viernes, mayo 30, 2008

¡Feliz Cumpleaños Caroline!

Un 29 de mayo de 1964, o sea hace 44 años, nació, en la Clínica de las Colonias Extranjeras de Barcelona, Caroline Susan Archer, mi hermana. Fue una niña muy querida y desea por los que tres años más tarde serían mis padres. Mi madre había sufrido dos abortos antes de su llegada, uno de ellos era un niño, lo supimos porque mi padre nos dijo que tuvo que recoger el feto, de cuatro meses de gestación, del suelo ensangrentado del cuarto de baño del piso situado en la Calle General Sanjurjo (ahora Pi Margall) 114 7º 4ª una dirección que mi madre nos hizo aprender a mi hermana y a mi desde que comenzamos casi a balbucear.

Sí, mi hermana fue una niña muy deseada, no os lo podéis imaginar.

Tanto mi hermana como yo mismo tuvimos una vida muy feliz. Cosa que aprecio y valoro y tomo como ejemplo ahora que he formado una familia. Nunca hemos sido de muchas tradiciones, las justas. Nunca hemos celebrado los santos (qué puñetera culpa tengo yo de llamarme como un santo…) no esa no era una fiesta a tener en muy cuenta en mi familia. Nunca la hemos celebrado. Ni ganas la verdad… Curiosamente descubrí mi onomástica (7 de febrero) cuando contaba 11 años. Regresando del colegio una mañana se me acercan un par de tipos de aspecto sospechoso y algo andrajosos. Uno de ellos me pregunta si me llamo Ricardo (odio que traduzcan mi nombre, no sabéis cuanto) el tipo quería darme la mano de forma eufórica. Al parecer había escuchado mi nombre de boca de mis amigos que me acompañaban. Yo negué como San Pedro de mi nombre (la verdad es que no suelo responder cuando me llaman Ricardo) y traté de huir despavorido. El tío viendo que estaba asustado me dijo que él se llamaba como yo y que ese día era mi santo. Nunca lo olvidaré. Por un momento pensé que los dos tipejos me querían secuestrar… Otras fiestas que tampoco hemos celebrado han sido la del roscón de reyes o la Palma (aunque en nuestra infancia hubo varias intentonas sin éxito, bueno mi hermana nos cansamos de tener que ir a la iglesia a que el cura del barrio. Un tipo seco, grimoso y muy antipático lanzase (y alcanzase) con unas gotas de agua bendita alguna de las hojas de la palma de mi hermana (de esas con caramelos superazucarados horrendo en forma de angelitos y cruces) o el extremo de la punta de mi palmón para ser luego colgado de la barandilla del balcón durante un año o hasta que se cayese las nueve plantas de altura y partiese la crisma de algún desafortunado transeúnte (o bebe durmiendo plácidamente dentro de su cochecito…

En casa sólo celebrábamos los Reyes Magos (y eso que mi padre había celebrado toda su vida Santa Claus en su tierra) y los cumpleaños. Cada año, sin descanso. No recuerdo todos y cada uno de nuestros cumpleaños con detalle pero si recuerdo haberlos celebrado con muchos amigos, casi todos vecinos o compañeros del colegio. Como entre el cumpleaños de mi hermana y el mío sólo había unos 15 días de diferencia a veces los celebrábamos juntos. No me gustaba cuando ocurría, pero al ser el más joven de la casa jugaba con desventaja por lo que tenía que conformarme. Por supueto había regalos en ambos casos. Nos gustaba mucho recibir regalos y a quien no le guste es que es un idiota perdido. Mi hermana solía recibir regalos como bombones, muñecas de trapo, odiosos costureros con horrendos estampados multicolor; diarios que se quedaban siempre en blanco y álbumes para colocar fotos... Mi hermana agasajaba a sus invitadas, la mayoría una colección de niñas repipis y nauseabundamnete envidiosas, con divertidos collares de macarrones (o pistones) que en menos de lo que cantaba un gallo acababan desparramados por el suelo de la escalera o el de nuestra casa.

De más mayores celebrábamos fiestas con música y bailes. Eran muy divertidas. Como disfrutábamos de una buena discoteca en casa (gracias a la celebrada melomanía de mis padres) había temas para bailar hasta el agotamiento. Mi hermana ya no regalaba collares de macarrones pero mi madre, a cambio organizaba unos muy buenos ágapes. Ya por aquel entonces venían más amigos míos que de mi hermana ya que ella, con el paso del tiempo, no fue muy habilidosa en conseguir amistades o relacionarse. Vamos un calco de lo que le sucede actualmente a mi sobrina…

Cuando organizábamos un cumpleaños nos pasábamos un par o tres de semanas antes planeándolo, en su habitación, hacíamos cientos de listas en libretas milimetradas o en folios que guardábamos en carpetas especiales para ese evento. Mirabamos con precisión todos los detalles, sobre todo para que los invitados se lo pasasen muy bien y fuese en definitiva un día especial. Seleccionábamos entre ambos la música, su orden, lo que íbamos a comer, beber, como íbamos a decorar la casa y si íbamos a realizar alguna actuación durante el transcurso de la fiesta. Al principio los pasteles eran decisión exclusiva de mi madre. Los encargaba en la pastelería del barrio. Eran los típicos pasteles de cumpleaños, de chocolate o mermelada de sabor indefinido (de aquellos que a algunos les sabía a mermelada de naranja, otros a melotón, otros a plátano y otros a algo superempalagoso mezcla de bacón rancio y coliflor… Eran pasteles mantecosos, de una densidas como la de las esponjas de espuma y con una capa de almendra picada alrededor. Todos ellos con un “Feliz Cumpleaños” escrito con chocolate o nata insípida. Para mi padre eran “Pasteles Ardientes” ya que por la noche tenía que recurrir urgentemente a tomar grandes dosis de ENO (Sal de frutas) para no perecer por acidéz estomacál. Con el tiempo mi madre le dio por preparar ella misma los pasteles a base de bizcocho de limón, embadurnado de toneladas de Nocilla. No eran “Pasteles Ardientes” pero si “Pasteles Plomo o Cemento” algo parecido a las Lembas Élficas de la saga de “El Señor de los Anillos”.

Cuando mi hermana se casó siguió celebrando cumpleaños. Bien sólo con la familia de mi ex cuñado (menuda compañía ¿no?) o con mi padre o conmigo (mi madre ya había fallecido). Mis sobrinos también los han celebrado. Pero no con la misma intensidad ni periodicidad que la celebrábamos nosotros. Si, como nostros, llevaban caramelos al cole… Yo recuerdo llevar SUGUS (si eran sucedáneos que acababan lanzado sobre mi cabeza o pisoteados en el patio) o Caramelos Tofee "Solano" de Café con Leche para repartir a mis compañeros de clase. En el caso de mis sobrinos muy pocas veces celebraban su aniversario en casa con amigos, como ya he dicho en otras ocasiones al no permitírselo mi ex cuñado o porque el resto de niños no querían ir invitados a su "roñosa" casa...

Ya libre del yugo de mi su marido mi hermana siguió celebrando cumpleaños. En la habitación del hospital o en casa, como hace un año atrás cuando nos reunimos todos en casa (y traté de reconciliarme con mi sobrina) y que narré de forma muy intensa en este blog. Este año lo hemos celebrado. Es su primer cumpleaños de divorciada. La mitad de la celebración la hemos cumplimentado esta tarde, en el mismo en el hospital donde está ingresada "per secula seculorum", junto a sus hijos y mi prima, que le ha regalado unos zapatos (que por cierto le venían grandes). Hacía mucho tiempo que mi prima (la única que hace algo por ella) no la veía. En varias ocasiones, mientras mi hermana trababa de hablar con ella, se ha tenido que aguantar las lágrimas. Se ha sentido mal por no poder hacer nada más por ella. Precisamente es su madrina. Una madrina que como yo con mi sobrina cumplimos nuestra función como tal. Sí, soy gay pero creyente y si me comprometí en velar por mi sobrina (y mi sobrino de rebote jajaja) pienso cumplirlo hasta que ya no me quede un halo de vida. Bueno incluso desde el más allá si llega el caso. Ella también. Es de los pocos familiares que no le echo nada en cara por no haber hecho nada por mi hermana. Tiene buen corazón y la respeto mucho por eso.

Hoy mi hermana nos esperaba. Estaba sentada en su butaca frente en la salita de la televisión, rodeada de docenas de pacientes cuyo cerebro no funciona como dios manda. Viviendo una vida paralela y desordenada a la nuestra. Ella se ha adaptado. Lo que hace el instinto de supervivencia. Aguatar o sucumbir. Se toma su estancia entre tanta locura con cierto sentido del humor (heredado de mi padre). Yo no podría. Soy demasiado peleón y no me conformaría con permanecer encerrado en aquel lugar a millones de años luz del nuestro.

Eso ha hecho llorar a mi prima Aurora. No lo ve justo. Me lo ha dicho aguantando las lágrimas. Mi hermana la miraba de reojo. No ha dicho nada, apenas puede decir algo sin que tengas que acercar el oído y traducir las palabras que suspira. No ha sido un cumpleaños infeliz. Todo lo contrario. Pero no ha sido el cumpleaños más corto de su extraña y destartalada vida. El domingo tendrá cumpleaños. En casa. Como lo había celebrado hasta que cumplió los 28 años y abandonó por decisión propia el nido familiar e irse a vivir con el mismísimo rey de los infiernos. Creo que se merece un buen y bonito cumpleaños. Tengo ganas de celebrarlo. Ojala fuese como los que hacíamos antaño. Igual hasta me da por hacer collares de macarrones de docenas de colores. Me importa una mierda que se rompan y se esparzan por el suelo del comedor ante la mirada estupefacta de los tres nuevos miembros de la familia. No cesaré en organizarle un cumpleaños tras otro. Es algo ya tradicional y las tradiciones forman los pilares de una familia.Mi familia.


7 comentarios:

Monica dijo...

Que bonito Richard,no te voy a decir lo que pienso sobre lo que haces por tu familia porque es evidente y ya te lo he dicho muchas veces,el mundo seria bien distinto si estuviera bien llenito de personas como tu,me alegro mucho de que celebreis asi los cumpleaños porque eso si que es una fiesta,poder seguir cumpliendo años.Eres periodista,pero yo creo que tu verdadera vocacion es la de constructor de familia,se nota mucho que disfrutas con ello y se te da mejor que nada,haces a mucha gente feliz y les proporcionas,en la medida de tus posibilidades una vida llena de cariño y sin que les falte nada que este en tu mano.
Ole por ti,espero que la fiesta del domingo sea todo un exito (estoy segura de que asi sera) y que tanto tu hermana como Adam y Laura y tu y Miguel la disfruteis mucho,un besazo corazon.

KAMELUCHA,.,.,.,.,., dijo...

Palabras mayores amigo, cuando hablamos de seres humanos, creo que como tu, hay bien poquitos, pero sabes,?? dentro de ti tiene que haber una gran satisfaccion por poder hacer lo que haces y asi lo creo, hojala yo pudiera hacer por mi hermana y sobrina (con dos niños)maltratadas sicologicamente durante años...........
quisiera yo poderlas tener cerca y hacer por ellas lo que tu haces, pero mi nooo posicion economica no me permite ciertas cosas y menos encargarme de una familia y en el fondo , me duele que jode no poderlo hacer y me quita el sueño, y ahorita al venirse mi chico uff..

Ahorita jajajja yo tampoco celebrabamos santos noo..era puro cumple, mi madre que tenia ufff un genio de ole,,queria celebrar to y to ,me alegro de ello ,hoy vive en otra galaxia,,
Veo las fotos y como me gusta tu familia, tu hermana tiene un pelo precioso y una pareja de crios lindisimos y un hermano de puta madre, que mas se puede pedir,???yo va aser que empiezo a buscar un tio asi majajajajja,,muchisimas felicidades...para todos
sean como sean, aunque sea de vez en cuando juntos...

Salegna dijo...

Supongo que a estas horas ya tendrás todos los preparativos de la fiesta de cumpleaños de mañana, deseo lo paséis bien, lo que es seguro que será una fiesta con mucho amor y unidad familiar, que mas se puede pedir?
Mis mejores deseos para tu hermana.

Anónimo dijo...

Recordar esos momentos de la infancia, muchas veces duelen mucho, pero al final son tu vida,pequeñas cosas que como hoy compartes con los demás.Cuando la familia es pequeña, las anecdotas son mas comunes,mis sobrinos por ejemplo solo pueden preguntarle a mi hermana, si lo que escribo es cierto.Hay mucha mas complicidad que en extensas familias donde las cosas suceden y muchas veces pasan inadvertidas.
Este comentario a llegado tarde, pero espero que en el cumpleaños de tu hermana, lo pasaran bien.

¿Que tiene que ver tu orientación sexual, con creer en Dios?.
La Iglesia es una institución mas.
El Dios que nos hace mejores,no está en la Iglesia.
Un saludo.
Patricia.

Patricia Fernández Miranda dijo...

Es una pena que el cura que conociste en tu infancia no fuera asturiano y se llamara Hevia.
Al menos a mi me queda ese buen recuerdo de los domingos cuando tenía la obligación de asistir a misa.

Betty* dijo...

Muchas felicidades para Carol.
Y un beso muy fuerte para vosotros.

Anónimo dijo...

A estas horas estaréis en plena fiesta o ya habrá concluido, no lo sé, pero de lo que estoy segura es de que ha sido un día lleno de Amor.
Para mi te quisiera como hermano. Orgulloso pueden estar los que tienes alrededor porque tú eres humilde para reconocer lo maravillosa persona que eres. Quizá por eso te lo tenemos que recordar de vez en cuando,eh?
Felicidades a Carol, el mejor regalo para ella sois vosotros mismos.
Muchos besos para vosotros.
Begus