Acabo de venir del colegio. Por fin he visto a los niños. Primero a Laura y después a Adam. Mi sobrina no me esperaba, ha sido toda una sorpresa. Estaba sola, en su clase, tiene la pierna vendada. Cuando me ha visto su reacción ha sido de bajar la cabeza, eso sí, había sorpresa en su mirada. Le he dado un beso y ella no ha reaccionado. Le he notado una mezcla de miedo y de vergüenza y una actitud esquiva generalizada. Le he preguntado cómo estaba, si comía bien, si hacía los deberes… A todo me ha dicho un simple “bien”. Cuando contestaba no me miraba, sólo miraba a directora. Se reía tímidamente, como tonteando. Le he hablado de que tengo aun cosas suyas en casa, que sus amiguitos del piso de abajo preguntaba por ella y que mañana iba a ver a Isaac, el hijos de Sonia y Jose al que ella le tiene mucho cariño. Ella me ha dicho “Pues bueno” con vergüenza y simulando indiferencia. Antes de irme, le he dado un beso y un abrazo. Ella no. Eso sí, antes de cruzar la puerta de su clase le he dicho que ya nos veríamos. Entonces ella me ha preguntado, esta vez con un tono completamente diferente a su actitud “¿Cuándo?”, yo le he contestado: “Pronto” le he sonreído y me he ido a ver a su hermano.
La reacción de Adam ha sido semejante a la de su hermana, salvo que, y tras insistirle la directora, me ha dado un beso y un abrazo. Un abrazo sincero. Al entrar en la sala de actos donde le esperaba se ha quedado parado. He notado miedo y otra vez la vergüenza. Le he preguntado también cómo estaba, si comía bien, si hacía los deberes... Me ha contestado todo con algo más de detalle que su hermana. Me ha dicho que estaba bien (se que no era cierto por que antes de entrar a verlos me he encontrado con su tutora y me ha dicho que el niño ha pegado otra bajón y de los gordos. Otra vez tenía confusión con los deberes y algún problema de tratos con los amigos de clase…) Cuando le he preguntado si había ido a ver s a su madre me ha dado más detalles, me ha dicho que si, pero que la ultima vez que la había visto era en vacaciones. Me ha preguntado por sus amiguitos del bloque. Le he dicho que estaba algo tristes y que preguntaban por él. El me ha pedido que les diga que estaba bien y que yo ya los había visto. Me ha dicho que cena a las 18:00 Pm y se van a dormir a las 19:00 Pm, que ya no hacen tareas extraescolares y que no tiene la PlayStation ni los juegos. Le he dicho que no se preocupe que yo estoy al tanto de todo y que estoy allí de forma invisible. Él me ha dicho (como para no preocuparme) que un día irían de visita a verme, "Quizás para Semana Santa..." Yo le he dicho que bueno, pero que igual nos veíamos antes, mucho antes de lo que él se esperaba. Que tuviese paciencia. Al marcharse hemos comentado la jugada. Tanto Silvia (la directora) como yo hemos notado las reacciones de ambos y como cuentan verdades a medias y protegen su entorno justificando posibles acciones de terceros (como al preguntarle a mi sobrina como tenía el pié, automáticamente y de forma nerviosa ha acusado a su hermano del causante de su desgracia).
Por un lado he salido contento. Por lo menos los he visto. Por otro lado he salido muy preocupado. No son ellos, les he notado una enorme coraza alrededor suyo, una coraza construida de amenazas, mentiras y miedo. Todo ellos en grado superlativo.
También se que esta visita va a traer miga. Va a servir como bomba para que la Sargento, mi cuñado y el resto de la familia se agiten como moscas dentro de un bote cerrado de cristal.
1 comentario:
Son niños...todo lo expresan.
Muchos ánimos.
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