Pues si, por fin he recibido mi primera amenaza de muerte por parte de un familiar de mi cuñado. Ha sido a eso de las 19:52 PM. Ha sonado el móvil, al principio la voz del otro lado (algo familiar por cierto) ha jugado a las adivinanzas conmigo, algo así como la versión cutre del asesino se Scream, luego cuando se ha cansado de jugar (la verdad lo hacía mal y con escaso ingenio) ha comenzado la amenaza seria. Damas y caballeros, van a matarme. Si, así como lo oyen. Mi vida peligra a partir de hoy. Si en días venideros ven ustedes que este blog no continua su curso, piensen lo peor. El sujeto en cuestión (que es tan tonto como tratar de cagar de rodillas) al verse encumbrado en el papel de esquizo de película italiana chuza, de esas que se proyectaban en los cines de barrio, se ha ido de la lengua y se identificado justo casi al final de la conversación. Eso sí, antes me ha soltado lindezas, con un orgullo que roza lo nauseabundo, del calibre "Aléjate de la familia ****. Te vigilo y a partir de ahora ten cuidado donde metes el pie. Ya he estado en la cárcel tres veces y me importa una mierda si he de regresar, prepárate porque cualquier día de estos voy a acabar contigo, a partir de ahora ten mucho cuidado cuando salgas a la calle no sea que yo o algún otro amigo mío te acabemos matando..." al final, insisto, me ha dicho su nombre. Se trata de Jesús (no el que murió en la cruz) sino el cuñado de mi cuñado. Ese al que ellos consideran peor que la escoria y lo repudian. El marido de la esquizofrénica, el que ahora se hace cargo de mis sobrinos. Lo más gracioso de todo es que el muy idiota ha dejado registrado su numero de teléfono en mi móvil. Ignoro si lo de la llamada ha sido cosa suya o bien a la Sargento de Hierro se le estan acabando las ideas. Me da igual, la han cagado y con toneladas de mierda liquida y pestilente.
¿Qué va suceder ahora? Pues que no voy a caer en su trampa. Se moverme y ya lo he hecho. Si en estos momentos me lo tomo con ironía es porque no hay otra forma de tomárse la situación. Joder y yo pensando que todo esto sólo sucedía en las películas. ¿Qué si tengo miedo? Pues no sé. Antes siento asco y pena o veinte mil cosas más que miedo. Por supuesto tengo la conciencia bien tranquila y no me voy a rebajar a su nivel.
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