viernes, mayo 02, 2008

Mea Culpa.

Hacía tiempo que quería abordar el tema de la culpa, porque mi culpa está siempre presente, a mi lado y tiene forma de dedo acusador, de “santo” inquisidor. Sí, muchas veces me siento como un pecador, un hereje en manos del temible Torquemada. Mi hermana no ha tenido mucha suerte… ¿hasta ahora? (permitidme dejar estas palabras entre interrogantes) En primer lugar su entorno no le ha ayudado nada: malos tratos, abandono, incomprensión y sobre todo alevosía, mucha alevosía. A raudales. En exceso. Son muchas las ocasiones en las que suelo sentirme culpable. Así con todas sus palabras y todo su significado. Gritándolo a los cuatro vientos si es necesario.

Me acuso y me siento culpable de no haber actuado en cuanto tuve constancia del calvario que estaban viviendo ella y los niños. Me siento culpable de no ayudarla cuando, al sentirse protegida ante mi presencia, me avisaba entre lloros y delante de su marido, de los malos tratos que sufría por él constantemente y no sólo ella, también sus hijos.

He de deciros (siempre lo he visto como una forma de excusarme) que no es nada fácil tomar una decisión, armarse de valor y cortar tajantemente una situación de maltratos con el agresor y las victimas delante de tus ojos. Y más aun irme con los ojos, la boca y los oídos tapados siendo consciente de que al desaparecer por la puerta mi hermana iba a pagar cara su (insolencia) valentía.

Me siento culpable de no actuar de forma rotunda cuando él se regodeaba de sus hazañas, siempre en forma de absurdas excusas (eso sí salvo cuando la cosa se puso muy mal y decidió esconder al machito, negarlo todo y cobijarse entre las faldas de los miembros femeninos de su familia).

Lo reconozco. Nunca he sido muy valiente para según qué cosas y menos cuando hay que enfrentarse directamente con asuntos de violencia. Ya me sucedía de muy joven cuando en el colegio o en el barrio amigos y conocidos se cebaban en mi falta de agallas para afrontar según qué problemas. Veréis, mis padres me educaron en la vertiente del diálogo nunca en la de los puños.

Malos tratos. Igual o lo más seguro os preguntaréis: ¿Por qué sabiéndolo no lo denunciaste? Podría haberlo hecho. Pero no lo hice. Fui un cobarde. Reaccioné cuando casi ya era tarde. Fue la noche que ese malnacido llevó a mi hermana al Hospital de la Vall d´Hebrón desde Artesa de Segre machacada a palos, deshidratada y medio muerta.

Nunca olvidaré cuando la vi tendida en la camilla. Apaleada de forma salvaje. indefensa como un pajarillo caido del nido. Él no hacía más que pasearse de un lado para otro a veces en plan gallito de pelea, otras nervioso o inquieto. Ella me repetía insistentemente, pálida como una cuartilla, sin apena carne sobre sus huesos que se iba a morir…

Me armé de valor. Le puse en evidencia. Delante de todo el mundo. Pero nadie reaccionó. Ni mi familia ni el personal médico. Hubo intenciones, por parte de los primeros, pero nadie se quiso meter de lleno en el conflicto. Al final todo el mundo prefirió hacer oídos sordos. Nadie quiere problemas y menos meterse en asuntos matrimoniales. ¿Se puede comprender su actitud? Hasta cierto punto. No soy yo quien los juzgue. A quien si juzgo (y acuso) es a los responsables del hospital. Nunca constaron los maltratos en los informes (y eso que la inspeccionaron dos doctores en urgencias, varias enfermeras y ya en planta una doctora y dos Asistentes Sociales) Nadie en ese momento constató las marcas de los dedos en forma de morados en sus brazos, cuello y piernas; los impresionantes golpes en la espalda, las marcas puñetazos en los ojos y las laceraciones en mejillas y boca debidas a intensas sesiones de bofetadas recibidas por mi hermana la noche que casi la mata. Todo, absolutamente todo parecía no existir. Eran ciegos. Entonces fue cuando me di cuenta que yo también había actuado mal. Que como ellos yo en otro tiempo también había sido otro ciego, el mayor ciego del mundo, un cobarde incluso tan culpable incluso como aquel que la martirizaba, día y noche, con golpes y amenazas.

Amenazas. Porque no sólo hubo golpes, también hubo insultos (muchos ya lo sabéis) y amenazas. Ella sufría más por las palabras que por los golpes y mucho más que por su propia enfermedad.

El Parkinson. La enfermedad era el máximo culpable, el malo de la película para mi ex cuñado y mi hermana era como su sucia amante, la zorra, la cómplice, la encargada de joderle la vida. No paraba de repetirme que la víctima era él, no ella. Ella sólo estaba allí para martirizarlo, para destruirlo. Cuando todo se destapó trató por todos los medios de convencerme, de borrar rastro de su miseria y no sólo él, el resto de su familia también trataban de convencerme (por las buenas o por las malas) también de lo mismo. Porque ellos, como él, al menos una parte había sido participe de esos maltratos.

Reconozco que podría haber actuado antes. No sé que hubiera sucedido. Igual hubiera sido peor, o tal vez no… Pero no sirve de nada pensar ahora en ello y menos especular.

Antes de ayer hablé con él, por el tema de los niños. Me dijo que si podía quedármelos este fin de semana. Ya van dos semanas que no los ve cuando le corresponde. No me molesta. Todo lo contrario. Lo paso mal cuando están el fin de semana fuera de casa y más aun con él. Ellos por ende se encuentran mejor en casa. No les apetece mucho verlo.

En la conversación me dijo que estaba de baja. Estaba sufriendo una depresión. “Por todo lo que había pasado”. No sé qué clase de culpa le atormenta en estos momentos, ni el peso que debe tener la misma. No sentí compasión. No puedo. Pienso que tiene que pagar con lo que hizo, darse cuenta del daño que ha producido. Redimirse. Yo no puedo perdonarlo. No tengo ese derecho. Sólo él tiene la potestad de hacerlo consigo mismo.

Yo tengo mis propias deudas. Las pagaré o las he pagado o las estoy pagando en este o cualquier otro momento. Acepto hacerlo porque esa deuda es mía. Sólo mía. Y la reconozco.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Haces muy bien en no sentir compasión por ese ser por que yo creo que jamás se arrepienten en serio de lo que han hecho y que no se rehabilitaran jamás.

No te mortifiques por la "culpa", estás haciendo un labor con tus sobrinos y con tu hermana de quitarse el sombrero....ánimo.

Besazos y abrazos enormes.
Soydemar

Anónimo dijo...

Pienso exáctamente igual, no te atormentes por eso. No siempre es fácil reaccionar de inmediato frente a lo que sucede delante de nuestros ojos.

Primero de todo hay que ver, después entender, y sólo al final es cuando podemos tomar una decisión y actuar.

Tu has hecho lo correcto, empleando todos los medios que tenías a tu alcance; y lo sigues haciendo cada día desde primera hora de la mañana.

KAMELUCHA,.,.,.,.,., dijo...

Compasiòn,?? que va para nada, ayer te comente que mi hermana y sobrina lo fueron sicologicamente,sique te acuerdas, pues te puedo decir que el personaje vive cerca de donde estoy, me ha dicho mi cuñada que età hospitalizado,enfermo, y sabes que NO SIento nada por ese ser, me da igual lo que le pase, no le perdonarè jamàs asi de simple, jamàs.De otro modo pero fue mucho el mal que hizo y años de años.
Y cumpable no creo que te debas de sentir uno actua cuando se lo permiten los demàs. Yo amigo me siento super culpable de que mi niño el peque,solo tenia el 7,sea retraido,sea mas callado, no se..al fallecer mi niña me sumì en depresion,pastillas,todo lo imaginable y me perdi, pero al pasar el tiempo me doy cuenta que no,,dentro de toda la locura ,tenia que haber sido mas fuerte, si te lo digo pero en el fondo es dificll no sentirse asi.
Culpable, mucho, pero tu aun eres joven y tienes mucho que dar.asique fuerza, ànimo,se que a veces esas fuerzas fayan pero resurgen de no se donde..
Un abrazo grande
Mela

Djabliyo dijo...

Me sumo a lo que comentan Soydemar y b-lego. Además, ten en cuenta una cosa:

De la ausencia de referencias a posibles maltratos en los informes de Urgencias, no tienes tú ninguna culpa, sino el personal médico que la trató en general, y quien redactó el informe en particular.

Lo de no haber reaccionado "a tiempo", en mi opinión, no es algo por lo que te debas arrepentir. Has tenido que asumir tú solo (vale, y Miguel) un papel que debería haber asumido toda la familia, como mínimo desde la fatídica noche a la que haces referencia. Tales decisiones no son fáciles de tomar, y la tomaste cuando estuviste preparado para ello.

Que yo recuerde, sigues siendo un ser humano, con derecho a equivocarte y a no ser un héroe 24/7.

foscardo dijo...

Cierto pero a veces me dan unos ramalazos de culpa que parecen olas rompiendo por el malecon.

Ha sido bueno explicarlo. Por lo menos como hacen los italianos con la Tarantela he expulsado algo de veneno de dentro de mi.

foscardo dijo...

Por cierto gracias a todos que se me olvidaba jajaja

Anónimo dijo...

Creo que TODOS nos sentimos culpables de algo,... aunque quizás ese algo no sea realmente culpa nuestra y lo sepamos. Somos humanos e imperfectos, y cuando nos enfrentamos a ello aparece la culpa.

Al final lo único importante es poder mirarse al espejo cada mañana al levantarse, sin tener que apartar la mirada... creo que tienes razones de sobra para poder hacerlo, has demostrado sobradamente tu valentía y has tomado muchas decisiones difíciles mirando hacía delante, y eso es muy grande. Creo que te puedes permitir haber sido alguna vez cobarde, porque todos lo hemos sido MUCHAS VECES (y las que nos quedan), pero debes de sentirte orgulloso por no haber dejado que eso te venza y, aún con mucho dolor y tristeza, haber cogido el timón que nadie quería coger.

Felicidades Richard y un abrazo muy grande!!!


Raúl.

Anónimo dijo...

Sigue escupiendo veneno, solo esa catarsis te ayudara a limpiar tu alma, alma maltrecha por toda esa inmundicia humana que en un momento determinado NO PUDISTE afrontar, Sabes todas las peranas tenemos demonios en el alma, por lo que hacemos. Por lo que dejamos de hacer. Por lo que pudimos haber hecho.

Reaccionaste cuando pudiste, cuando estabas preparado.
Hay personas que siguen anestesiadas hasta su muerte y son figurantes de la vida, solo eso.

Bendito sentimiento de culpa, que nos hace crecer!!!

ENHORABUENA

Anónimo dijo...

Que sepas!!!!
Que tu eres uno de los dagnificados de esta historia. Otro maltratado. Y que los maltratadores tienen la caracteristica principal de hacer que los maltratados se sientan CULPABLES y MERECEDORES de su castigo

besitos con el alma

foscardo dijo...

Una vez una persona, un familiar, me culpó por teléfono (la forma más cobarde de hacerlo) de ser un mal hermano. Me dijo que no hacía nada por mi hermana y que era una mala persona. La persona que me dijo eso había prometido a mi hermana ayudarla. Nunca lo hizo y eso que tiene todo el dinero del mundo. En esos momentos lamenté no poder descargarme con ella y eso que tenía motivos. Ella había abandonado a su propia hermana aquejada de Parkinson, la odia hasta limites inimaginables. Le envia cartas llenas de odio y rencor deseandole lo pero del mundo. Lo más gracioso del tema, porque tiene su lado gracioso, es que esta convencida que cuando muera ira derechita al cielo. Ella me lo dijo un día porque se había asegurado de ello. Pensaba dejar toda su fortuna a las Carmelitas o a Greenpeace.
A veces me alegro de ser pobre pero honrado. No me gustaría nada estar en su pellejo.
Me alegro un millón de veces no ser como ella por mucho dinero que tenga.

Anónimo dijo...

Hola el comentario que puse el otro dia no ha salido asi que ahi va otra vez.
Creo que todo el munco alguna vez en su vida le ha fallado a alguien, a un padre, a una madre, a un amigo.....No estamos ninguno de nosotros excentos de culpa, y cuando lo hicimos lo hicimos o por miedo a enfrentarnos a la situacion o por no tener que vuscarnos problemas, o por cobardia.
Creo que tu fusite muy valiente porque diste el paso, aunque pienses que a lo mejor lo diste tarde, pero lo diste y creo que esto te lo van a agradecer tanto tus sobrinos como tu hermana.
Hay mucha gente que no puede tener el apoyo que tu has dado a tu hermana, piensa en eso.
Reflexiona sobre ello, no debes sentirte culpable porque aunque creas que lo hiciste tarde, lo IMPORTANTE ES QUE LO HICISTE.
Animo y espero que pases un buen fin de semana con los tuyos
HISTORIA

Riesgho dijo...

Tu hermana tiene tu apoyo y eso es lo que cuenta. En su día no hiciste nada, pero poco podias hacer.

Mi hermana tiene una amiga a la que su marido empezó maltrando psicologicamente, desprecienciandola, haciendola sentirse lo peor y más inutil de este mundo. Ahora la maltrata también fisicamente y ella no hace nada porque dice "que es lo que le ha tocado vivir". Es triste, pero no podemos ayudarla si ella no se ayuda y no quiere luchar por su libertad. Intentamos denunciarlo en esos telefonos que anuncian a bombo y platillo en la tele y en todas las campañas que se hacen contra el maltrato y a la hora de la verdad NADA. Si ella no denuncia no hay nada que hacer. El malnacido se salio con la suya y la aislo de todo llevandosela de la ciudad a un pueblo, sin telefono, sin internet, para poder seguir martirizandola y mantenerla así alejada de sus amigos. Eso sí, si ella intenta dejarle, pedir ayuda a mi hermana o similar, la tiene amenazada, y como según él a ella su vida no le importa, la amenaza es contra mi hermana. Pese a ello a no ser que el individuo amenace a mi hermana directamente o le haga algo tampoco lo podemos denunciar por ello. Así que la yuda es muy relativa, si las víctimas no se queiren ayudar poco podemos hacer los que etamos ahí. Nosotras le tendemos la mano para que salga, le ofrecimos nuestra casa, pero no pudimos hacer más.

Tú has hecho por tu hermana y tus sobrinos muchisimo más de lo que la mayoria hacen es estos casos por los suyos. Generalmente a la gente le resulta más facil mirar para otro lado y fingir que no sucede nada.

Lo del servicio de urgencias al que te refieres me parece increible. Resulta que luego vas con un niño un poco "perico" y las piernas con morados típicos de caidas y golpes en el parque y te hacen un interrogatorio y si me apuras llaman a los servicios sociales...
Si es que el mundo a veces funciona al reves.

Mucho ánimo para tu lucha diaria.
Besinos.

foscardo dijo...

Es curioso los patrones que siguen este tipo de personas. Lo que cuentas le sucedió casi igual a mi hermana. El comenzó con los desprecios y los insultos, luego paso a la violencia primero arrojando objetos contra las paredes, rompiendo puertas de puñetazos para al no sentirse satisfechos comenzar a arrojar cosas a mi hermana y a sus hijos. Después paso a la violencia física primero con mi hermana y viendo que no se defendía
En mayor parte por la enfermedad atacando a los niños porque sabía que allí le hacía más daño a ella, porque bien no los podía defender, de esta forma los machacaba a ellos con que su medre les dejaba que él les pegase y porque ella ama a sus niños por encima de todo, bueno y a él... Esa es otra.
Ella se sentía mal porque se culpaba de lo que estaba pasando, porque él y una de sus hermanas le habían convencido que era la causante mayor de todos los males.
Le amenazaron con quitarle los niños e incluso cuando fue al hospital, para evitar que volviese a su casa, la hermana de él, le sugirió decir que: ¡Ella se había vuelto loca y quería matar a sus hijos con un cuchillo!
También, como en el caso de tu amiga, cuando los golpes, los insultos y las llamadas de atención, por parte del jefe de él (que le cedió la casa) y los vecinos se hicieron constantes se la llevó a un lugar muy apartado para que fuese más complicado verla de forma asidua. Allí es dónde se cebó con toda su mala saña y donde paso momentos muy angustiantes. Y también los niños.
Le decía que si denunciaba el caso o bien se llevaría a los niños o bien los mataba. Por eso su silencio duró tanto. Aun y así cuando se destapó todo ella se negaba a denunciar por miedo a las represalias de él y su familia que eran constates y culminaron con una agresión en el hospital por parte de dos de sus hermanas. Allí fue cuando se denunció todo y comenzó el periplo legal, la amenazas de muerte hacia ella, mi compañero, familiares y a mí mismo.

Anónimo dijo...

He estado leyéndote hoy en varios momentos del día y con este tema no he podido aguantar las lágrimas. He revivido parte de mi infancia como niña maltratada por su padre. Mi madre y yo dormimos tranquilas desde que él se durmió para siempre, aunque ya llevaban muchos años separados, pero el miedo es el miedo.
Has sufrido mucho tú y tu familia, pero los niños mucho más, aunque quizá ahora no exterioricen, no sé como llevarán el tema, pero mímalos mucho y sed felices los cuatro juntos. Tú y tu pareja sois sus ángeles de la guarda.
Un abrazo muy fuerte.
Begus

Anónimo dijo...

HOLA FOSCARDO LEO de vez encuando entro y leo,me dejas de piedra,de cada vez .me sorprendo más como las personas,nos sentimos culpables ,algunos exteriorizamos otros por desgracia ,no saben ,no pueden ,m refiero alos niños ,que han vivido malos tratos,o que han sufrido en sus retinas el maltrato de uno de sus padres,fisico o psiquico,
para mi es asi de cruel ,pensar que los niños posiblemente no ,pueden experimentar este sentimiento de libertad,de expresión.hacia estos sentimientos de culpa,que tu cuentas.
YÓ tambien me he sentido culpable,de muchas cosas sin serlo..
por ello mi admiración hacia tu post y hacia tu persona
un abrazo muy fuerte para tu familia y sobre todo aty.
de una hormiga