Positivismo de cartón piedra.

Teníamos una amiga (digo teníamos porque un día decidió desaparecer y cortar con todo dios porque su ficus, su gurú o vete a saber quién puñetas se lo había dicho) que cuando te veía te exigía ser feliz las 24 horas del día o por lo menos verlo todo desde la perspectiva del positivismo y el buen rollito. Vamos aunque cayese un meteorito de 36437 toneladas sobre tu casa y convirtiera en papilla a toda tu familia tenías que tomarte las cosas con completo optimismo. Su filosofía era tan “Happy de la life” que rozaba el repelús. Así, como lo oís. Ahora que no me lee… Yo siempre pensé que una mañana se dio un golpe con la cisterna del WC y el cerebro, con todos sus componentes, se le movieron unos cuantos grados. Sino no se entiende esa actitud.

Pienso que tomarse la vida con una absoluta felicidad no es bueno. Aunque suene de buenas a primeras a extraño. El positivismo en exceso repercute en la salud mental. Para eso se inventaron los sentimientos ¿no? para poder vestirnos con ellos en cualquier instante. Tanto los buenos como los no tan buenos. A ver, a veces puedes explicar cosas trágicas como cómicas desde varios puntos de vista, no lo niego. Incluso es un buen ejercicio reírte de tus desgracias y llorar con tus alegrías. A veces con ello, sobre todo en el caso de las desgracias, hasta pierden fuerza o incluso importancia. Por sólo por un instante. ¿Pero qué sucede cuando te tachan de nefasto porque tratas de explicar una tragedia con sus pelos y sus señales? ¿Es que alguien se ve capaz de contar el extermino por parte de los nazis de tantos millones de personas de forma optimista y alegre? ¿Y el 11 S? ¿El 11 M? ¿Los miles de desaparecidos en Chile y Argentina? ¿La tragedia del pueblo Kurdo? ¿Los maltratos? ¿Un cáncer? ¿El SIDA? ¿Una violación?

Me acuerdo la última vez que la vi. Vino a casa por sorpresa. Como hacía tiempo que no la veía le puse al día de mi situación familiar. Como sabéis no es para sacarse el sombrero y ponerse a bailar como Gene Kelly o Fred Astaire. Recuerdo que ella me miró como si me hubiese tirado mil pedos apestosos y comentó a otro de los invitados: “¿Ves lo que te decía? Que negativo qué es…”

Resulta curioso que siempre suelen opinar de forma tan atolondrada aquellos que viven mejor y la vida no les ha dado ni un puto problema. Si, también es muy fácil tirar la manta a la espalda, cortar con aquellos que formaron parte de tu pasado y marcharse a recorrer el mundo y vivir mil y una experiencias chupiguyas en casa de amigos de amigos cuando tu vida es una balsa de aceite y cuando sabes que cuando se empiecen a poner mal las cosas con sólo una llamadita de teléfono dipones de un billete de vuelta a casita con papi y mami. Que suerte pienso yo. Ojala a muchos de nosotros nos fuera la vida así de sencilla. Así me apuntaba yo también al puto positivismo.