Donde nacen los sueños...

En un mundo donde nacen los sueños mi hermana está completamente sana y juega con sus hijos. Viven juntos, los cuida y protege, sobre todo cuando se resfrían o no pueden dormir. En el mundo donde nacen los sueños mi hermana se queda velando por ellos, los arropa y les cuenta cuentos a la tenue luz de una lamparita. En el mundo donde nacen los sueños mi hermana disfruta contemplando a sus hijos dormir mientras permanece sentada al borde de la cama y les arropa y les acaricia el cabello. En el mundo donde nacen los sueños mi hermana lleva a sus hijos al colegio y a veces los recoge y se los lleva de paseo por la playa donde meriendan y juegan en la arena felices hasta que el sol desaparece por el horizonte.

En un mundo donde nacen los sueños mis padres están aún vivos y disfrutan como nunca de sus nietos. Van a verlos a casa de mi hermana, casi todos los días, y se los llevan de compras o al cine o merendar o al futbol... En el mundo donde nacen los sueños mis sobrinos les regalan miles de dibujos. La niña confecciona pulseras de colores para mi madre, cientos de ellas, ésta las guarda en una cajita de madera como si fuese un preciado tesoro. En el mundo donde nacen los sueños mi madre le enseña ganchillo y punto a mi sobrina. Ambas se lo pasan en grande sentadas frente a la ventana del salón, impregnadas de los rayos del sol, con Barcelona a sus pies. En el mundo donde nacen los sueños ambas charlan y se ríen todo el rato. Juntas.

En el mundo donde nacen los sueños nunca hubo maltrato alguno. No existió. Jamás. Ni para ellos ni para ningún otro niños, ni siquiera para los adultos. En el mundo donde nacen los sueños ningún niño ha muerto en una guerra, ni de sed ni de hambre, ni de ninguna enfermedad y viven felices junto a los suyos... En el mundo donde nacen los sueños no existe la injusticia, ni el dolor, ni la impotencia. Para nadie...

Como me gusta imaginar ese mundo aunque no sea absolutamente cierto.