Ayer , por la noche, después de una agradecida sesión de talasoterapia y una cena en casa junto a Amparo y Eva, fuimos al centro cívico junto a nuestra casa a un concierto/baile de swing. Allí nos esperaba Dani que no paraba de bailar como un loco y conceder bailes o enseñar pasos a varias de las allí presentes mientras Miguel y Amparo hablaban de política o Eva se dormía en las esquinas por culpa de los antiestamínicos. Me gusta la música, eso es una cosa que ya lo he comentado en este blog en varias ocasiones. Ahora confieso que me gusta bailar, no swing aunque no me importaría intentarlo. Yo soy de la era de la música Disco. Si, hortera hasta la medula, pero con once y doce años se podría decir que era el único chico del barrio que se atrevía a ensayar coreografías y marcarse varios pasos de baile delante de familiares, vecinos, amigos o enemigos. Si había un símbolo que destacase en ese tipo de música era John Travolta (quien lo ha visto y quien lo ve) y como no la música de los Bee Gees. Mi hermana fan de los tres tipos esos de la voz de pito hacia sonar sus canciones una y otra vez invitándome a bailar, acompañado de dos amigas con las que nos movíamos como si fuésemos trillizos. Los dos al unísono. Aquello ya pasó. No me arrepiento. Duró unos cinco años, hasta que la música disco dejó paso al Tecno Pop y convirtió a los bailarines en una especie de autómatas. Es curioso, pero antes de bailar música disco ya bailaba junto con mi hermana música de musicales (Siete novias para Siete hermanos, West Side Story…) y eramos los niños más felices del mundo. Ayer ver aquella gente bailar tan entusiasmada (toalla al cuello) me trajo a la memoria aquellos antiguos recuerdos. Es bonito el Swing, ya de por si su música es muy sensual, romántica e invita a viajar a otra época. Reconozco que los pies se me iban en alguna ocasión. Ver a la gente bailando, feliz, compenetrada y sobre todo divirtiéndose me hizo pensar lo fácil que sería todo si a los problemas les diésemos unos pasos de baile.
6 comentarios:
Let's do it ;-)
¡Qué bonito! En serio. Me alegra de que disfrutarais y os dejarais contagiar del ambiente y de la música.
No sé qué será, pero el Swing tiene algo que te recarga las pilas y te reconcilia con el mundo y con la vida. Es una especie de energía que se introduce en el cuerpo y te agita de arriba a abajo sacudiéndote los malos rollos y dejándote el recambio lleno de alegría y optimismo; cosa que hoy día hace bastante falta.
Es a la vez algo primitivo y muy sofisticado. Sólo hay que dejarse llevar. Me encanta ¿se nota, no?
Richard, si ya te gustaba bailar de pequeño tal vez podrías probarlo, pero no sé si te gustará porque es diferente al "Hustle" (lo del Tony Manero en "Fiebre del sábado noche"); este es un baile de pareja donde casi nunca se pierde el contacto físico y a menudo es muy "agarrao" (aunque no tanto como el blues o el tango).
Tampoco es algo que se aprenda en dos días, pero sí en cuatro. :)
Lo que sí comparte CON TODOS los demás bailes es esa estúpida escasez crónica de chicos debida fundamentalmente a prejuicios culturales (de los que los chicos poco agraciados pero listos nos beneficiamos múuuucho y que funciona mejor que un descapotable rojo aparcado en la puerta).
...y encima no hay que vestirse de lentejuelas en plan hortera como los que se ven en la tele. Afortunadamente EL SWING NO TIENE NADA QUE VER CON LA MOVIDA DE LOS BAILES DE COMPETICIÓN. Es un mundo aparte.
¡Animo, y a la pista!
Absolutamente de acuerdo en todo lo bueno que digais del baile. Desde que me apunté a clases de Salsa, paso la semana esperando que llegue de nuevo el lunes (es lo único que tiene de bueno ese día). Ojalá pudiéramos, como dices, arreglar las cosas con pasos de baile.
Por cierto, has probado ya a congelar al Capullo?? igual funciona...
De momento con toda la mierda que tiene pendiente tras martirizar a mi hermana y a los niños está más que ocupado (que si se le rompe el coche, que si pilla gripes, que si todo le va como el culo...) eso si nunca él tiene la culpa, siempre alega que le estan echando males de ojo...
En cuanto a la Sargento esta le tengo ultracongelada sin fecha de descongelacion en mitad de un vendaval de nieve y hielo en un lugar mágico y helado de mi mente. La tendrias que ver, bueno eso de ver no porque ahora solo se distingue su silueta con ese cabezon oscuro y rapao que tiene que parece un chupachup de regaliz 5000 euros y su cuerpo escuchumizao.
Deeejame veeer...
¿Puede ser ese puntito de color morado que apenas se adivina a través de la tormenta de nieve, allí lejos, en el centro del glaciar?
Bueno, hablando más en serio, estoy cogiendo cierto complejo de ser el superficial del grupo, hablando siempre de música y baile mientras alrededor se desarrolla todo este drama. Los que me conocéis sabéis que no es así, y podéis suponer cual es mi postura al respecto, que no es difícil de adivinar.
Volviendo al baile, quiero matizar mi comentario anterior sobre lo hortera del vestuario en los bailes de competición. Que nadie se sienta ofendido por ello, no está dicho con ánimo de menospreciar a nadie. Sólo es una opinión, ...y ya se sabe que las opiniones son como los culos, todos tenemos una.
Sobre lo de congelar capullos... creo que no funciona. Al menos a juzgar por las películas del Stallone y el Chuarchenaguer tarde o temprano siempre hay un gili que los descongela y terminan montando los mismos pollos de siempre, pero vestidos de Albal y dopados hasta arriba de soma.
El único capullo descongelado que vale la pena es Woody Allen, que además toca el clarinete en un grupo de hot jazz.
Total, que voy me olvido de lo que venía a decir: Me gusta la foto que le has puesto al artículo. Está muy bien cogida.
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