del pk como tú . Desde que estoy en este mundo , varias veces he entrado en tu blog .
Al igual que yo , no vives el pk en primera persona , pero sufres sus terribles consecuencias .
Déjame felicitarte por tu gran humanidad , y por tu gran fuerza de voluntad . No todo el mundo es capaz de hacer lo que haces tú .
Que nunca te falten las fuerzas , y sepas que en este mundo no estás solo .
Un abrazo y encantada de haberte conocido .
Mamen
Publicar un comentario