Han pasado cinco días y aun no me han matado.
La cosa está calmada, de momento, porque cada vez que digo esto se desata un terremoto de magnitudes inconmensurables. El fin de semana ha sido tranquilo con reunión familiar (política) con paella incluida y contactos con el más allá. De esto ultimo no comento mucho porque es algo que concierne a otras personas y no se si el muerto, en cuestión, me autoriza a que se le mencione. Gracias a Eva me he apuntado a la piscina, bueno más que piscina es un centro de talasoterapia con multitud de piscinas especializadas con chorros a presión, saunas, piedras calientes, aguas termales y gimnasio (que de momento este último no pienso tocar). Miguel se ha animado y se va a apuntar también mañana así que cuando haya mucho estrés (cosa que sucede en estos momentos) iremos a pegarnos una sesión de piscinas de agua salada y burbujeante. Sobre el tema familiar se ha hablado mucho. Y precisamente este fin de semana ha servido para darle vueltas al tema y buscar alternativas. Lo que si hemos sacado en conclusión es que por culpa de los malos actos y pretensiones de la familia del capullo vamos a manteneros al margen en cuanto conseguir la custodia de los niños. Tenerlos en casa supone tener que contactar con esa gentuza y ya lo decía mi madre: “Nene, no toques que eso es caca y con la caca no se juega”. No hay posibilidades de trato y cada vez parece más imposible llegar a un acuerdo. Eso, a parte de no tener que verlos o esperarlos en cualquier esquina. Tampoco significa que no hagamos nada y que tiremos la toalla. Ni mucho menos. Vamos a luchar. Pero vamos a luchar bien, con capa y espada no con dinamita chuza marca Acme o con trampas de pega en el camino. Lo primero es tratar de que esos niños salgan de ese ambiente. La mejor solución es en un hogar de acogida con un control
psicológico y un ambiente familiar normal, no como ahora que parece que están atrapados en un horrendo episodio de La Dimensión Desconocida (Twilight Zone) o en casa de los parientes más cercanos de los protagonistas de La Matanza de Texas.
Una vez desintoxicados (según referencias cercanas la Sargento de Hierro les sabe hacer una comedura de coco que ríete de lo que sucede en Guantanamo) comenzar a reeducarlos y que sepan diferenciar entre lo que está correcto y lo que no. Porque aquí y ahora ven malos y buenos por flancos equivocados.
Luego está mi hermana. Ella lleva con la Familia Munster una política de desinformación ya que piensan que no se habla conmigo (cosa que la Sargento celebra con brincos y yupis varios porque cree haber conseguido separarla de mi lado, de esta forma los maltratos del capullo quedan de momento tapados). Yo la veo. Hablo con ella, me voy enterando de cómo va todo y de detalles necesarios para que nadie se me adelante. Es más ignoran que la asistenta sabe cosas que ellos quieren tapar. Y sobre esto último. Ya basta de encubrir a un maltratador. Mi cuñado ha maltratado a mi hermana y a mis sobrinos eso es una verdad como un templo y todo lo que ha hecho en este tiempo es tapar la situación y yo, con mi silencio y resignación he sido cómplice de ello. Si ellos nos han visto como enemigos es porque sabemos que él ha maltratado a mi hermana y a los niños. Si trata de ser complaciente con ella (cuando se que le echa las culpas de todo lo sucedido en su vida) es para que ella no hable y pueda esconderse en el silencio. No sólo lo se yo, lo sabe su familia. Su hermana, la Sargento de Hierro no sólo lo sabe sino que ha sido siempre la primera en ir a taparlo todo con sus amenazas y sus enredos. Manipuló el testimonio de mi sobrina cuando la niña comenzó a comentarnos los maltratos de su padre a su hermano, sobre todo con una paliza que le propinó al niño y cuyos gritos aun retumban en sus oídos. Tacharon a la madre y a la niña de embusteras, malcriadas, mimadas y repelentes que se inventaban cosas para perjudicar a su hermano. Sospechamos que la Sargento también incitó en varias ocasiones a su hermano para así enrabiarlo y que moliera a palos a mi hermana.
La misma sujeta, el día que mi hermana entró en el hospital, hace un año, con el cuerpo destrozado a palos le sugirió que, para que su hermano no se hiciera cargo de ella y se quedase en el hospital
dijese al médico que se estaba volviendo loca y que en una ocasión había intentado matar a sus hijos envenenándolos, de eso doy yo fe porque estaba delante escuchándolo y poco me faltó para partirle la cara en mil trozos.
La misma sujeta que se peleó con toda su familia y quería que el hermano le siguiera los pasos para luego, cuando las cosas se pusieran mal, utilizarlo para que las hermanas y el padre (que no querían hacerse cargo de los niños porque eran mucha responsabilidad) se volcaran en demostrar que son una familia muy unida.
Y así suma y sigue hasta el infinito y más allá… Hay tanta mierda dentro de esa persona que no acabaría de sacarla nunca…
Ya no quiero ser participe de esta farsa. Quiero que la verdad salga a flote, que los niños tengan una buena educación, una buena casa, que los dejen en paz. Por culpa de tapar, aguantar, amedrentar y ser precavido los niños no van a poder volver a pisar mi casa. Por mi seguridad y por temor a que gentuza de tal calaña pueda hacerles daño en una represalia.
Este miércoles tengo cita con la Asistenta Social. Si todo va bien seguiré informando.
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