lunes, abril 21, 2008

Redención. Episodio 7.

19. Escondiendo la cabeza.

Pienso que ese día él ya se dio por vencido. Otro se lo hubiera tomado la anécdota a guasa o habría esperado al amanecer para reactivar lo que Morfeo no había consentido bajo ninguna excusa. Por lo menos esa era mi intención nada más abrir los ojos. Pero cuando desperté él no estaba en su cama sino en una de sus largas sesiones de ducha. Me desperecé y me acerqué a la puerta. La había cerrado. Piqué y le pregunté si podía pasar. Me soltó un gruñido de los suyos. Yo, pese a las legañas y al aturdimiento, en esos momentos estaba como una moto. Si me hubiesen dejado habría arrancado la puerta del baño de cuajo y me le hubiera dado un buen meneo. Si, un buen meneo eso era lo que nos hacía falta. Habría puesto las cosas en su sitio de una vez por todas. Yo hacía como 10 días que no había sentido las ganas y en esos momentos lo necesitaba como el cafeinómano una buena dosis de café. Y si él estaba disfrutando bajo la ducha porque no iba yo a ser menos. Pero como tardaba una eternidad no podía esperar. Así que me recosté en la cama y rematé la faena. El resultado final… “¿Oye Richard qué te has hecho que te veo como con diez años menos?” Me preguntó Satur nada más verme aparecer por el Hall del hotel. Yo sonreí picaronamente mientras mi compañero nos miraba en la distancia como sorprendido y a su vez molesto. Parece ser que había captado el mensaje no había aceptaba muy bien que yo hubiese derrochado energías con algún otro (mi mano) y no con él. Es curioso que a partir de entonces no parara en todo momento de sugerirme que me cambiase de habitación, que me fuese con Damián ya que él siempre tenía sitio libre para otra persona. Yo entonces le sugería que si no quería que estuviese yo con él que hiciera las maletas y abandonase el mismo la habitación. Eso si le recordaba que Damián prefería compartir cama con personas del sexo opuesto. Por fin se había terminado época de conflicto. ¡La guerra había comenzado!


20. Jugar con fuego.

Cuando hay sentimientos y el amor comienza a transformarse en odio si uno quiere, se puede hacer mucho pero mucho daño. Para muestras de ello echad un vistazo o leeros “La Guerra de los Rose” dirigida por Danny DeVito en 1989 o escrita por Warren Adler en 1981.

Elementos para joder la marrana a quien tú quieres (pero en esos momentos odias) los puedes encontrar con mucha facilidad en cualquier parte, aunque te encuentres en una isla tan necesitada como la de Cuba. Como era ilegal jugar con armas de fuego o con armas blancas (las cárceles de Fidel Castro nunca han sido precisamente unos hotelitos con todo lujo de comodidades que se diga) lo mejor era utilizar armas que fuesen igualmente contundentes pero que además hiriesen allí donde más daño podían ocasionar como son los sentimientos o en este caso el alma. Para ello no hay nada mejor que tomar lo que más cerca tengas a mano y si es para el juego de la ambigüedad sexual y la humillación (¿Mariquita yo? Mariquita tú que te habías pensado…) nada mejor que alguien del sexo contrario. Y allí estaba Rosa y en ocasiones Merche para ser utilizadas como auténticos “Sparrings” humanos.

(Continuará…)


6 comentarios:

Anónimo dijo...

En los dias sucesivos ¿no tomaste el te con pastas con "LA SEÑORA INOCENCIA", verdad?.
Por el tono que va adquiriendo la narracion, mas bien parece que el picahielos debajo de la cama nos esperaaaaaaaaaaa!!!!!

foscardo dijo...

Jajaja bueno me esta costando mucho tratar de explicar lo que pasó la ultima noche en Cayo Largo. No la recuerdo como la más agradable de mi vida precisamente. Fue entre triste patética y desagradable. Acabé muy mal al dia siguiente, agotado, sin fuerzas, triste y defraudado. Pero no quiero adelantar acontecimientos.
Por cierto aun tengo pendiente el ultimo capitulo de mis aventuras en Los Angeles y dos (o tres) entregas más de Redención que ya estan terminadas y esperando lanzarlas a la red.

Y yo pensando que no os interesaría para nada la historia de mi pasado...

Ya os digo esta historia era algo que tenia pendiente de contar desde hace mucho tiempo. Habia gente que la conocía pero solo de oidas y no con detalle. Me he dejado cosas porque no quiero dar la brasa con demasiado detalle. Incluso tengo muchas horas de viaje filmadas y podría hacer un montaje con los pequeños momentos más emblemáticos y subirlos a youtube y de paso colgarlos al blog. Y me lo pensaré.

En todo caso amenazo con sacar nuevos fantasmas de los armarios. Tengo una historia personal de dos años antes de esta que me muero de ganas de contar. Es un viaje por Italia con la arpía de la prima de mi madre, puro cine clasico italiano. Suerte que apunté muchos detalles del viaje y puedo recuperarlos para crear la historia.

Otra cosa. Me han comentado varias cosas sobre la foto donde aparece él. No la he censurado. No veo necesidad. Lo que se narra es cierto si, intimo también pero hasta cierta medida no veo noecesario ocultar su rostro. Por un lado estaría bien que el descubriera este blog, lo leyera y se diese cuenta de lo que pasó, mi punto de vista, un punto de vista que se me negó a escuchar pero no quiero adelantar acontecimientos.
Necesitaba contarlo. Lo veía necesario y punto.

Si un dia lo lee y quier aclarar cosas ya sabe donde encontrarme. Es un encuentro que hace mucho que espero.

Anónimo dijo...

Hola Foscardo, soy soydemar como siempre me tienes intrigada con el desenlace de tu historia. No me canso de repetir que me encanta como escribes.

Buscaré un hueco esta semana de locos para leerte, no sabes como me identifico con los "Sparrings" humanos jajaja.

Besazos.

foscardo dijo...

Lo peor es entrar en el juego de lo celos. Quizás una de las cosas que aprendí de esta historia es que no se puede jugar con los sentimientos de las personas para beneficio propio. Los celos darlos o provocarlos no es el mejor camino para conseguir una relación.
otra cosa que aprendí es que las historias de amor son igual de buenas si acaban bien o si acaban mal lo importante es que sean reales.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que a la hora de terminar una relación cuando la decisión es unilateral, no existe una forma buena de hacerlo. Yo he sido la que he dejado y aún pesa como una losa en mi conciencia y eso que ya he rehecho mi vida y que ya han pasado 9 años.
Será que me complico demasiado la vida?

Bicos,
Soydemar

foscardo dijo...

Las relaciones cuando finalizan poco se puede hacer por salvarlas.
En este caso las cosas quedaron en tablas. No adelanto nada pero si os comento que a mi me dejó un buen interrogante que me duró muchos años. Por lo menos cuando una historia se da por acabada lo mejor es dejarlo todo bien explicado.

Y no, no te complicas la vida. La vida a vece es asi de compleja. O nos la comolicamos entre todos.